Warrior Nun: Las secuelas

Capítulo 38

"¡Camila! ¡Ven aquí!" —gritó Yasmine en la habitación—.

No pasó mucho tiempo y se escucharon pasos rápidos en la gigantesca biblioteca.

"¿Qué es? ¿Pasó algo? —preguntó Camila alarmada mientras entraba en la misma fila de estanterías.

"Creo que el libro de ahí arriba podría ser el que estamos buscando".

Camila se relajó visiblemente y suspiró profundamente.

"Jesús, Yasmine. Pensé que había pasado algo grave. No me asustes nunca más".

Divertida por su preocupación involuntaria con Camila, no pudo evitar reírse y luego se esforzó por parecer seria de nuevo.

"¿Oh, sí? Así que, en realidad, algo sucedió".

Camila palideció y se puso igual de seria. Al parecer, Yasmine fue más convincente de lo que había creído posible.

"¿Qué pasó? ¿Hay algo malo con los demás? ¿O hay algo malo en ti? ¿Te has hecho daño? Yasmine, ¿estás bien?" 

Estaba visiblemente preocupada, la propia Yasmine no pudo contenerse mucho más y tuvo que seguir adelante antes de estallar en carcajadas.

"Oh, sí, algo realmente malo".

"Ahora, no dejes que siempre tenga que convencerte de que me digas cosas. ¿Qué pasó? —insistió Camila con impaciencia.

"No puedo llegar al libro". 

Tan secamente como pudo, Jasmine pronunció esta frase. Camila se limitó a parpadear perpleja antes de volver a encontrar su voz.

"Obtienes... Espera, ¿qué?"

Entonces simplemente estalló fuera de ella. Yasmine comenzó a reír tan fuerte que las lágrimas brotaron de sus ojos en cuestión de segundos y le dolieron los músculos abdominales. Cuando Camila finalmente entendió que la acababan de, intervino.

"Me tuviste por completo, pero solo por un segundo". 

—Por supuesto, aunque me sorprende lo bien que me has escuchado.

"¡Oye!" Camila juguetonamente le dio un golpe en las costillas, "Siempre te escucho y te presto atención, sueles contar todo demasiado complicado y revuelto".

"Oh, ¿es así? ¿Qué tal ayer? Yasmine se burla de ella.

Como si no supiera nada y no tuviera idea de lo que estaba hablando, Camila se sentó en el suelo y se apoyó en el estante. Ayer habían estado revisando viejos pergaminos y Jasmine les pidió que los ordenaran de inmediato para poner un poco de orden en el archivo. Camila no había escuchado las tres únicas veces y había puesto todos los papeles en un montón. Tardaron dos horas más en resolverlos al final. El pensamiento del día anterior y lo mucho que se habían divertido juntas hizo sonreír a Yasmine.

—¿En qué estás pensando? —preguntó Camila en voz baja, agarrándola de la mano y tirando lentamente de ella hacia ella hasta que se sentaron una frente a la otra.

Sin pensarlo mucho, simplemente abrió la boca y dijo lo primero que se le vino a la cabeza. —Tú.

Tan sorprendida por la honestidad como ella, Camila también comenzó a sonreír. El espacio entre los estantes no era muy amplio, por lo que la distancia entre sus pies en ángulo era pequeña. Yasmine podía sentir el calor de Camila a través de sus zapatos y calcetines.

Casi magnéticamente, se sintió atraída hacia ella y la necesidad de acurrucarse cerca de ella se hizo cada vez mayor. Como si Camila lo hubiera leído en sus ojos, se puso de pie y se sentó a su lado. Ese fue el primer paso. Yasmine hizo lo segundo deslizándose más cerca de ella y apoyando su cabeza en el hombro de Camila. Era un poco más grande y, por lo tanto, tenía que deslizarse un poco hacia abajo, pero aún así era cómodo. Entonces Camila dio un paso más y tomó su mano entre las suyas. Así, sin moverse ni decir nada, permanecieron sentados unos minutos. Podrían haber sido horas.