Epílogo

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Caren observo las tres pilas de documentos frente a ella, cada uno se extendió hasta la altura de su nariz. Lo primero que pensó al ver lo que tenía al frente fue que ese hombre debía estar bromeando, sin embargo ese no fue el caso.

—Aquí podrás encontrar el registro de los últimos movimientos que se han realizado, en lo que se refiere a los gastos realizados dentro de la iglesia, como reparaciones y pagos por los servicios básicos, además de viáticos —el ruido de "Game Over" se escuchó, además de una maldición antes de que la música BGM empezará a sonar de nuevo, Caren se forzó a no desviar la mirada y concentrarse al frente— Esto de aquí —apunto la pila de libros de tapa negra, cada uno de ellos contenía en el lomo escrito una fecha— Son los registros de los últimos 10 años, desde el término de la cuarta guerra, como los preámbulos de la quinta.

—¡¿Pero qué demonios?! ¡Quítate! —por un momento Caren miro detrás del hombre que tenía al frente, detrás de él se encontraba un sillón largo de color negro, en el dos hombres estaban sentados, el más joven de ellos, tenía una consola portátil en las manos y se había apoyado del reposabrazos, extendiendo así su cuerpo hacia el lado contrario, para infortunio del otro hombre.

—¿Ha? ¿Qué estupideces dices? Si alguien debe irse, eres tú.

—Espera, ¿Qué mierda? Además yo llegue primero.

El hombre más joven se hecho a reír, mientras que el otro frunció el entrecejo.

—Y aquí podrás encontrar información de los participantes —llamo su atención el hombre que tenía al frente, mientras extendía la carpeta de color beige en su dirección, Caren frunció el entrecejo cuando sus ojos se encontraron, pero a él no pareció importarle su disgusto, en su lugar, su voz continua de forma tranquila y pausada mientras explicaba su contenido.

Caren hojeo la carpeta, tratando de ignorar el ruido delante de ella, como le había mencionado, dentro se encontró con la información de los participantes de la quinta guerra del santo grial, cada hoja era una ficha informativa con una fotografía adjunta del participante, mientras las hojas pasaban con rapidez entre sus manos, notó dos rostros familiares en esa lista, un chico de su edad, el cabello rojo fue inconfundible, al igual que sus ojos dorados, como la chica de coletas y ojos azules.

—Kotomine, voy a entrar —tres golpes a la madera fueron dados de forma pausada, a pesar de que la puerta se encontrara abierta, Caren observo por el rabillo el color plata de la bandeja del té— Pensé que tendrían sed, así que traje algo de beber.

—Así que es eso, fue un gesto amable de tu parte, Emiya Shirou —Caren apretó con un poco más de fuerza la carpeta entre sus manos, la escena como tal le dio repelús, el hombre que tenía enfrente, era el encargado de la iglesia de Fuyuki; Kotomine Kirei, y no era más que un esperpento de hombre tratando de actuar como una persona normal, la falsedad exudo por cada poro, ese hombre que fingió ser una oveja más del rebaño del señor, no era otra cosa más que un sucio pecador, y la prueba irrefutable de ello, eran esos tres extraños.

Después de todo Kotomine Kirei se suponía que era el único encargado de la iglesia, sin embargo dentro de los aposentos sagrados coexistían tres hombres más, y dos de ellos vivían dentro de la casa de Dios a pesar de no ser afines a la iglesia, cosa que por supuesto era imperdonable.

—¿Además que estás haciendo aquí? ¿Kirei no te dijo que regaras las plantas o algo así?

—Por si no lo sabes, acabo de terminar mis tareas, solo pase a preguntar si había algo más que debía hacer, pero como yo tengo al menos algo de modales, decidí esperar.

—Actuando como un lindo perro, ¿Acaso esperas que Kirei te acaricie la cabeza?

—¡Tu! ¿Acaso buscas pelea?

Esposa a la fuerzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora