Caren Hortensia siempre creyó en la buena voluntad de Dios, Dios como tal nunca se equivocaría y nunca pondría una prueba que no se pudiera pasar con fe y amor a ninguno de sus hijos. La fe siempre inundo su corazón como su cuerpo el cual había sido bendito desde que nació.
Con una constitución débil que la hacía enfermar seguido, muchas personas pensaron que no sobreviviría, sin embargo lo hizo, y con el paso de los años descubriría gracias a sus abuelos que su constitución débil había sido heredada de su madre, quien por lo que escucho toda su vida estuvo enferma.
"Es una lástima que no haya sacado más de los genes de su padre" Escucho lamentarse a su abuela, quien traía el botiquín de primeros auxilios ante la herida de su mano,
Si bien Caren tenía conocimiento sobre que su padre era un hombre devoto a las enseñanzas de Dios, sus abuelos nunca hablaron de él frente a ella, en su lugar se limitó a escuchar el nombre de su padre mientras ellos creían que no estaba cerca.
La historia de cómo sus padres se conocieron pudo haber soñado como un cuento de hadas; su madre era una mujer que visitaba la iglesia donde su padre estaba trabajando, y los dos se enamoraron, su padre había dejado sus votos por ella, quien parecía solo sostenerse con su propia voluntad ante la enfermedad que le aquejaba y profería la muerte próxima. Y después de haberse casado, los dos tuvieron una niña, quien para su mala suerte había nacido con todas las características de su madre.
Débil, enfermiza que requeriría demasiados cuidados.
"No es que tu padre que no quiera verte, es solo que está muy ocupado cuidando a tu madre, por eso te dejo a cargo de tus abuelos, sé que solo quiere lo mejor para ti" Había dicho un tío lejano una vez, sin embargo, a pesar de que su madre había muerto, su padre no pareció interesado en estar cerca de ella.
"Kirei a decidió que volverá ejercer" Escucho una vez a su abuelo decir, quien sostenía el periódico con ambas manos, gracias a ello no la vio desde la puerta de la entrada. Su abuela no dijo nada, sin embargo el golpe del cucharon contra la olla, dejo en claro que la noticia no pareció ser de su agrado.
"¿En realidad? Pensé que volvería y..."
Su abuela guardo silencio cuando la noto frente a la puerta abierta. Al menos hasta que observo la sangre en sus manos. El tema de su padre había quedado de lado para tratar sus heridas enseguida.
En ese entonces sus abuelos parecieron preocupados y preguntaron cómo se había herido, sin embargo por más que trataron de buscar lógica a la sangre que broto de sus manos, no pudieron encontrar una respuesta de como siempre parecía herirse de la nada, por lo que cansados de ello, decidieron ir a la iglesia, ya que, solo la fe podría apaciguar su miedo como incertidumbre, cuando la ciencia no pudo darles una respuesta.
El padre de la iglesia en ese entonces miro a los ancianos con una sonrisa y afirmo: "Bendecida sea su familia, Dios ha decidido bañarlos con su gracia, esta niña tiene el don de Dios corriendo dentro de su cuerpo".
La explicación simple había sido que, el cuerpo de Caren enfermaba no porque su salud fuera mala, sino porque había sido bendita con la gracia de Dios volviéndola sensible ante los fenómenos que ningún humano común podía sentir o ver.
Por supuesto el padre nunca hablo de demonios o entidades paranormales para no asustar a sus abuelos, en cambio hablo del beneficio de colocar a Caren en un ambiente donde pudiera desarrollar mejor sus habilidades.
Fue una semana después de su encuentro que, Caren Hortensia fue abandonada por segunda vez.
La despedida emotiva ante sus ojos de cualquier extraño, bajo su mirada pareció una obra barata que carecía de sentido para ella.
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Esposa a la fuerza
Fanfiction"¿No es ese un bonito vestido el que llevas?" "¿Gilgamesh?" "¿No es bonito? Las campanas resuenan, como un coro lleno de alegría, y detrás de ella el indicio de una boda marca". Los ojos de Gilgamesh se volvieron medias lunas, Kotomine frunció el e...