Conociendo a los extranjeros

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Sin duda alguna la mente de Aimar estaba con miles de telarañas emocionales y con millones de dudas acerca de este caso, todo giraba alrededor de ese depredador británico y por más que su esposo deseara evitar algún contacto con esas misiones era como si destino lo obligara a seguir sus pasos. Otro gran misterio que se unía a su vida era ese joven, Lionel Messi, no entendía como su esposo podía hacerse cargo de él sin miedo, solo era un observador más en la casa y cuidaba de su cachorro. Notaba esas miradas en ambos omegas, cargaban ira, decepción, miedo y traición, pero ¿Por qué? De Messi entendía el motivo.

Fue usado por ese alfa

Pero su esposo... No podía pensar en alguna lógica de su malhumor y por más que deseara saberlo este siempre evitaba el tema. Cuando acudió a la cita con Diego Maradona jamás creyó que ese maldito expediente le brindaría mucho miedo de perderlo absolutamente todo, esa nota tan característica de aquel demonio que lo torturaba desde las sombras estaba tan lejos, pero a la vez tan cerca y por primera vez en todo este tiempo en su matrimonio tendría un secreto para Scaloni.

− Nada realmente, era una pequeña misión. Es todo, cariño – le explicó a su esposo y solo se limitó a sonreírle, no dudó en sentarse junto a él en la cama y podía escuchar como su pequeño platicaba con Messi, así que se armó de valor para preguntar − ¿Por qué él? –

− No lo sé, me recuerda a mí... supongo. Leer su historia me hizo querer tenerlo junto a mí, dale una oportunidad ¿Sí? Por mí, no lo veas como un hijo si no quieres... pero al menos... −

− No me mal entiendas, solo era curiosidad. En todos estos años juntos, es la primera vez que haces algo impulsivo... solo disculpa si me muestro desconfiado. Si tú crees en él, también yo. – esas palabras provocaron emoción en el omega que beso las manos de su alfa y este se sonrojo un poco, Scaloni soltó un largo suspiro mientras observaba el techo con una sonrisa suave, pero en su mente maquilaba miles de ideas y como ayudaría a ese cachorro a liberarse de su demonio para que pudiera vivir como lo deseara sin temor de que algún día pudiera perderlo todo.

Una extraña familia había nacido con algunos secretos para dos personas inocentes.

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Pablo Gavira llevaba algunas semanas preocupado de la actitud de su esposo e imaginaba miles de escenarios donde le era infiel con otros omegas causándole noches de insomnio y no ayudaba en lo absoluto que su esposo llegara a casa con un olor entre menta combinado con algún otro que no lograba ubicar del todo. Las excusas de sus llegadas a casa hasta altas horas de la noche eran tan constantes y cuando yacía en la soledad de la casa, buscaba entre la ropa sucia de su esposo alguna señal de ese amante, pero nada así que decidió una tarde seguirlo aprovechando que Pedro estaba durmiendo su siesta – Perdón cariño. Luego iremos al parque – le susurró a su pequeño en modo de disculpa.

Robert solo contaba las malditas semanas para que pudiera salir de ese mundo y dedicarse a su familia, jamás creyó formar una o de siquiera encontrar a un hermoso omega con quién tendría un hermoso cachorro – Y claro que deseo tener otro – susurró para si mismo mientras conducía, perdido en sus pensamientos y rezando para que Beckham empezará a moverse de una vez. Así que después de terminar con su jornada de trabajo condujo hasta la residencia del británico para afinar algunos detalles, al bajar de su auto camino hasta la entrada principal donde lo recibió Guillermo con una gran sonrisa – Hey, te estaba esperando. Beck anda en la ducha ¿Te quedas a cenar? – preguntó el mexicano en un tono amable y Robert no pudo evitar devolverle la sonrisa sin imaginar que esa situación le causaba un gran caos a su esposo que no dudó en bajar del auto con su pequeño para caminar hasta ellos donde un Ochoa lo vio a unos cuantos metros – Verga wey, te siguieron. – fue lo único que pudo decir provocando confusión en el polaco que se volteo donde señalaba el menor quedando más pálido al ver a su adorado a omega con los ojos a punto de soltar miles de lágrimas.

¿Esto es incorrecto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora