¡Joder!

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Sabía que Lucía volvía de Asturias un domingo. Sabía que ella quería tiempo. Sabía que había ido a relajarse pero también sabía que mi corazón quería saber de ella.

Me acerqué aquel mismo domingo hasta su casa. Vivíamos muy cerca, me pillaba de camino. Era ya tarde en la noche, las luces de su habitación estaban encendidas y supuse que, como de costumbre, se le habían olvidado apagarlas. Vi la oportunidad idónea para visitarla, para recordarle su olvido. Así que me armé de valor y me acerqué hasta su portal. Necesitaba verla. ¿Había algo mal en ello? Aquellos días en Grecia habían sido ideales. Habíamos compartido momentos, risas y alegrías y , exceptuando aquellos encuentros con el médico, todo había sido ideal. Allí ella había resurgido de sus cenizas.Allí me había armado de valor para confesarle mis sentimientos. Allí había albergado esperanza dentro de mí. ¿Me amaría? ¿Sería capaz de hacerlo? Ansiaba saber su respuesta.

Encontré el portal abierto. Algo inusual en Madrid pero que aproveché para mí beneficio. Le daría una sorpresa o eso creía yo...

Subí las escaleras mientras ensayaba mi discurso mentalmente. "Casualmente pasaba por aquí y me di cuenta de que tenías las luces encendidas. ¿Cómo te ha ido por Asturias?" Me odié por ser tan básico pero, por otro lado,¿Qué iba a decirle después de nuestra última conversación? Estaba nervioso por verla. También emocionado. Esto último, duró bastante poco pues, justo en la puerta de su casa, vi salir al fastidioso médico griego. Por suerte, él no me vio. Abrumado, bajé de nuevo y me juré a mí mismo buscar el amor en otro lado. Ella no me amaba, amaba al otro. ¿Quién sabía sino se lo habría llevado también a Asturias? Ya en mi casa, llamé a una compañera de instituto. No era muy lista pero era bien parecida y quizás follando, se me fuesen las ideas malas de la cabeza.

Al día siguiente, Lucía llegó tarde. Me corrompió. Le di todo el trabajo del mundo, le cambié de compañero y después, cuando quiso rendirme cuentas, me pilló con Judith en el despacho. Corrí detrás de ella pero fue tarde. Me maldecí. ¿Por qué coño había actuado así? ¿Por qué narices estaba perdiendo lo que amaba?

¿Quién eres tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora