Dragón Derribado [Chimuelo x Male reader]

I

Berk comenzaba su día con normalidad, terribles terrores cantando por la mañana, Nadder's danzando y jugando en los comederos, Gronckles durmiendo por ahí y pesadillas monstruosas peleándose entre sí o asustando a las ovejas. Además de las diferentes especies que habitaban Berk. La mayoría, para no decir todos, tenían sus propios dragones, grandes o pequeños, cada uno tenía un compañero por el cual preocuparse. Hipo salía de los establos, había alimentado a los dragones que aún no salían a tomar el sol, su fiel compañero lo acompañaba para mantener el orden en los comederos, calles y casas, una rutina que ambos habían tomado desde que el furia nocturna se había vuelto el Alfa.

El castaño pronto tomaría su puesto como líder, algo de lo que su padre estaba orgulloso, al igual que su madre, ambos adultos se la pasaban molestando sobre eso, pronto sería el líder y tendría que tomar las decisiones que él creyera favorable para su gente.

Pronto comenzó el almuerzo, donde todos los vikingos se reunían a comer dentro del gran salón, casi al terminar y por obra del destino, un vikingo que hacía vigilancia entró avisando de la llegada de los mercaderes, por lo que Hipo y parte de su pueblo fueron de inmediato al puerto para darles la bienvenida. Los vikingos se separaron para completar sus compras e intercambios, además de recibir encargos que previamente habían solicitado. Hipo miraba esta interacción con una sonrisa de satisfacción, estaba agradecimiento con el cambio, que al principio, había sido complicado por las viejas creencias

Berk se había vuelto un hogar para todos los dragones posibles, causando que muchos mercaderes se desviaran de sus rutas por miedo a ser atacados por las bestias aladas. La visión de criaturas voladoras gigantescas surcando el cielo, escupiendo fuego y rugiendo como truenos, era suficiente para que los barcos buscarán puertos más tranquilos y seguros. El miedo a lo desconocido, a lo incontrolable, mantenía alejados a muchos de los navegantes que surcaban las aguas para ganarse la vida.

Sin embargo, con el tiempo, algunos comerciantes más atrevidos se aventuraron a acercarse, impulsados por la promesa de los productos únicos que solo Berk podía ofrecer, como garras y escamas en buen estado de diferentes especies, materias primas difíciles de conseguir.

A Hipo le gustaba hacer tratos, formar lazos con los navegantes para asegurar el bienestar de su pueblo, pero sobre todo escuchar historias fantásticas y casi inimaginables mientras revisaba el material y libros de interés, al igual que viejos pergaminos casi ilegibles por el paso del tiempo.

—¿Algo acerca de los furia nocturna, Bjorn? —pregunto al corpulento mercader, su nombre le hacía honor a su apariencia tosca. El hombre mayor se había vuelto uno de sus mayores confidentes en tan poco tiempo, demostrando con sus acciones y tratados que era de fiar.

—Esta vez tuve suerte joven jefe, busqué por mucho tiempo algo que fuera de sumo interés para usted, pero me temo que no será barato, casi me congelo por esto. —murmuró con algo de diversión, sacando un viejo diario, algo polvoriento por estar guardado durante bastante tiempo— Está en un idioma raro, pero conseguí traducir algunas cosas, dentro también deje una pequeña guía para terminar de traducirlo, aunque no se mucho de él, sus dibujos hablan por sí mismos.

Bjorn le entregó el diario para que lo revisara, en él encontró variados dibujos, no solo de especies dragónicas conocidas, sino incluso de los furia nocturna. Por poco que fuera, Hipo estaba fascinado con los dibujos bien detallados y parte de la información escrita a un lado de los mismos, misma que con ayuda de Patapez (Fishlegs) lograría descifrar.

—¿Dónde encontraste esto? —preguntó el joven, sin dejar de ojear el diario.

—Hace días hubieron fuertes tormentas a lo lejos de aquí, escuche de otros mercaderes que grandes flotas habían sido destruidas, algunas chocaron y otras se hundieron, la tormenta se llevó a todos consigo. —explicó el hombre, anotando sus intereses en una lista para el joven— gente de otras tierras se aventuraron a estas aguas, de extrañas ropas e idiomas distintos, según palabras de mis compañeros.