Dulce Tentación

DIECISIETE ✨️

Victoria

—¿QUE HICISTE QUÉÉÉÉ? —alejo el celular de mi oreja cuando Jessica grita. Parece una desquiciada gritándome así. Aunque no la juzgo. Todos los que me conocen saben que mi forma de ser es reservada y cuando digo que hice algo de lo que no me creerían capaz, se alarman.

—Quiero saber si es necesario gritar. ¿Es tan difícil de creer? No es como si hubiera matado a alguien —ruedo los ojos aunque ella no puede verme.

—Más o menos, sí. A ver, la que solo ha salido con un chico, no va a fiestas, no hace locuras, prefiere ver una serie que ir a una disco... y un largo etcétera, me está  diciendo que, no solo se emborrachó, si no que llamó a un hombre que conoce hace cuatro meses, que no es su novio, aunque cogen cada que pueden...

—Por Dios Jess —la interrumpo—. No digas esas cosas. No cogemos cada que podemos. O sí, pero no lo digas así.

—... Un tipo que está buenísimo claro, pero eso no quita que ni siquiera son novios. Aún no te lo ha pedido. Y encima de eso, le haces una mamada en la cocina de tu casa... ¡DE TU CASA! ¿Qué es lo que te ha hecho New York? —me grita al celular.

—No me ha hecho nada, pero no te entiendo. ¿No decías que debía soltarme más y que tenía que disfrutar la vida y bla, bla, bla? Lo estoy haciendo ahora. Deberías alegrarte por mí.

Juego con el lápiz encima de mi escritorio. Ha pasado casi una semana desde la fiesta de cumpleaños y aun no me recupero de todo lo que hice en cuestión de horas. Cosas que quería hacer, por supuesto. Pero aún así, cuando James se fue a su casa, se pasó el día entero conmigo, empecé a pensar en todo y en cómo he cambiado. En serio que si. No me arrepiento de nada, por supuesto, en especial de lo de James. No creo que podría arrepentirme nunca. Estos meses conociéndolo y pasando tiempo con él han sido los mejores de mi vida.

—Y me alegro —escucho su suspiro—. Pero lo estás haciendo sola. Sin mi. Aunque pronto voy a ir para ver que tan dispuesta estás a hacer cosas nuevas. Cambiando de tema, que no es que quiera, ¿qué me dices del tal Lucas? Es un atrevido y todo pero si esta bueno se le soporta.

Sinceramente Jessica no tiene remedio.

—No he sabido de él. Y es mejor así. No quiero malos entendidos y mucho menos con el hijo del jefe. Además de que me cabreó muchísimo su actitud en la fiesta. Por ser guapo no tienes que tomarte libertades con los demás —lo que menos necesito ahora es a un hombre caprichoso encima de mí. Como ya he dicho a Lucas se le ve a leguas la clase de hombre que es. No es que sea una persona mala pero, James aparte, no es alguien con quien me plantearía tener algo.

—Le puedes dar mi número por si cualquier cosa —suelto una carcajada. Jess es un caso—. Diciembre me está respirando en la nuca, como dicen. Recuerda que el día primero llego para alegrarte la vida con mi existencia.

—Sí, lo recuerdo. Ahora necesito que me cuentes de tu jefe. ¿Qué tal todo por allá?

—Todo bien. No ha vuelto a traer a ninguna conquista a la oficina. Sigue tan huraño como siempre. Nada nuevo —siempre que hablamos de William siento que hay algo que Jess no me dice pero no indago más en el tema aunque tengo mucha curiosidad.

Cuando me confesó que estaba enamorada o mejor dicho que empezaba a verlo con otros ojos, le dije que era una locura por varias razones. La primera es que es su jefe, siempre pueden salir mal las cosas y entonces ahí si hay verdaderos problemas porque tiene que verlo a diario. La segunda es que aunque sé que la edad no importa, también sé que quizás no busquen lo mismo. Jess es una persona extrovertida, alegre y que siempre está sonriendo, ve las cosas siempre con positivismo. En cambio William es un hombre bastante reservado. Es amable y caballeroso pero nunca lo he visto sonreír más de dos veces. Y por último, pero no menos importante: Aunque me he dado cuenta que William sí se fija en ella (aunque ella ni se entera), él no hace ningún intento de acercamiento, así que eso debe suponer que no le interesa o que, al igual que yo, ve los pros pequeños y los contra demasiado grandes.