Jaemin estaba debajo de un Honda Civic cuando oyó a Félix decir: —Hola, Renjun.
—Hola. ¿Está Jaemin por aquí?
¿Renjun? Jaemin frunció el ceño. ¿Por qué vendría Renjun de visita a mediodía? ¿Habría pasado algo malo?
Se salió debajo del carro y se incorporó justo a tiempo para ver a Renjun entrar a la oficina de Jaemin sin saludarlo. Tal vez no lo había visto. Hizo un intento poco entusiasta de limpiarse la grasa de las manos antes de seguirlo. Entró justo a tiempo para ver cómo Renjun bajaba las persianas, envolviendo la oficina en la oscuridad.
—¿Qué pasa, ángel? ¿Estás huyendo? —provocó Jaemin.
Renjun no dijo nada, sólo empujó a Jaemin hacia el sofá raído, siguiéndolo hacia abajo hasta sentarse a horcajadas sobre sus piernas. Antes de que Jaemin pudiera saber qué pasaba, Renjun lo estaba besando, metiéndole la lengua en su boca, moliendo su evidente erección contra la rápidamente creciente de Jaemin. Las manos de Jaemin le rodearon el culo, acercándolo más, hasta que sus caderas se encontraron de nuevo, haciéndolos gemir a los dos.
Jaemin pensó en romper el beso para averiguar qué tenía a Renjun tan excitado, pero se lo pensó mejor. Renjun rara vez iniciaba el sexo, y nunca lo hacía cuando Jaemin estaba trabajando. Levantó las manos para sujetar la cara de Renjun, manteniéndolo quieto para poder tomar el control del beso. Todo el cuerpo de Renjun se relajó en respuesta, como si hubiera estado esperando a que Jaemin se subiera a bordo.
—¿Quieres algo, ángel? —murmuró Jaemin, rompiendo el beso para recorrer con sus labios su mandíbula, su oreja.
Renjun suspiró, inclinando su cabeza para dar a Jaemin un mejor acceso.
—A ti.
Jaemin le mordió la manzana de Adán.
—Me tienes. Tú lo sabes.
—Te quiero —dijo Renjun, arrastrando la boca de Jaemin devuelta a la suya, susurrando: —Fóllame. Te quiero dentro de mí.
La polla semidura de Jaemin se endureció tan rápido que le dio vértigo.
—¿Aquí?
Renjun asintió, dándole un sucio beso, antes de decir: —Ahora.
Sí, definitivamente algo estaba pasando con él, pero Jaemin no iba a rechazarlo. Renjun se cerraría durante días si Jaemin rechazaba algo que él había iniciado. Además, no había nunca ningún otro lugar en el que Jaemin prefiriera estar que enterrado dentro de Renjun.
—Sabes que hay como diez personas al otro lado de esa ventana —provocó Jaemin, ya alcanzando los botones de los pantalones de Renjun, liberando su polla, antes de trabajar en los botones de su camisa.
—Entonces tendrás que mantenerme callado —dijo Renjun con voz ronca, los ojos en blanco cuando Jaemin le raspó los dientes a lo largo del hombro, tirando su camisa hacia el escritorio.
—¿Lubricante? —preguntó Jaemin, sabiendo ya lo que Renjun diría a continuación.
Renjun lo miró fijamente a los ojos, haciendo que el estómago de Jaemin se revolviera de una manera nada desagradable.
—No, estoy bien. Estoy... listo.
Listo. Preparado y listo. Ese era Renjun, siempre preparado.
—Mierda, ángel. Vas a ser mi muerte.
Jaemin tiró a Renjun en el sofá.
—De cara al respaldo. Así, de rodillas, con las manos en la espalda —Empujó los pantalones y la ropa interior de Renjun hacia abajo hasta que se arremolinaron en sus rodillas—. Abre tus piernas para mí, ángel —Jaemin zumbó en agradecimiento ante la imagen que protagonizaba Renjun.
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❣𝕯 𝖊 𝖒 𝖊 𝖓 𝖙 𝖊❣ ||ᴊᴀᴇᴍʀᴇɴ||
Fanfictiona͇ ͇d͇ ͇a͇ ͇p͇ ͇t͇ ͇a͇c͇ ͇i͇ ͇ó͇ ͇n͇ Jaemin x Renjun +21