Evermore

203 43 8
                                    

Cuando llegaron a su casa, sintieron que el trayecto había sido increíble, pero aún así fue pesado, el montón de gente saliendo, se engentaron. Ellos necesitaban agua para refrescar sus gargantas, lo primero que hicieron al llegar a su hogar fue quitarse sus vestuarios, y estirar los pies, admiraban a las mujeres que iban en plataformas a esos conciertos.

—Iré a desmaquillarme. —Jaemin dijo y entró al pequeño baño.

Se miró en el gran espejo y sostuvo el anillo, relamió sus labios, no sabía qué pensar. 

Observó su reflejo y vio las piedras de color rosa cubriendo su piel y la diamantina cayendo por sus mejillas, sus largas pestañas estaban rizadas, y su vestuario era adorable.

Había acabado.

¿En qué momento se lo iba a dar?

Al día siguiente era fin de semana y despertarían tarde, pero Jaemin sentía que había tardado demasiado. El verano de agosto pronto pasaría para que fuera septiembre y empezara el otoño, como las hojas de Evermore cayendo.

Necesitaba pensar en un buen lugar y una buena ocasión para entregarlo.

Jeno entró al baño unos minutos después de que Jaemin terminara de desmaquillarse, Lee bloqueó la puerta y miró a su novio. Se colocó detrás de él y lo abrazó por la espalda.

—Ensuciarás mi ropa. —Jaemin dijo.

Jeno sacudió su mejilla y Jaemin trató de ignorarlo.

—Fue el mejor concierto de mi vida. —Jeno susurró. —Quiero volver a ir y volver a cantar, sabría qué errores no cometer. —Suspiró.

—Ven, te ayudaré a desmaquillarte. —Jaemin le sonrió.

Jeno se sentó sobre la tapa del retrete y levantó la vista. La cara de Jaemin daba al foco en el techo, así que Nana se movió para que la luz no lastimara los ojos de su novio. Na tomó una esponja desmaquillante y colocó el líquido sobre ella, con mucho cuidado y paciencia, empezó a remover los restos de maquillaje que se colaban por las pestañas y poros de la piel del mayor.

Jeno quería quedarse así por siempre, Jaemin sosteniendo su rostro para apreciar sus facciones, Jeno se sentía como un adolescente cuando veía a Jaemin, sus manos temblaban y se sentía nervioso, quería pasar el resto de la vida con él.

No quería despegar los ojos de su novio ni un segundo.

—Nana. —Jeno susurró y Jaemin le miró.

Jaemin no contestó, pero, con suficiente confianza, se sentó en el regazo de Jeno mientras limpiaba los restos del polvo traslucido de su cuerpo.

Jaemin sentado sobre Jeno siempre era algo sexy. Porque Jaemin no veía a ningún otro lado que no fuera el rostro de su novio, Jeno no podía abrir los ojos, porque nadie se daba cuenta de que, aunque no los abriera, Jeno podía divisar la hermosa sonrisa de Jaemin con su traje rosa claro.

La sensación húmeda hacía que Jeno quisiera estornudar, pero no lo hizo, Nana tomó el cuello de Jeno y empezó a limpiar, la esponjita con el removedor humedecía la zona del cuello hasta donde había llegado la base del maquillaje.

Fue cuando la esponja dejó de sentirse y Jeno pudo admirar el suave aliento de la boca de Jaemin.

Girando un poco la cabeza, Jeno mantuvo sus ojos cerrados, intentando mantener la voz baja y sonriendo con satisfacción.

Jeno acunó a Jaemin como si fuera un bebé mientras éste jugaba y besaba el cuello del mayor, dejando pequeños besitos, los primero con un brillo y humectante labial, los segundos ya con más saliva que otra cosa. Porque Jaemin no quería contenerse en ningún sentido.

The Eras Dream (NoMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora