Cap 15

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Narra la autora

Jungkook estaba desesperado, asustado por Jimin.
Había llegado a la dirección que Taehyung le había dado.

Un..centro comercial.

En la entrada estaban Tae y Namjoon.

-Jungkook.-Dijo Namjoon acercándose a el.-Han entrado aqui.

-Iba con su madre, no se le ve muy bien.-Intervino Taehyung.

-¿El os vió?.-Preguntó el pelinegro a lo que los otros negaron.

-Nosotros buscaremos por una parte, tu por otra, ¿vale?.-Propuso Namjoon.

-Bien, vamos.-Dijo Jungkook.

No muy convencido entró, recorría su mirada por todos los lados, cada rincón.
No soportaba tener que estar así, sin el.

Había mucha gente por los pasillos del centro comercial.
Este, era cerrado, era un gran centro comercial, con muchas tiendas, variadas, escaleras mecánicas para subir y bajar a la segunda o primera planta. El techo triangular de vidrieras, dejándose ver en cielo azulado. Era como el starcout de Stranger Things (o al menos eso le parecía a Jungkook, quien era un gran fan de la serie).

Se fue a una de las tiendas las cuales había recorrido mayormente.

Era de ropa, de deporte.

Una voz le llamó su atención, se giró.

Allí estaba. Jimin.

Jeon sintió cómo su corazón se calmaba poco a poco al verlo.

Llevaba gafas de sol.

El pelinegro corrió a abrazarlo por detrás.

-Jimin..¿estás bien?.-Preguntó, el otro chico, se giró hacia el, lo separó.-Jimin.

-Jungkook déjame.-Dijo Jimin, serio, a Jungkook se le borró la sonrisa de su cara, desilusionado, confuso.

-¿Qué sucede?.-Preguntó Jungkook, su corazón latía deprisa, era una sensación fría y amarga.

-Tu y yo, hemos terminado.-Espetó Jimin, se iba a ir, cuando Jungkook lo agarró del brazo, deteniéndolo y apegándolo a su cuerpo.-Suelta.

-¿Qué mierda pasa?.-Preguntó el pelinegro, iba a perder los estribos, los nervios.-Cariño....

-Park, ¿pasa algo?.-Preguntó una señora, era la madre de Jimin.

-Nada, madre.-Dijo y se separó del pelinegro, al cual se le rompía el corazón.

-Bueno, vámonos.-Dijo su madre, seria, a lo que Jimin se separó de Jeon, sin nisiquiera mirarlo.

-Jimin, porfavor, hablemos.-Pidió el pelinegro, pero el chico ni lo miró, Jungkook optó por agarrar su mano.-¿Por qué asi de la nada?

-¡Ya déjame!.-Dijo Jimin al fin, mirándolo.-Sólo te utilicé para el sexo, ¿vale?

El pelinegro se quedó paralizado.
No podía creerse eso, era mentira.
Después de todo...¿por qué pasaría algo así?

Era como si el mundo se paralizase, como si todas las personas que habían allí se detuvieran.

Jungkook acarició con una mano la mejilla de Park, pero este otro, rodeó la cara.
Se fue.

Se fué con su madre.

Esto es imposible, tiene que ser mentira

A veces todo acaba cuando menos te lo esperas.

Jeon se fue de aquella estúpida tienda, y desde lo lejos vió cómo su querido se marchaba hasta desaparecer entre la multitud.

-Jungkook, lo encontraste?.-Preguntó Namjoon, quien apareció por detrás suya.-Jungkook....

Jungkook lo miró, intentó sonreír.

-Si...lo encontré.-Dijo, Taehyung y Namjoon lo abrazaron, fue ahí cuando Jungkook rompió en llanto en los brazos de sus amigos.-Ha roto c-conmigo.

-Tranquilo, está bien.-Susurró Namjoon, acariciando la espalda de su mejor amigo.

Acompañaron a Jungkook a casa. Decidieron quedarse con el aquella noche, como una pijamada de amigos.

-Veamos una pelicula.-Propuso Taehyung, agarrando dos paquetes de palomitas.-¿Proposiciones?

-No sé, Tae..-Murmuró Jungkook, cabizbajo, quien estaba sentado en el sofá, abrazando sus piernitas.

-Venga, no puedes estar asi.-Dijo Taehyung, miró a Namjoon, intentando buscar ayuda.

-Te vendría bien despejarte, almenos un rato.-Intervino Namjoon, poniendo una mano en el hombro del pelinegro.-Veamos una, ¿si?

Jungkook lo miró, asintió al fin.

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Pov Jimin

Estaba en la casa de mi madre.

No quería estar allí.
Mañana saldríamos de allí mismo, del país, nos iríamos a Europa.

Mi madre me había obligado a irme.

La mañana siguiente, antes de lo que pasó, cuando yo estaba con Jungkook dormido a mi lado, fui a hacer el desayuno cuando, tocaron el timbre. Era mi madre.

Ella me había dicho que, si no lo dejaba ahora mismo, me arruinaría la vida, no solo a mi sino a el. Me manipuló. No quería irme, pero ella y los guardias que la acompañaban me obligaron a irme. Cuando me encontré a Jungkook en el centro comercial, quise decirle que mi madre me estaba obligando, que ella me tenía vigilado para no decir nada. Que quería irme con el.

Ahora me arrepentía.

Me arrepentí desde el primer momento, desde el primer segundo que me alejé de el.

Ahora extrañaba sus brazos, su calor, sus besos.

No sé cuánto había estado llorando, mi cabeza me dolía y mis ojos estaban totalmente rojos.

-Jimin, vamos.-Dijo mi madre, quien entró a la habitación.-A cenar.

-Si.-Contesté sin más.

No me dejaban mi celular, ni un teléfono, ni siquiera el televisor, ni ordenadores. Nada.

Bajé las escaleras y fui a cenar. No tenía apenas hambre.

Ahora Jungkook pensará que lo he dejado de verdad y que no lo amo.

-Buen trabajo esta mañana, Jimin.-Dijo mi madre, empezando a comer.-Ahora no tendrás contacto con el, ya sabes Jimin, conmigo estarás mejor.

Sólo miraba mi plato, jugueteando con esta y con los palillos chinos para comer.

Tocaron el timbre.

-Abriré yo.-Dije, me levanté, mi madre se levantó primero.

-Ya irá la señorita Louise.-Dijo ella seria.-Ve a tu habitación.

Louise era la sirvienta de mi madre, con la que, yo sabía perfectamente que tenían las dos algo secreto, una relación entre ellas, pero secreta. Cuando yo era pequeño, cuando tenía cinco años, las encontré a las dos en la cocina, besándose, recorriendo sus cuerpos una a la otra en el suelo, desnudas. Mi madre me regañó y me echó.

Según mi madre, las relaciones homosexuales están mal, son algo prohibido, sin embargo ella tenía una relación secreta con Louise, me pregunto si, si le saco el tema y lo comparo con mi relación y la de Jungkook...tal vez pudiera negociar.

Louise abrió la puerta.

Me acerqué a la entrada de la casa sin que mi madre se enterase. La puerta se abrió, era...Jungkook. Mi corazón latió deprisa, surgió una lucecita de esperanza en mi.

-Buenas, ¿está Jimin?.-Preguntó Jungkook, fue ahí cuando dirigió su mirada hacia mi, me vió, lo miré, sorprendido.-Jimin, tenemos que hablar.

-Nada de eso.-Intervino mi madre, agarrándome del brazo bruscamente.-El se queda aquí.

Jungkook empujó con fuerza a Louise, tirándola al suelo, mi madre llamó a los dos guardias que teníamos en la casa.

-Señor, porfavor.-Dijo uno de los guardias, se llamaba Samuel, tenía pelo pelirrojo y ojos verdes.-Márchese o tendremos que echarle a la fuerza.

Jungkook volvió a mirarme.
Le pegó un puñetazo al guardia, comenzaron a pelearse.

-Jungkook!.-Grité, intenté soltarme del agarre de mi madre.

-Vámonos, Jimin.-Dijo mi madre, arrastrándome poco a poco hacia la habitación.

Veía cómo Jungkook golpeaba sin cesar a los demás, sin duda era bastante fuerte.

Cuando mi madre y yo caminábamos por el pasillo, directos a mi habitación, oímos pasos por detrás nuestra. Me giré, era Jungkook. Me agarró de el brazo antes de poder irme.

-El se queda conmigo.-Dijo Jungkook, mirando a mi madre, su mirada era...furiosa, era diferente.

El pelinegro me apegó a su cuerpo.

-¡Es mi hijo!.-Gritó ella.

-¡Es mi chico, joder!.-Gritó Jungkook, me sobresalté un poco al oírlo gritar, peleando con mi madre a voces.-No lo vas a obligar más.

El pelinegro, me agarró en sus brazos, cargándome sobre su hombro, dejé que lo hiciera sin problemas. Mi madre nos miraba enojada, furiosa.

Salimos de la casa.

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Continuará

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