Prólogo

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KENDRA

Volví a tener el mismo sueño de todos los años. Ese en el que vuelvo a estar con mi familia. Mamá, papá, Ethan, Kayla y yo viviendo una vida tranquila, en la que solo nos preocupamos de quien se comió el último trozo del bizcocho que hizo mamá o por qué llegamos tarde el sábado por la noche. Lo malo es que, como dije antes, solo es un sueño y me toca volver a la realidad. Tengo que mantener a toda una organización y a mi hermana a salvo de unas criaturas que destruyen todo a su paso causando infinidad de muertes. Los llamamos "reptadores"

Todo esto empezó hace doce años, más o menos. Tenía nueve años cuando, a mi hermana y a mí se nos arrebató lo único que queríamos. Nos quedamos solas por culpa de los reptadores y, sobre todo, por las personas que los crearon; Dylan y Alexander Turner. Ellos aprovecharon que controlaban una gran empresa a nivel mundial y, gracias a eso, crearon un virus o patógeno que provocó un cambio desastroso en las personas. Dejaron de ser humanos y empezaron a moverse por el pensamiento de acabar con todas las vidas posibles.

Esto no solo afectó de forma negativa, sino que de alguna manera hubo personas que obtuvieron "dones". Fuerza, velocidad, control mental, electricidad, poder ver el futuro, y control sobre las "sombras" son todos los dones recogidos hasta la fecha. Con algunas personas que obtienen fuerza, también obtienen la capacidad de crear y controlar el fuego. Todos estos los clasificaron por colores: verde, representa el futuro; naranja, velocidad; amarillo, control mental; morado, sombras; azul oscuro, electricidad y rojo, fuerza y fuego.

Dylan y Alexander, crearon los reptadores con el fin de poder controlarlos y poder tener a todo el mundo bajo sus pies, pero los reptadores son incontrolables. Como no consiguieron su propósito intentaron acabar con todos y cada uno de ellos, pero estos se volvieron independientes. Pensaron que todo estaba perdido y que todo acabaría así; hasta que un día encontraron a las personas con dones y las empezaron a usar como ratas de laboratorio.

Mis padres trabajaban en su empresa y al ver lo que les hacían a esas personas, intentaron ponernos a salvo a mis hermanos y a mí. Intentar huir no sirvió de nada, ya que tenían en la lista a mi madre. Ella si consiguió un don, y por eso no la dejarían marchar. Mis hermanos y yo vimos como esos dos torturaban a mi madre y a toda esa gente. Alexander, el hermano mayor, estaba especialmente obsesionado con el poder y siempre quería más y más... Un día, mi padre se escapó de donde lo tenían encerrado, separado de nosotros e intentó liberarnos, primero a mi madre y a mi hermano y después a mi hermana y a mí para marcharnos todos de allí.

Casi lo matan por eso. Alexander, se desquitaba con él de tal forma que parecía un animal. Yo le gritaba que parase y con todas mis fuerzas intentaba liberarme de todo lo que me ataba. Todo se paró en el momento en el que ví que mi padre no se movía. Mi madre y mi hermana lloraban desoladas, mi hermano le gritaba a Alexander, yo solo podía ver a mi padre en el suelo lleno de sangre intentado respirar con todas sus fuerzas. La rabia, la impotencia, la tristeza y la desesperación por no haber sido capaz de ayudarlo me recorrieron todo el cuerpo y por un momento todo se nubló, algo me decía que fuera con él. En menos de un segundo pasé de estar allí atada, a estar abrazando a mi padre en el suelo. La capsula donde estaba, estalló; la mía, la de mi madre y mi hermano, la de mi hermana y a su paso también las máquinas que a las que nos tenían atadas. Todo quedó hecho añicos.

--Papá...--digo llorando, mientras lo miro y agarro sus manos.

--Ke-Kendra... l-lo siento...--tartamudeó él sin apenas fuerzas.

--No te disculpes, no es tu culpa...

No pude entender lo que me dijo después. Notaba como sus fuerzas se desvanecían y ese fue el momento en el que ví morir a mi padre entre mis brazos. Me sentí sola, de tal manera que me faltaba el aire. Daría lo que fuera para que volviera con nosotras, conmigo... Solo lo abrazo mientras lloro, escuchando a mi madre y mi hermana. Kayla... Ella solo tiene seis años...

Todo lo que conlleva un te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora