Especial: My Buttercup

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Muchas gracias por seguir leyendo 💕🥰 

En la sala, reposando en un cómodo sillón reclinable, se encuentra un hombre de edad avanza. Su negra y deslumbrante cabellera paso a ser de un suave tono grisáceo. Las líneas de expresión se han profundizado en su rostro; acompañadas de un par de arrugas y pliegues, sin embargo, su encanto natural no se ha desvanecido, solo han acentuado su sensatez . El pasar de los años le otorgo un apacible aire de sabiduría senil. 

Junto a él, una enfermera geriátrica pela y corta un par de manzanas mientras escucha las anécdotas del adorable viejito. 

 —Y así es como logramos mantener la llama del amor encendida —dijo Gulf recordando los momentos vividos junto a su preciado buttercup.

 Ese hombre que aún se mantiene a su lado, a veces teniendo pequeñas e insignificantes peleas; y otras demostrándole su sincero amor. Amor que ha prevalecido a lo largo de tantos años, celebrando hoy, su aniversario de bodas número 34, las bodas de amapolas. 

 Razón por la cual, Mew salió al jardín de enfrente, a cortar un par de amapolas, una de las tantas flores que sus hijos plantaron en el jardín que ellos mismo crearon para embellecer la casa de sus padres. Y evitarles el viaje a la floristería, cada vez que deseen regalarse una flor. 

—Es tan romántica su historia, señor Gulf. 

—Así parece, pero no creas que el camino ha sido fácil —Elevo su vista al techo, repasando los altos y bajos de su relación con Mew—. Hemos tenido nuestros errores, errores de los cuales a veces no somos consiente en el calor del momento, por lo que procuramos reflexionar sobre nuestras acciones, discutirlo juntos y tratar de llegar a una solución. 

—Es más fácil ver los errores de los demás que los nuestro —dijo Ava deteniendo su acción, y medita sus palabras—. Han sido varias las ocasiones en que he metido la pata sin darme cuenta.

 —Lo importante es que te das cuenta y trabajas en ello. 

—Eso haré señor Gulf —contesto con una sonrisa. Hasta que es borrada por la preocupación—. Por cierto, ¿No se están tardando en encontrar al señor Mew? 

—Ese cabeza dura, le dije que esperara a que Natasha llegara para que lo acompañe al jardín —Cierra los ojos y con los dedos se aprieta el entrecejo— pero el necio se fue antes.

—Recuerde la condición de su esposo, es normal que se le olviden las cosas —Corta la última manzana, y la agrega al resto en el tazón—. Le parece bien si salgo a ayudar.

 —Tranquila, Alexander se encargará de rastrearlo, claro, siempre y cuando no se haya quitado su brazalete —Frota su sien con ambas manos—. Ve si quieres.

 Ava le entrega el tazón, toma su celular y marca a uno de los hijos de la pareja. No obstante, antes de poder salir, la figura encorvada de un hombre aparece en el lumbral de la puerta, destacando su cabello blanco como la nieve junto a las grandes gafas que enmarcan sus bellos ojos, ojos que en este momento ven a su esposo como lo más preciado en este universo.  

 En sus manos sostiene un ramo de amapolas amarillas, cuyo significado es el deseo de salud y éxito a su afortunado destinatario. Pero, en países como China y Japón, simboliza un amor apasionado. 

Gulf no sabe que brilla más, si el color de las flores, el despampanante suéter amarillo en el cual deposito su cariño al tejerlo para esposo como regalo de aniversario, o la radiante aura de alegría que envuelve a Mew al verlo.

Sin perder más tiempo, Mew se dirige a su esposo tan rápido como sus cansadas piernas y su fiel bastón se lo permiten. 

 —¡Feliz aniversario, cariño! —exclamo por sexta vez en el día, extiendo su ramo con una amplia sonrisa. 

My ButtercupDonde viven las historias. Descúbrelo ahora