Capítulo 21

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—Jesús, ¿Tú hiciste eso? —preguntó Jisung, con una voz entre admiración e incredulidad.

El cuerpo de Thomas estaba ahora desplomado en un montón en el suelo, exactamente donde había caído cuando habían cortado la soga.

Renjun se encogió de hombros y miró a los demás.

—Llámalo trabajo de grupo.

El grupo en cuestión alternaba entre trabajar frenéticamente para limpiar toda la sangre de Félix de la mesa de billar y mirar a los hermanos de Renjun con interés y temor. Félix estaba arriba descansando en la cama de Jeongin. Sunghoon y Niki habían sido enviados a "desvivir" a la Hermana Psicótica con extrema cautela, así que sólo quedaban Jeongin, Hyunjin, Seungmin y Jake.

Tampoco estaban todos los Seo. Mark y Yangyang estaban cenando con su amiga Yuqi y habían dicho que era "demasiado importante para cancelarlo". Taeyong todavía estaba en el otro lado del país, y Donghyuck acababa de volar a Las Vegas esa mañana para otro torneo de póquer.

Por lo tanto, sólo quedaban Jisung, Chenle y los gemelos, definitivamente no el equipo que él esperaba, pero que se conformaría de todos modos. Necesitaban sacar a Thomas de allí sin ser vistos y en un vehículo que no pudiera ser rastreado devuelta a ninguno de ellos. Jisung había recogido la furgoneta que Renjun había utilizado la otra noche en el garaje y la había estacionado en el callejón detrás del negocio. Jaemin le había asegurado a Renjun que no había cámaras allí.

—¿Por qué no pudieron hacer esto uno de los huérfanos de tu novio? —se quejó Jisung, ganándose un golpe en el brazo por parte de Chenle.

—Porque ninguno de nosotros tiene carro, imbécil —dijo Jake, mirando a Jisung como si fuera un imbécil presumido. Lo cual, para ser justos, lo era. Todos los Seo lo eran. Si fueran realmente parientes de sangre, la gente podría pensar que su comportamiento prepotente era hereditario. Por supuesto, muy poca gente los veía como lo que realmente eran. Públicamente, eran el Príncipe Azul y la Madre Teresa, todo en uno.

Jisung se quedó mirando a Jake durante un largo momento antes de decir: —Me cae bien.

Chenle negó con la cabeza, sonriendo a Jaemin.

—Estamos encantados de ayudar —dijo, como si hubieran pedido ayuda para mover un sofá.

Chenle era un diplomático nato, extrañamente hábil para conseguir que la gente confiara en él.

Jeno se arrodilló junto al cuerpo y levantó un párpado para mirar dentro de la cuenca vacía.

—¿Dónde está su ojo?

—Por aquí —dijo Seungmin, moviendo el frasco de vidrio transparente donde el globo ocular se balanceaba en formol. Como siempre, tenía una piruleta en la boca. Jaemin dijo que había utilizado el caramelo para dejar de fumar y que había cambiado una adicción por otra.

—¿Te llevas recuerdos ahora? —preguntó Jisung, arqueando una ceja hacia Renjun.

—Tenemos que pasar un escáner de retina y de huella dactilar para poder acceder al hospital subterráneo —dijo Jaemin, mirando con el ceño fruncido a Jisung.

Todo rastro de amabilidad desapareció del rostro de Jisung. Renjun se tensó cuando su hermano inclinó la cabeza de esa manera que hacía justo antes de que empezaran a caer cadáveres. ¿Esta batalla entre ellos iba a ser eterna? ¿Cuál era el problema de Jisung con Jaemin?

—¿Tienes una lona? —Preguntó Chenle, interponiéndose físicamente entre los dos—. Sería realmente útil si tuviéramos algo para envolverlo.

Jaemin se quedó mirando a Jisung durante otro minuto antes de murmurar: —Iré a buscar.

❣𝕯  𝖊  𝖒  𝖊  𝖓  𝖙  𝖊❣   ||ᴊᴀᴇᴍʀᴇɴ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora