—¡Esa es mi puta! —gritó un muy ebrio Ares mientras iba caminando hacia el altar, hace unas semanas se enteró que esa maldita puta que lo quería hacer responsable de ese pequeño bastardo se iba a casar, al inicio creyó que era una broma, sonaba a una verdadera tontería, pero entre más días pasaban más se creyó ese absurdo rumor, su puta favorita se iba a casar. Lo que Ares creyó es que, después de tener al bebé Apolo regresaría a trabajar y lo volvería a follar como siempre mientras le pagaba una miseria por usar su cuerpo, pero al enterarse de que se casaría con un oficial de Policía; se alteró, sabía perfectamente que ese maldito sujeto jamás dejaría que otro que no fuese él; tocase a esa puta barata —. Es mío, y de nadie más… —habló en su tono de ebriedad —. Déjalo. Apolo —llamó —. Ven aquí… vámonos al hotel de siempre, a hacer eso que tanto te gusta… —Apolo de inmediato sintió vergüenza ¿Por qué Ares tenía que aparecerse justamente en este momento y dejarlo en ridículo frente a todo mundo? "Qué bonito, uno de sus amantes vino a reclamar a la puta" eso es lo que creía que todos los invitados pensaban de él en este momento.
El Omega sentía un trago amargo en su garganta, nunca se había sentido tan ofendido y humillado en su vida, de verdad le dolía el alma, y más porque sus padres estaban en el lugar, ahora sus padres sabían perfectamente cual era ese empleo del cual nunca hablaba, una que otra lágrima comenzó a salir de sus hermosos ojos, mientras temblaba, por lo menos agradecía qué tenía un velo para cubrirle el rostro, así nadie lo notaría.
—¡¿Qué acaso eres sordo?! ¡Vámonos! Tengo alcohol, tabaco y un poco de ese polvito blanco que tanto te gusta… —rió burlón. Artemisa arrugó la frente ¿Por qué este mal nacido venía aquí hoy? ¿No fue bueno para hacerse cargo del bebé de Apolo pero sí para esto? Para dejarlo en ridículo enfrente de su familia. Para hacer un escándalo que perjudicaría a Apolo. Era todo, ella quería matarlo, golpearlo ó lo que sea, pero quería que se callara y se fuera. Qué dejara en paz a su hermano.
—¿Qué ha dicho ese sujeto, Artemisa…? —habló su madre con un quebrante tono de voz ¿Su hijo una prostituta? ¡¿Una maldita prostituta con vicios?! La Omega no lo podía soportar, no, eso no era verdad —. Apolo… mi Apolo una ramera…—una que otra lágrima comenzó a resbalar por sus mejillas.
—¡Pamplinas! —alegó su padre al sostener la mano de su esposa, eso no sonaba a su querido hijo, él jamás haría eso, Apolo era un buen joven (ó eso quería hacerle creer) —. No le hagas caso a ese idiota querida, tal vez es un ex novio despechado… pero no te preocupes, ahora mismo yo lo sacaré de aquí… —prometió su padre, pero justo antes de soltar la mano de su esposa; su hija lo interrumpió.
—No te preocupes, padre, yo misma me encargo de él… —habló en un tono cortante mientras tenía una mirada llena de furia, nadie le iba a arruinar la oportunidad a su hermanito de ser feliz. Artemisa se levantó de la mesa para luego caminar hacia ese maldito ebrio estúpido —. ¡Oye! —alegó al empujarlo. Ares quejió de dolor al caer sobre su trasero al suelo, maldita mujer —. ¡¿Qué crees que haces, ebrio estúpido?! ¡Vas a lamentar haberte colado a esta boda sin invitación…! —y diciendo esto, levantó a ese sujeto del suelo y lo jaloneó del brazo hacia afuera del lugar, donde había demasiado frío.
Tanto Apolo cómo Leónidas se aliviaron de ese bochornoso espectáculo, Apolo se moría de vergüenza y Leónidas de rabia. El alfa agradeció a Artemisa para sus adentros, ya que estaba tan cerca de ser él quien sacase a ese pedazo de basura del lugar.
—¿Podemos continuar? —habló Leónidas al pastor.
—Sí, sí. Cómo iba diciéndo… estamos aquí para celebrar a esta hermosa pareja. Apolo… aceptas a Leónidas Sídero tanto en la salud cómo en la enfermedad, hasta que la muerte los separe…
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Incroyable.
FanfictionLeónidas x Apolo. ¿Qué es lo que pasa cuando una prostituta que está en la miseria se embaraza de un cliente y éste no anhela ser responsable de sus actos? Bueno, Apolo Chrysos está apunto de descubrirlo. †Contenido omegaverse. †Debes tener más d...