XVI

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Para el final de la semana, Sunoo había desarrollado un caso de bolas azules.

Para el final de la semana siguiente a esa, él también estaba molesto como el infierno, estúpida y ridículamente herido.

Sunghoon era un "amigo'' muy atento. Iba a casa de Sunoo cada día, generalmente justo después de que Sunoo volviera de la escuela. De alguna manera él sabía los horarios de Sunoo, pero eso no le sorprendió exactamente: la memoria de Sunghoon era monstruosamente buena y registraba todo.

Bueno, todo excepto el hecho de que su "amistad" era tan bizarra como el infierno. Él tocaba a Sunoo todo el maldito tiempo. Un toque en el cuello o en el hombro, un brazo alrededor de su cintura, una nariz acariciando el lado de de su cara. Por no hablar de las miradas intensas. A Sunoo lo volvía loco.

La peor parte era, que Sunoo estaba bastante seguro de que Sunghoon ni siquiera notaba lo raro que se estaba comportando.

Pero otras personas lo hacían.

Jungwon los miraba con curiosidad, y no era de extrañarse.

Sunoo tomo una respiración profunda, tratando de ignorar la mano de Sunghoon en su cuello.

—Seguro.— Sunghoon dijo a Jungwon.— Si quieres asegurarte de que la niñera de tus hermanas, realmente habla con fluidez italiano y chino, mándala a mi oficina.

Jungwon se quedó mirando la mano de Sunghoon en el cuello de Sunoo.— No es que me importe— dijo lentamente, forzando sus ojos lejos y dándole una mirada de: ¿Qué carajos?; a Sunoo, quien le devolvió una mirada impotente como respuesta.— Pero mi pareja encuentra sus referencias un poco sospechosas.— se encogió de hombros, sonriendo de forma torcida.— Personalmente, creo que está siendo paranoico, pero no hemos tenido mucha suerte con las niñeras de las gemelas, por lo que él es un poco sobreprotector.

—Envíamela.— dijo Sunghoon, la punta de sus dedos acariciando un lado del cuello de Sunoo.

Sunoo esperaba que sus temblores no fueran evidentes.— Si, hazlo.— dijo a Jungwon con una risa un poco forzada.— Talvez eso haga que este tipo permanezca en su oficina por unas pocas horas.

Sunghoon lo miro, con un toque de diversión en sus ojos.— Mi negocio puede funcionar sin problemas sin mi supervisión a tiempo completo. Si el gerente necesita estar presente en todo momento, eso significa que él no contrato a la gente adecuada en primer lugar y no creó sistemas eficientes para que ellos sigan. Yo lo hice.

—Presumir de sí mismo no es atractivo.— Sunoo dijo, sonriéndole. Aunque ¿A quién quería engañar? La autoconfianza de Sunghoon era algo caliente.

El celular de Sunghoon sonó. Él contestó el teléfono con la mano libre, la otra todavía envuelta alrededor del cuello de Sunoo.

Sunoo apretó los dientes. Esto se estaba tornando ridículo.

—No puedo oírte.— Sunghoon soltó el cuello de Sunoo e hizo su camino hacia un aula vacía cercana, donde no estaba tan ruidoso.

—¿Qué demonios?— Jungwon dijo tan pronto como Sunghoon estuvo fuera del alcance auditivo.

—Dimelo a mi.— Sunoo suspiro.— Él me está volviendo loco con esto. Dice que somos amigos y luego me toquetea todo el tiempo.

—¿Lo conversaste con él?

Evitando su mirada, Sunoo se pasó una mano por el cabello.— Yo…

—Tienes miedo.— dijo Jungwon, con una nota de sorpresa en su voz.

—No es así.— Sunoo se quejo. Si, tenía miedo, y lo odiaba. Él tenía miedo de enloquecer a Sunghoon si él lo confrontaba. Él tenía miedo de que Sunghoon dejara de venir, de que dejara de tocarlo. Sin importar lo frustrante que era todo el asunto del toqueteo, en el fondo, él ya era un poco adicto a ello. O más que un poco.

Obsessed    °Sungsun°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora