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-Deberías mudarte, y de inmediato... -habló Quin al estar sentado enfrente de una mesa. Poseidón tan solo se limitó a tomar su taza de té y darle un sorbo, para después arrugar la frente, si eso que había dicho Qin era una broma, era una muy mala-. Ese anciano volvió a apuntarme con esa vieja escopeta... -el alfa también tomó su taza de té y le dió un sorbo.

-¿Mudarme? -lo vió de manera seria y fulminante -. Eso es lo que más anhelo, estoy harto de vivir aquí... ¿Por qué debo ser yo quién viva aquí? -a decir verdad, Poseidón no era solamente el novio de Qin, sino más bien, su amante. Quin estaba casado desde hace varios años -. ¿Por qué elegiste esta posilga para mí? ¡Debiste buscarme un lugar mejor! -al parecer Qin no era el único que odiaba aquí -. Estoy harto de vivir aquí, encerrado, no puedo salir, no me permites salir -sin mencionar que también era muy peligroso para él que saliera en este barrio lleno de delincuencia.

-Ya te lo dije... este lugar es muy peligroso para tí, si sales afuera de este edificio, no quiero ni imaginar que es lo que esa gente te haría, eres muy valioso para mí, cariño... -colocó su mano sobre la mano de Poseidón.

-¿Cuánto? -habló entre dientes -. ¿Cuánto tiempo debo esperar más para que te divorcies de ella y me saques de aquí? ¡No sabes lo que es estar aquí todo el tiempo! -aumentó su tono -. Tú solo vienes, me haces tuyo y luego te vas... -alegó, a decir verdad, él amaba a Qin, pero luego de saber que le fue infiel con esa maldita perra de Apolo, ya no se sentía así, se sentía como un juguete, un juguete al cuál Qin venía a ver de vez en cuando; cuando se aburría de su esposa e hijo. Un juguete que no tenía a donde ir, y que no podía salir de aquí por temor a ser agredido allá afuera, sin mencionar que, también estaban sus padres. Se sentía tan patético y miserable -. Ya me harté de ser el amante, quiero ser el esposo- Quin suspiró con pesadez ¿Por qué Poseidón se empeñaba tanto en tener este tipo de conversaciones?

-Ya te lo he dicho, no es así de simple. ¿Tú crees que me gusta venir aquí también? ¿Qué ese maldito anciano me apunte con su arma? ¿Me acuse de embarazar a su hijo? No, claro que no, amor. No te confundas. No puedo divorciarme de ella aún, no es tan fácil. Es la madre de mi hijo, sin mencionar que, su padre es mi jefe...perdería mi empleo -se quedaría sin nada -. Créeme que me encantaría sacarte de aquí, pero ella sospecharía si compro un departamento lujoso para tí, aquí la renta es muy barata, así que ella no sospecha de este gasto... -añadió para después levantarse. Poseidón frunció el ceño, maldito estúpido de Quin, pero aún así, no tenía a donde ir, ni un centavo tampoco. Poseidón no tenía remedio -. Sin mencionar que... ¿Tú crees que después de tantos años tus padres aceptarían nuestra relación?, Cuando voy a un sitio y me topo con uno de ellos, siempre tratan de agredirme, me gritan: "¿Qué le hiciste a mi hijo? ¡Regrésalo!" -esa era otra muy buena razón por la cuál Poseidón tampoco debería salir, no querría que sus padres lo alejasen de su lado. Los padres del rubio jamás estuvieron de acuerdo a qué Poseidón continuara su relación con Qin, no después de enterarse de que el cabello negro estaba casado, y que Qin era el yerno de uno de los hombres más poderosos de la ciudad, un hombre que se sospechaba era un miembro muy importante en la mafia.

-No, no lo creo -confesó resignado. Hace tantos años que se enamoró de ese sujeto, en sus inicios de este amorío fue muy feliz, pero ahora, ya no tanto, aunque claro, su orgullo no lo dejaría abandonar a Qin. Si abandonaba a Qin, abría perdido contra la esposa de ese sujeto.

El Omega se levantó de la silla al ver que Qin también lo hacía.

-¡Ahg...! ¡Ah! ¡Ahghg! -era lo que salía de la boca del rubio mientras ese sujeto mordía su piel. Quin entró y salió del Omega varias veces, mientras este sollozaba de placer; su Omega sin duda era el más hermoso, el más atractivo, sin mencionar que le encantaba cuando le hacía el amor. Poseidón siempre fue arisco, jamás tuvo a algún otro novio además de Qin, ese sujeto era el único que lo hacía gemir de esa forma -. Maldito... -jadeaba mientras ese sujeto estaba encima suyo, lo que parecían lágrimas de placer, pronto se volvieron lágrimas de dolor -. Maldito... -aunque estaba de acuerdo a seguir con esto (de tener relaciones íntimas con Qin), eso no quitaba el hecho de que le dolía ser tratado así. Ser tratado como un simple pasatiempo.

Incroyable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora