—... entonces ese idiota se creyó que podía ganarme una partida —rio Cyno, alardeando.
El ambiente estaba cálido y cómodo para ambos amigos. Kaveh sostenía con una mano un lápiz que giraba de izquierda a derecha con nerviosismo, mientras que Cyno, con su silla inclinada hacia atrás, continuaba contándole a su amigo sobre la gran partida de TCG que había tenido recientemente con un compañero de trabajo.
—¿Y le ganaste...? —preguntó Kaveh con cierto desinterés. Siguió mirando el papel con garabatos de una casa que estaba diseñando para un adinerado, esperando a que una idea de todas esas imágenes que yacían sobre la mesa caiga sobre su cabeza.
—¿Qué estúpida pregunta es esa? Por supuesto que le gané. Ni aunque practicara durante un año podría curtirse tanto como yo — Respondió Cyno con un sutil aire de superioridad que lo invadía cada vez que se trataba de su juego favorito.
—Cierto... —dijo el contrario.
Kaveh bajó la cabeza. Se encontraba en un momento en el que solo podía pensar en lo que había pasado esa noche días atrás. Tenía interés por preguntarle a Cyno sobre cómo era su situación, sin embargo, Kaveh solo se limitó a seguir viendo sus bocetos y revisar de nuevo cada imagen que tenía frente a él.
El rubio le había pedido temprano ese día a su amigo si le podía enseñar imágenes de ciertas localidades de Sumeru que tiene en sus archivos policiales, las cuales podían ser útiles para el diseño de su siguiente proyecto. Sin embargo, poco le importaban esas 4 imágenes que Cyno había dejado frente a él para que pudiera hacer un boceto rápido con ellas, y el contrario se dio cuenta rápidamente de eso.
—¿Qué te pasa? No pareces muy animado esta semana —agregó el peliblanco. Este dejó de lado cada intento por seguir presumiendo sobre el TCG, puso el foco sobre su amigo que se veía algo desanimado desde la última vez que lo vio.
—No es nada, creo.
—Si solo lo crees, entonces es porque algo pasa.
Kaveh levantó rápidamente la mirada y pensó por un par de segundos qué era lo próximo que le diría a su amigo, el cual lo esperaba con una ceja arqueada y un rostro levemente sonriente. El aire pesaba para Kaveh, sus pulmones retuvieron el oxígeno hasta que este decidió al fin hacerle esa pregunta que tanto estuvo demorando.
—¿Puedo confiarte un secreto? —dijo para, posteriormente, liberar todo el aire que tenía dentro de él.
—Por supuesto... pero si la cuestión final de esta conversación es que ya no quieres vivir con Alhaitham, olvídalo —respondió Cyno con vacilo. Kaveh bufó y a su vez rodó los ojos hacia arriba mostrando descontento. El peliblanco solo continuó con una suave risa que aligeró el ambiente un poco.
—Muy gracioso, pero no se trata de eso —dijo burlón.
Cyno vio la seriedad que Kaveh tenía y este, al instante, cambió su semblante y respondió sin chistar.
—Vamos, dime qué sucede.
—¿Puedo preguntar algo sobre ti primero? —Soltó rápidamente el lápiz con el que garabateaba la hoja. Su expresión cambió una vez que el objeto golpeó contra la mesa—. ¿Hace cuánto que sales con Tighnari?
—Seis meses.
—¡¿Seis meses?! ¿Y hasta ahora vengo a enterarme? —gritó.
—¿Te crees que es fácil decirlo en alto, rubio idiota? —Para callar el barullo de Kaveh, Cyno se levantó de su silla, se inclinó y le dio un muy leve golpe en la cabeza. El rubio no dudó en cerrar la boca—. Además, aunque no lo haya admitido en su momento, yo también estaba preocupado por lo que dirían.
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Prohibidos | Haikaveh
FanfictionSumeru, o mejor conocida como "la ciudad del conocimiento" (por ser la región con las mejores universidades y de mejores oportunidades laborales) tiene dificultades para hacerle justicia a su apodo en ciertas situaciones. Se trata de una población e...