Nuevo comienzo

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Hola a todos! Acá un nuevo capítulo y si, vamos en recta final porque dije que es historia corta jeje.

En este fanfic, Daemon tiene una relación cordial con Alicent, y si es raro, pero me gustó escribirlo así.

No olviden comentar y votar, besos y abrazos.


Daemon intentó no quedarse dormido, pero inevitablemente se quedó dormido en brazos de Rhaenyra.

Ella en cambio, no pudo dormir. Casi lo había perdido.

Podía soportar verlo casado con otra mujer, verlo siendo feliz con otra mujer, pero las lágrimas se agolpaban en sus ojos pensando en ¿Qué habría pasado si él lograba su cometido de morir?

¿Qué habría hecho ella si él moría?

No habría podido soportarlo. Su felicidad, su esperanza de una vida que valiera la pena, habría muerto con él. 

Con miedo, lo dejó solo dormido sobre los peluches, tomó el arma con mucho cuidado y la alejó de él. 

Recogió las botellas tiradas en el piso, miró la habitación del bebe hecha pedazos y sintió su corazón romperse al pensar en lo mucho que él había sufrido.

Él no merecía eso.

¿Cómo su padre había sido capaz de hacerle algo así?

Hacía frío, y supuso que él tendría frío.

Fue a alguna habitación y tomó mantas para cubrirlo.

Se recostó con él bajo las mantas y él la atrapó entre sus brazos cuando ella se recostó junto a él.

- Rhaenyra, lo siento mucho- dijo él y ella besó su frente.

Ella no dijo nada, no podía. Casi lo había perdido y estaba demasiado asustada. Solo pudo abrazarse a él y quedarse con él esa noche mientras él ondulaba entre el sueño y la consciencia.

Cuando él despertó por la mañana, lo primero que encontró fue la mirada triste de Rhaenyra.

Recordó todo de golpe y solo pudo apoyar su cabeza contra el hombro de Rhaenyra.

- No tendrías que haber visto esto, lo siento, no sabes cuanto lo siento- dijo él sintiéndose culpable de que ella hubiera tenido que ayudarlo.

Ella sollozó, aún aterrada y lo miró.

- ¿Y qué preferías? ¿Qué te encontrara acá con la cabeza abierta por un tiro? ¿Qué supiera que el hombre que amo murió y no pude hacer nada? No digas estupideces tío- lloró ella abrazándolo y él la apretó entre sus brazos.

Él besó sus cabellos una y otra vez y se puso de pie mirando el desastre que había hecho con la habitación. 

Supo que debería ordenar ese desastre, Rhaenyra no merecía ver eso, pero primero, necesitaba darse una ducha.

Tomó sus cosas para entrar a la ducha y Rhaenyra lo siguió.

- Rhaenyra, entraré solo- dijo él confundido porque ella lo seguía.

- Dúchate, no miraré, te lo juro, solo no quiero que hagas algo estúpido- dijo ella con los ojos brillantes y él maldijo.

Ella se quedó sentada en un piso mirando hacia un rincón del cuarto del baño mientras él tomaba una ducha.

Ella no lo miró, por más que lo deseara, por más que lo amara y lo único que quisiera a veces fuera arrancarle la ropa y rogarle que la hiciera suya, ella no miró. No era el momento, no eran las circunstancias.

El invierno del sol (Daemyra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora