S E P T I E M B R E
Freen sarocha tenía razones para estar nerviosa, era su primer día de clases. Después de las vacaciones familiares durante esos dos meses había olvidado completamente que tendría que volver al colegio. Ahora cursaba su primer año de secundaria. Esperaba que cualquier compañero de su anterior escuela estuviese en la misma clase que ella, aunque no serían muchos.
Echo su cabello teñido de azul hacia atrás como un acto nervioso, sentía las manos bañadas en sudor al entrar al salón. Habían muchos chicos y chicas que no conocía, comenzaba a sentirse nerviosa, en verdad. Eso, hasta que logro visualizar una cabellera rubia entre la multitud y prácticamente saltó, pegando gritos.
-¡Nam!- la llamó, emocionada.
Mientras se acercaba a la chica, la mencionada pareció reconocerla y se lanzó a abrazarla. Su amiga era un poca mas pequeña que ella y siempre andaban sonriendo, sus ojos eran color miel claro y su piel mas clara que la de Freen. Eran todo lo contrario, la piel de Freen era morena y su cabello azulado, que le hacia resaltar sus ojos de un verde aceituna brillante.
-¡Freen , gracias Dios! Pensaba que estaría sola- le sonrió y fueron juntas a sentarse, en el salón.
- ¿Has visto a alguien mas? yo juraba que estaba sola, no muchos se matriculan en este colegio - comento, cruzando las piernas, Freen se recostó en la mesa.
-Hasta ahora solo tu, pero es mejor así- confeso con una sonrisa juguetona.
Los estudiantes iban entrando al salón y la chica de los ojos verdes no reconocía a nadie, parecían estar en mundos diferentes. Freen era una chica relajada, Podría durar todo el día dibujando o escuchando música, también utilizaba ropa cómoda: un jean desgastado, camiseta blanca, zapatillas deportivas y un saco.
Ella no tenía muchos amigos pero en estos momentos se encontraba feliz con Nam, desde casi siempre había sido amigas y ahora no estarían solas, se tenían una a la otra, las chicas estuvieron un rato conversando sobre sus vacaciones, hasta que Freen escuchó unas risas.
Por la puerta del salón entraron dos chicas, una morena y otra de piel mas clara, pero quien capturo la atención de Freen fue la chica mas alta, lograba emanar alegría mientras reía por uno de los chistes de la otra chica, quien es un poco mas baja que ella y de cabello liso, sus miradas se encontraron por unos segundos.
Freen se perdió en unos ojos marrones tan profundos como el océano, obvio un océano de chocolate.
Tan pronto como empezó, todo acabo, ella aparto la mirada y la chica castaña hizo lo mismo mientras se marchaba con su amiga a los asientos frente al pizarrón.
-¿Que paso?¿Encontraste a alguien conocido?- pregunto Nam, levantando el rostro para buscar entre las personas, Freen negó.
-No fue nada- sonrió a su amiga y cuando entro el profesor, empezó la clase.
Se presento a los estudiantes y comenzó a dar un pequeño discurso, les indico que por orden de mesa deberían ir al centro de la clase y presentarse, Freen no quería, siempre le entraban los nervios al hablar en publico, por suerte, ella se encontraba en la cuarta fila y tardarían un poco en llegar a ella, los chicos fueron pasando y la ojiverdes se sorprendió cuando Nam fue sin problemas y al volver le sonrió divertida, por eso le agradaba, siempre había admirado su seguridad en si misma.
Comenzó a hacer garabatos en su cuaderno, para distraerse, iba muy bien, cuando llamaron a una chica, vio a la misma castaña alta levantarse, se veía muy linda con su jean oscuros y una blusa roja, caminaba con seguridad y confianza mientras mostraba una sonrisa coqueta en sus rosados labios, se paro al frente de todos, sin mirar a nadie en especifico, era muy femenina o eso pensaba Freen, por sus cejas delgadas y su manera de caminar.
-Becky Armstrong, un gusto- sonrió pestañeando y de seguro la mitad del salón ya pensaba que era linda.
Freen aparto los ojos de la castaña y volvió a hacer garabatos, no le importaba. Después de un rato fue el turno de ella, se levanto seguramente con el rostro pálido y siguió, desde que estaba en primaria siempre era el centro de las burlas, pero con el paso de los años había aprendido a no darle importancia.
Becky la miraba con interés, apoyaba la barbilla en su mano y mordía uno de sus dedos, aun haciendo aquel gesto, se veía increíblemente guapa y por mas que decir femenina, Freen intento por todos los medios no observarla y al terminar fue como un rayo a sentarse, soltó un suspiro y observo como su amiga rubia alzaba los pulgares, en señal de animo.
Después de dos horas tenia que cambiar de clases, Freen apresurada recogía sus libros, mientras su amiga la apuraba.
-¡Freen, mueve el culo!- apresuro Nam en la puerta.
-¡Espera, Nam!- le pidió, siguiéndola, porque la rubia se había ido al pasillo.
Sintió que alguien la empujaba por el hombro y se le cayeron todos los libros, Había una chica de piel morena y cabello castaño frente a ella riéndose.
-Ay, disculpa, no te había visto- mintió con ojos burlones, Freen la miro mal y comenzó a recoger sus libros.
A su lado pasó otra chica, que pateó uno de los libros en el piso, era otra de las amigas de Becky , la castaña mas pequeña que entro con ellas.
-Estabas en mi camino- excuso y se echó a reír con la otra chica, Freen frunció el ceño y miro a Becky, que apareció junto a ellas.
-Chicas, no sean tan malas- les dijo en broma, aunque también sonreía y miraba a la ojiverdes en el suelo -Pobrecita, Vale-.
Becky se estaba burlando de ella, y a pesar de eso, Freen seguía pensando que era hermosa, intento descubrir el porque, pero no lo consiguió, logro volver en si misma cuando las tres chicas se fueron por el pasillo, Nam llego hasta ella, disculpándose por dejarla sola, Freen le resto importancia, pero seguía pensando si Becky Armstrong y sus amigas serian las idiotas que le harían la vida imposible el resto del año, puede que estuviera en lo correcto.
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RIVALES | ADAPTACIÓN | Freenbecky
RomansaFreen Sarocha comienza la secundaria sintiendo las burlas de sus amigos, entre un grupito de chicas que la fastidian conocerá a la popular Becky Armstrong . Durante varios años ellas comienzan una gran rivalidad entre ellas, se odiaban a muerte o al...