El Capitolio

96 9 2
                                    

Los niños y yo pasamos la noche llorando abrazados los unos a los otros. Ninguno podía creer que Gale ya no estuviera aquí con nosotros nunca más, que sus botas de piel nunca volverían a ponerse encima de la mesa del salón, que nunca más podría contarnos sus historias. Peeta estuvo a nuestro lado en todo momento y Haymitch pasó parte de la noche ayudando a Peeta a cuidarnos.

A la mañana siguiente fuimos a ver a la familia de Gale que todavía vivía en el nuevo Distrito 12. Hazelle, su madre, aunque ya era mayor, unos cinco años más que mi madre, seguía limpiando todos los días la casa y haciendo la mayor parte de las tareas. Rory se había ido a ayudar a Gale tan pronto como cumplió los dieciocho y ahora en la casa ya solo vivían Hazelle y Posy, pues Vick se había casado y vivía ahora a unas casas de distancia.

Nos abrieron la puerta con los ojos rojos y llenos de lágrimas y Hazelle enseguida se lanzó a mis brazos llorando. Entrámos en la casa y lloramos juntas durante mucho rato intentando hablar pero sin verdaderamente consiguiéndolo. Los niños también lloraban abrazados a Posy mientras Peeta trataba de consolarlos como había pasado la noche haciendo.

Cuando por fin conseguimos calmarnos todos un poco Hazelle fue la primera en hablar:

- El funeral será dentro de tres días, en el Capitolio.

- ¿En el Capitolio?- pregunté confundida

- Sí, quieren enterrarlo con honores, y no van hacer caso de nuestras súplicas sobre tener un entierro privado.

- Oh...- dije sin saber que más añadir.

- ¿Vais a venir verdad?- preguntó Posy de improviso.

- ¡Claro! ¿Verdad mamá?- preguntó Rose todavía con lágrimas en los ojos.

- Pues claro cielo- dije en una voz suave

Nos despedimos un rato después de esa conversación y nos dirigimos a casa para hacer la maleta para el pequeño trayecto. No tardamos demasiado pues no íbamos a pasar más de tres días fuera y cuando terminamos aún faltaba una hora para que llegara el tren que nos llevaría al Capitolio.

Durante ese tiempo no hablamos demasiado, todos estábamos muy abatidos y nadie tenía ganas de hablar. Seguro que Prim hubiera sabido que decir. Pensar en ella en esos momentos no ayudaba demasiado a mi estado de ánimo, pero no podía evitarlo.

Nos dirigíamos hacía la estación cuando Haymitch con una maleta nos paró pidiendo que les esperáramos. Al parecer su relación con Gale se había estrechado durante esos años, o tal vez su relación con Hazelle quién a veces seguía yendo a su casa a limpiar. Fuera como fuera el también venía al Capitolio, a pesar de todas las terribles pesadillas que, al igual que todos los antiguos vencedores, tenía de aquel lugar.

After the Games [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora