CAPITULO 31

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DIAS DESPUES

El tiempo se había pasado volando después de la cena especial con __, ahora me encontraba en mi departamento esperando a __, que al fin regresaba de Londres, para irnos al aeropuerto, ya que había llegado la fecha de la boda de Scarlette. Will sí me había dado permiso de ausentarme un día, Sofía, la nueva chica que trabajaba en la agencia, había resultado muy eficiente y de inmediato se puso al corriente de las cuentas, incluso llevó un par de clientes nuevos, así que no hubo ningún problema para tomarme el día.

Cuando escuché que tocaban la puerta mi corazón se aceleró, un mes alejadas había sido una eternidad, a pesar de que a diario hablábamos y nos veíamos frecuentemente por la webcam, pero no era para nada lo mismo a sentirla, olerla, tocarla y demás. Abrí y la recibí con un gran abrazo, nos besamos desesperadamente, su sabor era realmente exquisito, mucho mejor a como la recordaba y mi cuerpo se estremeció al sentir sus brazos rodearme y sus manos acariciando mi espalda en tanto yo le acariciaba el cuello y su cabello largo y negro, cortamos el beso hasta que ya no podíamos respirar. __ tomó mi rostro con sus manos.

– Hola corazón, me alegra tanto volver a estar contigo, te extrañé horrores.
– Yo también te extrañé muchísimo, cariño.
– Este fin de semana será inolvidable, lo prometo – me dio un beso en los labios – vámonos ya, corazón.

Tomó mi maleta y bajamos, volvimos a besarnos en el ascensor mientras con nuestras manos acariciábamos nuestros sexos encima de la ropa, anhelaba que me hiciera suya en ese momento, pero teníamos el tiempo contado. Salimos del edificio y nos estaba esperando un taxi, el chofer subió mi maleta a la cajuela y luego de subir, arrancó. Después de poco más de media hora llegamos al aeropuerto, registramos las maletas y caminamos a la sala de espera, yo me senté y __ fue a comprar unos dulces.

– ¡Char! – escuché que me dijeron y levanté la vista.
– ¡Sam! – exclamé al ver a la chica Alta, rubia, que me miraba con una gran sonrisa.
– La misma, wow, que sorpresa, cuanto tiempo, déjame darte un abrazo – dijo y me levanté del asiento – dios, que hermosa te has puesto.
– Gracias, tú siempre tan amable.
– No es amabilidad mujer, es la pura verdad – exclamó separándose, pero sosteniéndome de las manos – de verdad luces maravillosa y radiante.

– Porque la felicidad se refleja en el rostro – exclamó __ bastante seria y yo retiré mis manos, entonces ella me abrazó por la cintura acercándome a su cuerpo – y Char y yo somos muy felices, ¿verdad, corazón?, por cierto, ¿no me vas a presentar? – agregó molesta.
– Sí, claro, Samantha Danvers, una ex compañera del instituto McKinley, ella es __ Johansson… – no pude decir que era mi novia, Sam sabía de mi relación con Engfa y además se llevaban muy bien, había estado en mi fiesta sorpresa de cumpleaños hacía dos años.
– Su novia, para mayor información – añadió aún más molesta.
– ¿Jonhannson?, ¿eres hermana de Scarlette, la jugadora de Pieles Rojas?
– Sí – respondió en tono seco.
– Encantada de conocerte, admiró mucho a tu hermana, de las mejores jugadoras actuales – dijo y le extendió la mano.
– Gracias, los Jonhannson siempre somos los mejores en todo lo que hacemos – respondió estrechándole la mano de mala gana y la retiró casi de inmediato.
– Char, me dio muchísimo gusto verte, suerte en tu viaje.
– Gracias Sam, cuídate y buen viaje.
– Hasta luego – dijo incómoda y ya ni siquiera me dio la mano y se alejó.
– Es increíble, te dejo sola dos minutos y cuando regresó te encuentro muy abrazada y de lo más feliz con una tipa cualquiera, además tiene boca de trucha, que después te toma de las manos como si nada.
– No era una tipa cualquiera, no lo llames así, fuimos juntas al instituto y solíamos ser amigas, no estaba intentando besarme como la tal amiga tuya, ni me coqueteó en tu cara.
– “De verdad luces maravillosa y radiante” – exclamó arremedando su voz – ¿crees que soy idiota?, eso es coquetear aquí y en China.
– Era un cumplido de amigas, verdaderas amigas no como tú “amiguita”, que casi se te echa encima en plena calle, ya me imagino que clase de amigas eran.
– ¿Y por qué la juzgas?, al menos ella no tenía novia cuando se acostó conmigo.
No pude creer que me echara eso en cara, la rabia y la desilusión me inundaron y le di una fuerte bofetada que hasta le volteé la cabeza de lado.

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