Warrior Nun: Las secuelas

Capítulo 35

Una inquietud dominaba su cuerpo. En el exterior, tranquila como siempre y mirando al frente, Suzanne se paró frente a la ventana y observó dos pájaros en un árbol. No pudo evitar pensar en Ava y Beatrice. Estaba preocupada. Algo le dijo que algo andaba muy mal. Decidida a llegar al fondo del sentimiento, se apartó del vidrio y buscó a Dora en su cuartel general.

"Madre Superiora. ¿Hay algo que pueda hacer por ti?" Dora preguntó cuando Suzanne entró en la habitación.

"De hecho. ¿Has escuchado algo nuevo de Ava y Beatrice?"

"No. El último mensaje que recibí fue de Camila y Yasmine. Han llegado a la Orden. ¿Tiene una razón para su demanda?"

"No estoy seguro. Un sentimiento extraño me dice que algo anda mal. Normalmente no le presto mucha atención, pero he aprendido a escucharlo más a menudo y confiar en él".

Dora dejó el mouse de la computadora y le prestó toda su atención. 

"¿Qué crees que podría desencadenar este sentimiento?"

"Como dije, no estoy seguro".

"Todo estará bien. Las dos son excelentes monjas guerreras y Ava la portadora del halo. Estoy seguro de que estarán bien".

Eso es lo mucho que Suzanne esperaba que Dora tuviera razón. 

"¿Qué tan avanzado estás con las grabaciones de video?"

Hace unas horas, le había dado la tarea de examinar todas las imágenes de video y encontrar extractos de la lucha contra el misterioso oponente. En el lugar donde sus monjas conocieron al hombre, no había registros. Todas las cámaras de seguridad en el área estaban caídas. Por lo tanto, buscan en las redes sociales. Tal vez la civilización había tomado fotos y videos y los había compartido en Internet. Valió la pena intentarlo: de esta manera pudieron obtener una mejor imagen de su fuerza y generar una o dos ventajas importantes. Desafortunadamente, Dora no era tan talentosa en el teclado como Camila, por lo que este proceso tomó más tiempo de lo habitual.

"Ni siquiera cerca de terminar. Eso es varias horas y más de cien fuentes diferentes para examinar durante el período. Va a tomar un tiempo".

Decepcionada y molesta, la Madre Superiora exhaló audiblemente fuerte.

"Entonces todavía no tenemos ninguna información sobre él".

"Eso no es del todo correcto", objetó Dora. 

"No tenemos otra información que la que nuestras hermanas pudieron reunir en una batalla", se corrigió la Madre Superiora.

Toda la situación no fue tan fácil como les gustaría. En una pelea inferior, no tienes tiempo para mirar todo de cerca y en detalle, observarlo y memorizarlo. Así que no podías estar seguro de que todos fueran verdaderos sobre lo que Lilith y los demás habían observado. 

"No puede ser que no podamos encontrar nada. Debe haber un registro de él en alguna parte, o algo que nos ayude". 

"¿Podría haber una posibilidad de que encontremos algo en la biblioteca del Vaticano? Es el más grande para los escritos cristianos", preguntó Dora.

¡Eso fue todo! Como obsesionada, Suzanne se levantó y corrió a su pragmática oficina. En algún lugar había leído algo al respecto. Porque si Dora y su inteligente libro tienen razón, entonces realmente podrían encontrar algo en esta biblioteca. Estaban en Roma. ¿Dónde, si no aquí, podrían encontrar respuestas a sus preguntas? 

Dora aparentemente la había seguido. Por el rabillo del ojo, podía ver a Dora mirándola hurgar en sus papeles. "¿Qué estás buscando?"

"¡Encontrado!" Triunfalmente, levantó el librito hacia arriba.

Rápidamente abrió la página correcta y volvió a leer. Eso fue todo. 

"Dora, creo que estamos irrumpiendo en el Vaticano".

Sorprendida, Dora solo la miró.

"¿Estás seguro? La sugerencia en realidad fue más como una broma". 

"Pero lo digo en serio. No podemos simplemente sentarnos aquí durante días mientras los demás son productivos. Navegue a través de miles de videos que pueden no tener nada útil en ellos.

"¿Qué estás haciendo exactamente?"

"Estamos irrumpiendo en el Vaticano".

Así que fue un trato hecho. Dora salió de su habitación y se preparó. Solo dos que están asumiendo el riesgo. ¿Qué era una vida sin riesgo? En el pasado, Suzanne ya había llevado a cabo misiones más exigentes por su cuenta y lo logró. Solo tenía que estar preparada y elaborar un buen plan. Justo cuando estaba revisando sus notas sobre el Vaticano, un ruido extraño detrás de ella llamó su atención. Suzanne se dio la vuelta lentamente y se sorprendió rápidamente cuando Lilith de repente se quedó allí.

"¡Lilith! Voy a caer muerto un día por tu culpa".

"Lo siento, Madre Superiora".

"¿Qué estás haciendo aquí?" Suzanne preguntó, cuando su pulso se había calmado de nuevo.

"Tengo algo que hacer aquí antes de ir a ver a mi madre".

"¿Tu madre? Fue monja de la OCS durante mucho tiempo, y ciertamente puede ayudarnos en esta guerra".

"Esa también era mi intención. ¿Qué se está planeando aquí?"

"Queremos visitar la biblioteca del Vaticano".

"¿Visitar? ¿Cómo puedo ayudar?" Lilith preguntó con interés.

"La decisión de hacerlo fue hace menos de media hora, Lilith. Planificamos nuestro enfoque para reducir el riesgo de la mejor manera posible. Eso es con lo que puedes ayudar en este momento. "

Sin embargo, Lilith no se movió ni un centímetro. De repente se puso rígida y miró al espacio. Un segundo después, se dio la vuelta y desapareció con sus habilidades de teletransportación. 

"¿A dónde se ha ido?" Susanne se preguntó en voz alta.

A pesar del extraño comportamiento de Lilith, no fue disuadida por mucho tiempo y fue a Dora para aclarar algunas cosas. Sin embargo, tan pronto como entró por la puerta, hubo silencios inquietos y pasos rápidos que se escucharon en unos pocos pasillos de distancia. Alarmada, intercambió una mirada con Dora antes de que ambos caminaran en la dirección de los sonidos, listos para la batalla. Sin embargo, no se encontraron con ningún intruso allí, como se esperaba, sino con Lilith, Ava y Beatrice. Inmediatamente, ambos vieron que algo andaba mal.

"¿Qué pasó?" Suzanne le preguntó a Ava, que estaba completamente llorando. 

Lilith llevó a Beatrice en sus brazos, estaba completamente manchada de sangre e inconsciente. ¿O tal vez muerto?