𝟷

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Abrió la puerta de su hogar y atravesó el umbral sin importarle sacudirse los zapatos, cerrando la puerta con un empujón. Los pasitos apresurados tomaron el silencio de su pequeño hogar y rápidamente los grititos emocionados de su hermano menor llegaron a sus oídos.

Sonrió apenas dando vuelta sobre sus talones para recibirlo. El cabello desordenado y los rastros de tierra en su rostro le molestaron un poco.

──Hey, ¿me extrañaste? ──preguntó con dulzura, limpiando con un gesto suave la suciedad en la mejilla del infante, que, emocionado por ver a su hermano mayor asintió energético y balbuceo en un intento por comunicarse.

Quackity rio ante los dulces intentos de su hermano por hablar con él y plantó un pequeño beso en su frente, bajando de sus brazos al niño para quitar la mochila de sus hombros y dejarla en el sillón en la sala.

── ¿Pá? ──llamó lo suficientemente alto con la esperanza de que estuviera por ahí cerca.

Los pasos del pasillo llamaron su atención. Dio vuelta rápidamente y se puso a la defensiva sin quererlo. El rostro sorprendido de su padre Willy le recibió.

── ¿Qué te pasa, Quacks? ──sonaba indignado.

──No esperaba verte, otra vez.

Casi escupió con remordimiento. Tití rápidamente lo abrazó por las piernas y chillo suave cuando escuchó los pasos de alguien más viniendo del pasillo.

──Quackity, hijo ¿No piensas saludar a tu papá? ──la pregunta que Staxx era, más que nada, una orden disfrazada.

Apretó los labios y acarició con cuidado el cabello despeinado de Tití para brindarle calma. Él ya estaba acostumbrado a ese tipo de "reencuentros" o, como a él le gustaba llamarlos confrontaciones. Pero su hermanito no, apenas tenía 2 años.

──Que bueno verte de nuevo, pá, ¿ya disté la pensión por desaparecer medio año o todavía no? ──ser borde quizás no era la mejor opción, pero ya se estaba hartando de tener que llegar a casa y tener que pasar por ese tipo de cosas, no era justo para nadie.

──No entiendo de qué hablas ──se defendió su padre con tono relajado, cruzando los brazos por encima del pecho.

──Retire la denuncia, Quackity, tu papá ya está de regreso, no se ir— ──ni siquiera quería escucharlo terminar.

──Espero que tengas razón, padre ──desvió sin ganas de seguir con la confrontación, no valía la pena. Jamás haría entender a esos dos que las cosas no pueden ser cómo quieren y cuándo quieren.

Ni siquiera espero una respuesta, porque sabía que lo mínimo que recibiría sería un discurso vacío sobre la familia que ahora tendría y el montón de promesas falsas que tanto le habían hecho creer en su niñez.

Tomó sin fuerza la mochila que había dejado y dejando una suave caricia en los cabellos alborotados del niño se alejó hasta encerrarse en su habitación.

Todo estaba ordenado, como lo había dejado a la mañana. Tiró la mochila sobre la cama y golpeó con fuerza el sacó de boxeo colgando en una esquina de la habitación.

El hormigueo en su mano dormida por el golpe no se hizo esperar, ni mucho menos la sangre brotando de las heridas por la falta de protección. Gruño para sus adentros y sacudió la mano.

Al menos así podía filtrar todo lo que tenía dentro sin partirle la cara a sus padres.

── ¿Por qué se empeñan en estar "juntos" si ni siquiera deberían estarlo? ──susurro sin fuerza, sintiendo las lágrimas nacer y la dificultad para respirar por el nudo en su garganta.

Apretó la mandíbula cuando las primeras lágrimas salieron disparadas y mordió sus labios en un intento por callar el llanto. Era un cobarde, un débil. Ni siquiera podía enfrentarlos y decirles lo enojado que estaba.

Los toquecitos en la puerta lo obligaron a tragarse el llanto y limpiar com rapidez los rastros de las lágrimas para abrir la puerta. Los ojitos aguados hicieron contacto con los suyos. ¿Cómo no? Eso es lo que ganaba por enfrentar a sus padres, lastimar y quitarle la felicidad a su hermanito.

──Perdóname Tití, sé que tú estás emocionado porque papá volvió, perdóname ──suplicó sintiendo de nuevo las lágrimas amenazando por salir.

El menor alzó los brazos pidiendo que lo cargará aún con los ojitos aguados, mostrándole un pequeño puchero con las mejillas sonrosadas.

Mordió sus labios y se agachó lo suficiente hasta quedar a su altura para abrazarlo. Los abrazos de Tití eran la medicina que su corazón herido necesitaba siempre. ㅤ

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Las aves volaron por encima de los dos, mientras seguían andando por el parque. No se atrevía a decir algo.

──Entonces, ¿qué pasó? ──Roier se adelantó y tomó la iniciativa para hablar, llevaban media hora sin decir una sola palabra desde que decidieron salir por mensaje.

Suspiro mirando a otro lado, evitando el contacto visual.

──Willy volvió.

Resumió de manera evitativa. Realmente no quería hablar del tema, pero ya le había dado la iniciativa al castaño para que hablarán sin quererlo.

Reconoció el chillido de emoción de Roier. Lo fulminó con la mirada.

── ¿Qué? Tu papá es genial, güey, tú eres al único que no le cae bien, es bien a toda madre ──defendió Roier golpeando su hombro con confianza, tratando de hacerlo reír.

──Lo dices porque tú conociste la cara más bonita de la moneda ──, se quejó con recelo.

Sabía por la expresión en el rostro de su acompañante que eso había sido una auténtica sorpresa o quizás solo estaba actuando para hacerlo reír o algo así. Era Roier, todo se podía esperar, menos que se tomará las cosas en serio.

── ¿Cómo? ¿Cómo que una cara de la moneda? ──el tono sorprendido le confirmaba la primera hipótesis.

Asintió apenas con una línea en los labios.

──Tú conociste al papá cool que sale de pesca en familia, que hace chistes y te compra helado, yo conocí su poca paciencia, su falta de amor y la poca importancia que tiene hacia sus hijos, al menos conmigo ──. Se sinceró aún con la amenaza del nudo formándose en su garganta y el picor en los ojos.

──Jamas pensé que Willy fuera alguien así ──dijo con tono apagado apenas mirándole a la cara. ──Pero oye, no todo debe ser tan malo, ¿no? Al menos lo tienes contigo, peor es no tenerlo.

Negó.

En realidad, quizás sería mejor tenerlo lejos todo el tiempo y no que volviera cada que se le diera la gana solamente a amargarle la existencia y hacer pensar a su padre Staxx que se quedaría con ellos para ser una familia feliz y unida.

Ni siquiera le importaba que no fuera un buen padre con él, ya tenía 19 años, poco le importaba. Pero su hermanito aún era un bebé y es quien más le necesita.














no sé qué estoy haciendo, lamemfmw, auxilio.

of all the kisses, yours my favorites. ㅤㅤ‹‹ ㅤㅤ skity. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora