𝑩𝑨𝑫 𝑹𝑶𝑴𝑨𝑵𝑪𝑬 ➝ 𝑲𝑶̈𝑵𝑰𝑮

Capitulo 7

Su mano se desliza cauta por mis curvas, tirando de mis pantalones hacia abajo mientras besa mi cuello, un mordisco suave en mi piel antes de apartarse para quitar mi ropa y zapatos. El aire frío golpea mi interior y él besa mis piernas hasta llegar a mis muslos. Toma una pierna primero y entierra sus dientes en mi muslo, besa y lame mientras gruñe entre dientes.

—Mmm... Deine Schenkel machen mich verrückt, das wollte ich schon immer machen (Tus muslos me vuelven loco, siempre quise hacer eso) —.

—S-señor... — me muerdo la lengua para no gemir desesperada cuando siento que sus labios se acercan a mi centro pero no lo hacen del todo, permanece en mis muslos, turnandose uno con otro, mordiendo fuerte ahora, dejando marcas en mi piel que me hacen inevitablemente retorcerme —.

—Oh Schatz... eres tan deliciosa. Me encantan tus muslos y tus labios... — sube por mi vientre deslizando su lengua sobre mi ombligo levantando mi camiseta — oh, quitaremos esto — murmura con su acento marcado y quita mi camiseta por sobre mi cabeza, que queda atada en mis codos al estar amarradas mus manos — gatita... — sus dedos desabrochan mi brasier y lo sube sobre mis brazos dejándolo atado igual que mi camiseta, se aparta para mirarme a los ojos — quiero tus labios en los míos... — susurra con su rostro cerca del mío —.

—Por favor... señor...

—Dime König... necesito oírte decir mi nombre... — su pulgar se desliza por mi labio inferior apretando — dilo.

—König...

—Ah, eso es... — entrecierra los ojos y me besa, su lengua encuentra la mía y gime contra mi boca diciendo varias palabras en Alemán que no entiendo, pero que hacen que mis caderas se balanceen contra las suyas, sintiendo su dura polla luchar por salir de esos pantalones color caqui —.

—Por favor...

—Que buena gatita... — dice — amo cuando suplicas por mi.

Baja, atrapando uno de mis pezones con su boca, mordiendo la dureza entre sus dientes haciéndome gemir. Luego al otro cambiando entre uno y otro mientras me retuerzo bajo su cuerpo. Cuando se desliza sobre mi boca de nuevo gimoteó por sentirlo adentro, pero para mi sorpresa me agarra de las caderas y me gira.

Culo arriba y desata mis manos con urgencia, tirando el resto de mi ropa al suelo.

—Ah Kätzchen, no puedo esperar más — gruñe deslizando la palma de sus manos por la curva de mi trasero, golpeando mi piel. Me sobresalto pero no alcanzo a acostumbrarme cuando me da otro — oh, ¿debería castigarte mi gatita? — su mano aprieta uno de mis pechos y me levanta pegándome contra su espalda — ¿Por haberme ignorado? —.

—Yo no...

—Ah, ah... — muerde mi cuello antes de volver a empujarme hacia abajo, aplastando mi espalda y levantando más mi trasero, su polla golpeando contra mi dentro de sus pantalones — oh, ¿Quieres que te castigue, gatita? ¿Debería hacerlo? — otra nalgada —.