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Jeon despertó así en la sala de su departamento. Vestido con la ropa de su viaje, con la cara llorosa y sus animales acurrucados junto a él. Aunque claro, Bigotes le apretaba sus costillas y era un poco incómodo.

—Pareces una jodida niñata llorando a las 4 de la mañana. —Dijo su hermano, Jang, mientras iba a la cocina y se servía una taza de café.

—Cállate. —Dijo Jeon acariciando a Lily. Ella se veía feliz y llenita. El bastardo al menos los había cuidado bien.

—Chúpame la pija y luego me callo.

Jeon suspiró, sentándose en la alfombra. Le dolía la cabeza y tenía los cachetes pegajosos. Frente a él se sentó Jang, usando un par de shores y su playera fea. Le arrojó una botella de agua a Jeon y la recibió en el aire. Perfecto.

—Si supiste cuando llegué no te hubiese costado soltarte la polla y saludarme. —Dijo Jeon.

Jang sonrió. Jang era el hijo que su madre había tenido en una aventura cuando Jeon era un niño. Él lo habia conocido poco, pero cuando terminó la universidad, Jang se fue a vivir con ellos y se volvieron cercanos. Cuando Jeon se independizó aveces lo invitaba a beber u otras Jang le invitaba a comer fideos callejeros.

Eran buenos amigos, aunque Jang era todo lo contrario a el. Rebelde, casanova, guapísimo como el infierno y caliente como perra en celo. Y, aunque tenía una faceta muy dura, Jang estuvo siempre para el cuando Taehyung se fue de su lado. Jeon le contó todo, y, aunque no hubieron palabras de aliento ni abrazos amorosos, hubo contención, hubo silencio, hubo respeto y Jang no lo juzgó.

Desde allí ellos fueron uña y mugre. Su hermano era un osito bajo esa piel de rebeldía y mierda, lo sabía, y el lo quería tanto como para dejarle a cargo a sus animales.

—Te escuché llorar. —Dijo Jang, abriendo una lata de bebida energizante. —Y te dejé llorar, compañía no era lo que necesitabas en ese momento.

Jeon sonrió. Si él era un imbecil leyendo las emociones de los demás e incluso la suya, Jang era terriblemente bueno.

—Lo vi. —Dijo Jungkook, no tenía intenciones de ocultarle nada a su hermano. —A Taehyung, tiene una esposa, dos hijos, un bar aterrador y una empresa enorme. Triunfó jodidamente en esta vida y yo aún me tumbo en la mierda como un puto niño.

Hubo silencio, y supuso que se quedaría así cuando Jang habló.

—Si esto es la mierda, quiero que me enmierden por todos lados porfavor.

Jeon lo miró. Su hermano prosiguió.

—Mírate, joder, acabas de ir por una semana a américa. —Dijo él. —Tienes el puto puesto mas alto en una empresa, tienes un departamento enorme, tienes una vida de lujos, relojes que me dieron ganas de vender y comprarme mucha droga. —Dijo Jang, haciéndolo reír. Jeon sintió sus lágrimas deslizarse por su cara, era la primera vez que su hermano le daba apoyo de alguna forma. —No tienes hijos, no tienes deudas. Mierda hermano, ¿Acaso no te das cuenta que tú también estás triunfando?.

Jeon se limpió las lágrimas.

—¿Como lo supero, hermano?. —Dijo, aunque el agua no dejaba de caer por sus ojos. —¿Como puedo superar esta mierda que aún cuelga de mi?.

—Primero, cámbiate esa puta ropa que llevas encima. —Dijo Jang, Jeon rió sin poder dejar de llorar. —Segundo, ponte como puto dios griego y vamos a ir a cualquier bar y vamos a embriagarnos hasta jodidamente borrarnos. Aunque tú pagas, obvio.

Jeon asintió, sí, era un buen plan.

—Sí, me gustaría.

Hubo silencio entre ellos. Quizá Jang estaba esperando, quizá solo estaba dándole su espacio.

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