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Que pacífica mañana, los alumnos quejándose y maldiciendo, otros alistándose para llegar a tiempo a sus clases, los profesores alistando los temas...

Claro, todo era tranquilidad para algunos... pero para otros no tanto y de ejemplo tenemos a nuestro querido director.

—Joder... -Maldijo en voz baja al ver el tiradero. —Estos mocosos me sacaran canas, cómo carajos pueden tener tanta energía...!?

Nuestro querido Director Crowley tenía su cabello hecho un desastre, la tarea de ser padre no le gustaba y menos cuando los tenía que cambiar de pañal.

Mientras el se bañaba y pensaba como "liberar" su agenda para tener más tiempo con los bebés, su cuerpo se tenso al escuchar los llantos de estos, así que terminó de bañarse lo más rápido e ir a atenderlos.

Después de unas horas el director estaba en su oficina viendo algunos papeles mientras los niños jugaban, aunque debes en cuando tenía que voltear para asegurarse que todo estuviera en orden y para colmo era vigilado por el gato de Trein.

—Vaya... parece que desconfia de mi... -Se le quedó mirando al felino por un rato.

—Director...? No es por nada, pero... -Las palabras del joven chico de cabellera roja, quedaron al aire al ver a los bebés.

—Riddle!!! Que bueno que apareces, necesito ayuda con unas cosas y tengo que salir, pero no tengo con quien dejar a estos angelitos -Le sonrió de forma inocente.

—Disculpe...? -Dijo dudoso y sin comprender todavía.

—Si? Ay que amable joven Rosehearts!! -No lo dejo reaccionar y se fue.

—Espere!!! -Se dio la vuelta y ga ni había nadie, regreso su vista a los bebés y suspiro.

—Riddle, ¿lograste hablar con el Director? -Un joven peli verde entro para ver a su amigo.

—Pues no... pero nos pidió que cuidaramos a los bebés... -El de menor estatura estaba nervioso.

—Bueno, supongo que no tenemos escapatoria -Ambos soltaron un suspiro agotador.

En otro lado, el querido director estaba tomando una buena siesta en su habitación, había cerrado todo y puesto un hechizo para no ser molestado.

Por otro lado, los jóvenes se habían ido a su dormitorio correspondiente, pero todos los alumnos los miraban curiosos por los bebés y creían que había sido obra de alguna poción fallida.

—Hey riddle, queblssi con lo que le ibas a decir al director? -Otro chico de cabellera anaranjada estaba mirando su teléfono y no prestaba atención a los recién llegados.

—No logré hablar con el, pero nos encargó unos bebés -Solto un suspiro cansado.

—Tan vez sean unos alumnos de una poción fallida -El otro chico llevaba a dos bebés, mientras su amigo solo uno.

—Bebes? Ja!! Será divertido molestarlos un poco -Se levantó del mueble para prestarle atención a sus superiores y soltó una carcajada.

Un Pequeño Pero Gran CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora