XI

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Sunoo se vistió lentamente, con el cabello todavía mojado después de la ducha, con los músculos gratamente doloridos después del sexo.

Sunghoon y Wonyoung ya  no estaban en el dormitorio.

Echó un vistazo a su celular para comprobar la hora. No era tarde, no era de extrañar que no fueran a acostarse todavía. Ahora que los finales se habían terminado, Wonyoung podría quedarse despierta hasta tan tarde como le viniera en gana, y los horarios de trabajo de Sunghoon eran irregulares de todos modos.

Sunoo volvió a deslizar el celular en el bolsillo, se puso los zapatos y dejó el dormitorio. Podía oír voces procedentes de la sala de estar.

Sunoo se quedó quieto en la puerta.

Sunghoon y Wonyoung estaban decorando el árbol de navidad, o más bien, Wonyoung lo estaba decorando mientras Sunghoon miraba, viendose vagamente divertido. Ellos estaban hablando tranquilamente, Wonyoung estaba sonriendo y rodando los ojos. Sunghoon parecía relajado y cómodo con su suéter y pantalones de chándal gris de aspecto suave.

—Estoy segura de que la he visto en alguna parte —dijo Wonyoung, excavando en las cajas.— ¡La encontré!— ella agarro una estrella en su embalaje, la sostuvo para inspeccionar. Bajo la luz, brillaba con gracia y arrojaba pequeños fragmentos de luz dorada en el suelo y en sus manos. Era perfecto.

Eran perfectos, una pareja tan perfecta.

—¡Voy a ponerla en el árbol!— Wonyoung declaró, saltando sobre sus pies.—¿Me levantas?

—Puedes usar el taburete.— Sunghoon dijo secamente.

Wonyoung hizo un puchero.— ¡Sunghoon!

Suspirando, Sunghoon se acercó y la sostuvo para que ella pudiera poner la estrella en la parte superior del árbol.

Wonyoung colocó la estrella antes de deslizarse por el cuerpo de Sunghoon y besarlo, con los brazos alrededor de su cuello.

Sunoo los vio besarse. Tenía una sensación de frío en la boca del estómago, una sensación que se revolvió y lo atravesó. Sentía náuseas. Se aclaró la garganta y entro en la habitación, poniendo una sonrisa brillante.

—Muy bien, me tengo que ir.— No era como que pareciera que se acordarán de que él estaba aún allí.

La pareja dejo de besarse y se volvieron hacia él.

Wonyoung sonrió, apoyando su mejilla contra el pecho y envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de Sunghoon. Su lenguaje corporal apestaba a posesión.—¿Vas a pasar la navidad aquí? Quiero decir en la ciudad.— añadió rápidamente, como si temiera que Sunoo lo confundiera con una invitación.

Sunoo sonrió con fuerza. No era ni estúpido ni ciego. Él notó que había comenzado a no gustarle a Wonyoung. Se preguntaba por qué ella no le había dicho nada todavía.

—Si, realmente no tengo ningún otro lugar a donde ir. Mis padres están en Islandia, estudiando los volcanes, así que somos simplemente la abuela y yo.

Wonyoung asintió.— No te veremos de nuevo por un tiempo, así que ¡Feliz Navidad!

Sunoo casi se echó a reír. Era tan sutil como un puñetazo en la boca.— Si.— dijo, encogiéndose de hombros en su chaqueta.— Feliz Navidad a ustedes también.

Estuvo a punto de llegar a la puerta cuando Sunghoon dijo: 'No te vayas'

Sunoo se detuvo.— ¿Qué?

—No puedes irte.

—¿Por qué no?

Sunghoon se desenredo de Wonyoung y se acercó a él.

Obsessed    °Sungsun°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora