Escuela Au

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Sólo tenía una semana.

Sólo le quedaba una semana en la escuela preparatoria estatal de Tabanta.

Después de medio año de estar de intercambio al fin volvería a la academia regional de central Hyrule, al principio había estado fascinada con la pequeña cuidad de Tabanta, el pueblo siempre estaba cubierto de una capa gruesa de nieve rodeada de luz cálida con olor a café y chocolate, pero después de dos semanas el frío era insoportable, sus huesos dolían, los dientes no dejaban de tintinear y sobre todo su ropa no podía secarse en un tendedero, una tarde la encontró tan dura como una tabla de roca y solo tuvo remedio de gastar su pocos ahorro en la lavandería del su edificio.

Aun que la escuela era un caso distinto.

Todos eran amables, demasiados amables, la recibieron con demasiada calidez en contraste del clima gélido, siempre había una sonrisa amable en sus estudiante y sus maestros eran el mismo caso, aún que su favorito era el maestro de música, Nyel, un antiguo director de orquesta que en sus tiempos libres cantaba con apoyo de un acordeón en lugares extraños de la escuela, un día lo encontró debajo de un árbol, otro día sobre la azotea, cantaba sobre antiguas leyendas, santuarios magico, espadas que esperaban un heroe, una princesa y un caballero, incluso de un ¿Cerdo gigante? A veces deseaba algo de lo que su querido maestro fumaba.

Su vida en la pequeña nueva cuidad era simple aún si había insistido en el intercambio este semestre en busca de una aventura de su monótona vida en la cuidad central, aún si arrastró a su prima Zelda con ella solo por qué su padre no se sentía en confianza que su única hija estuviera en otra ciudad sin conocidos, era ridículo, ya tenía diecisiete, era un adulto independiente, pero estaba feliz de tener a su prima favorita en su habitación y vivir esta experiencias juntas.

Todo hubiera sido demasiado tranquilo si no lo hubiera conocido a él, ¿Específicamente a quien? Al capitán del club de arqueria.

Era el chico más popular de la escuela, de hecho era el más popular en toda Tabanta, chicas de otras escuelas venían solo a verlo durante las competencias o los entrenamientos, era alto, delgado pero bien tonificado, entrenaba desde muy temprano y hasta la caída del sol, su piel era color canela, mientras su cabello resaltaba de un tono azul marino (¿Sería natural ese tono?) siempre atado en diversas trenzas apretadas mientras en su fleco diversos mechones blancos formaban un juego, y lo más distintivos, dos hermosas joyas verdes por ojos.

Pero todo el encanto desaparecía cuando habría la boca.

"Se que soy un espectáculo digno de ver, pero por favor, no ensaliben..."

Definitivamente Revali Gale, era un idiota.

Y no uno simple como los muchos que había en su escuela normal o con los que podrías encontrarte en cada esquina, él era el Rey de todos ellos, su vanidad era tan grande que ninguna chica competía contra él, su egocentrismo no le permitía hablar de otra cosa que no fuera sobre él o sobre sus marcas personales, nadie podía escucharlo hablar más de cinco minutos seguido pero aún así de alguna manera era reverenciado como el señor de la preparatoria, o mejor dicho de toda Tabanta.

Link al principio se mantuvo lejos, era el tipo de sujeto que le pondría las banderas rojas bien desplegadas, ya había tenido suficiente de chicos guapos pero cabezas huecas, su corazón había sido roto demasiadas veces para contar con los dedos de sus manos y se encargó de levantar una muralla aún si no había un interés real, sin embargo una tarde...

Por alguna razón la temperatura de la región no era suficiente para que las gotas de nieve se transformaran en copos de nieve como siempre había sucedido desde que llegó, esa tarde el pueblo fue cubierto con una húmeda lluvia, no era tupida, era suave y ligera pero por una extraña razón el aire era más gélido de lo normal.

Revalink One-Shot's.!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora