Sexta memoria

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Una tarde, después del arduro trabajo de recolentar el alimento, Usopp me volvió a guiar al oceano a petición mia. A pesar de los dolorosos recuerdos que golpeaban mi mente ese lugar también me traía una tranquilidad dificil de explicar, el simplemente observar la extención de agua me hacía recordar los buenos momentos que pasé con la tripulación "Hombres del mar", y en mí crecía un sentimiento de esperanza, deseaba que almenos algunos hubieran sobrevivido a la tragedia del barco y que pudiera contar con orgullo la travesía que vivimos. 

Cada día que pasaba en el hogar de Usopp se alejaba de mí el deseo de salir corriendo y navegar hasta Francia. No necesitaba dejar tan magnifico lugar. No necesitaba dejar a Usopp. Además, no quería dejarlo.

Le indiqué con la mirara que nos acercáramos un poco más al agua. Siempre permanecíamos fuera del alcance de las olas, pero ese día me aseguré que fuera diferente. No podía entenderlo bien, pero parecía que el pueblo de Usopp solía temerle al oceano, y no solo a este, los rios y lagos cercanos al pueblo solían ser ignorados y evitaban que los niños se acercaron a estos a menos que su profundida fuera mínima. Estaba casi seguro que ellos no habían aprendido a nadar jamas.

Usopp me miró extrañado cuando de pronto empecé aquitarme la poca ropa que traía y caminaba sin detenerme hasta sentir como las cálidas olas golpeabana suavemente mis pies. Suspiré ante tan agradable sentimiento y lo invité con la mirada a que se acercara. Claro que negó enérgicamente con la cabeza y dio dos pasos hacia atrás. 

—" Sajbe'en, yaan sajkil".

Esas palabras eran nuevas por lo que ante mi mirada confundida él exageró  sus reacciones e hizo sonidos como si se estuviera muriendo. Reí bajo antes sus exageradas expresiones, lo que trataba de decir es que el océano le parecía peligroso y tenía miedo.

Le extendí mi mano y recordé una de las primeras palabras que aprendí al llegar a este extraño lugar — " In alab óol ".

Confía en mí. 

Me miró aun con duda pero poco a poco se asercó a mí y se aferro a mi mano una vez estuvo a mi lado. Recuerdo sonreírle  y decirle, con mis palabras dado que no sabía como decirlo en las suyas, que no iba soltarlo. La sonrisa que me dedicó la tengo grabada a fuego en mi mente con mucho cariño; él tomando mi mano, siendo rodeado por el brillante reflejo de la luz en el mar y la poca brisa corriendo a través de nosotros haciendo que mechones de su largo cabello se movieran de un lado a otro, oh si, tengo tan presente ese hermoso y único recuerdo que hoy en día anhelo volver a los días tan tranquilos y tan pacificos que pasé junto a él. 

Poco a poco, según iba confiando más en mí  y en el oceano, logré avanzar hasta que el agua que nos rodeaba nos mojara hasta la cintura. Usopp parecía encantado de sentir el oceano y la arena a sus pies, pero no dejaba de aferrarse con fuerza a mí, y eso estaba bien para mí. En ese momento saltó en mi el sentimiento de anhelo o tal vez deseo, deseaba que Usopp jamás se soltara de mí.

Solo salimos del mar cuando el atardecer se hizo presente y nuestras pieles picaban por exceso de arena y sol. Aunque ambos nos mantuvimos aún mirando como el sol se ocultaba y le daba el turno de brillar a la redonda y blanquecina luna.

— " T'úubul k'iin " — dijo Usopp señalando cuando se ocultaba el sol. Me agradaba que no perdiera el momento para enseñarme palabras nuevas.

Asentí y repetí lo que me decía aunque parece que mi pronunciación fue errada dado que Usopp repitió la misma palabra asentuando el final de esta. Me tomó al menos seis veces repetir la palabra hasta lograr una pronunciación que a él le pareciera decente. 

—¿Cómo puedo decir amanecer? 

Era curioso, pero a medida que aprendia palabras olvidaba que él no podía entender todo lo que decía. Cuando me miró sin entender yo traté  de preguntarlo con gestos exagerados, justo como él lo hacía conmigo.

—Amanecer, cuando el sol— señalé hacia el horizonte donde apenas quedaban rastros del sol — vuleve a salir— moví mi brazo tratando de asemejar el recorrido del sol devuelta al inmenso cielo.

—Amnce... — pronunció según entendió y asentí, en verdad yo no era exigente cuando de pronunciación se trataba —amnce... " píik'il ".

Nuestro momento de aprendizaje y enseñanza se vio interrupido por gente de su pueblo, dos hombres mayores que nosotros. Recuerdo que uno de ellos pertenecía al grupo de los guerreros del pueblo, lo llamaban Wyper, aunque jamás supe si ese era su verdadero nombre o un tipo de apodo, era difícil preguntar si significaban algo esos nombre. El otro hombre era de una edad avanzada, aunque eso no significaba que fuera alguien indifenzo, de hecho parecía que pertenecía a uno de los 4 líderes del pueblo, pero no supe más de él.

Tuvieron una conversación corta, de la cuál no entendí ni una sola palabra. Sé que se trataba de mí ya que los guerreros solían referirse a mí todo el tiempo como " Ch'a' k'uxta'an ", enemigo. Pero siempre que hablaban de mí Usopp parecía defenderme. En ese momento usó palabras desconocidas para mí, pero si hubiera sabido en ese momento lo que significaban tal véz habría respondido correctamente a lo que afirmaba con tanta decisión y en tono de advertencia.

— " Leti'e' in tia'al ".

Repitió al menos 2 veces más esa misma expresión antes de que los hombres, con expresiones indiferentes, nos volvieran a dejar solos y me miró con una sonrisa cuando ambos hombres se habían alejado. Recuerdo haberle preguntado el significado, pero ignoró mis dudas y siguió sonriéndome. También recuerdo que en ese momento pasó algo más, un fuerte sentimiento que golpeó mi pecho cuando su mano volvió a aferarse a la mía, esta vez no buscando protección ante el peligro, era otro sentimiento, buscaba transmitirme algo, aunque no pude decifrar qué cosa.

Hoy en día río ante ese recuerdo y con las mejillas teñidas en un tono rijozo sonrío con la vista lejana. Si tan solo hubiera entendido lo que quería decir con tan solo esa pequeña acción.

" Leti'e' in tia'al ", él es mío...



















. I N . Y A K U M E C H .

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: : : A N N S O W I 8 0 : : :

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