Veritas vos liberabit: La verdad os hará libres.

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Carles Puyol miraba de reojo al británico mientras conducía y escucha la conversación entre los alfas, no pudo evitar sentirse un poco incómodo por la presencia del británico, sobre todo al sentir el aroma de Guillermo en él. Aunque prefirió no decirle nada a su pareja para evitar malentendidos en ese momento – Nos encontraremos con Guillermo en Orlando, pero pasaremos dos días en Boca ratón... en estos momentos deben estar vigilando los aeropuertos y la carretera – explicó el español, intervino por un momento al escuchar un comentario que le hizo fruncir el ceño por un momento.

Beckham se quedó en silencio mientras sonreía un poco más tranquilo ante ello y era la oportunidad perfecta para lo que tenía en mente.

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Guillermo sonreía divertido al perder por un momento a la policía así que estacionó en un barranco para empujar el auto hasta el acantilado, eso le daría tiempo para esconderse por esa noche. O al menos eso pensaba, nuevamente el dolor de cabeza llegó y corrió hasta perderse en la densidad de ese pequeño bosque hasta dejarse caer junto a un árbol. Su respiración se agitó de forma inmediata al sentir como su lobo gruñía dentro de él, como si quisiera destruir todo dentro de él – Vamos, calma, calma... tenemos que estar serenos para regresar con Beck... – susurró, pero las lágrimas cayeron por sus mejillas al recordar la confesión de Lionel Messi.

Ambos habían perdido a un cachorro y él no estuvo ahí para consolar a su pulguita en ese momento, como pudo tomo asiento por unos minutos para recuperarse un poco pero el ruido de las sirenas simplemente empeoraba todo dentro de su cabeza e inclusive puede jurar que un helicóptero estaba por la zona. Escuchó unos pasos cerca de él junto con unos ladridos – Me lleva la verga, lo que faltaba – se quejó en voz baja y salió corriendo en cualquier dirección para evitar encontrarse con esos oficiales hasta que pudo llegar a la carretera, se quedó perplejo al ver como un auto frenó de golpe en ese momento y las luces lo cegaron.

Él asesinó a Robert

Planea asesinar a Gavira

No es realmente nuestro destinado

– Ya cállate – dijo Memo mientras cerraba los ojos con fuerza ante esa migraña que aumentaba y al ver como una sombra caminaba cerca de él, dio unos pasos hacia atrás – ¿Beck? – susurró antes de caer inconsciente a mitad de la nada con un extraño junto a él.

Despertar a una extraña casa y con una parte de hombro ardiendo un poco no era nada tranquilizador ni mucho menos notando dos parches en su pecho, aunque llegó otra duda – ¿Dónde vergas estoy? ¿Y por qué ando sin camisa? – se preguntó así mismo inquieto, aunque la respuesta golpeo su nariz de forma sutil con cierto olor que reconocía a la perfección, su lobo aullaba de felicidad provocando que sus mejillas se tornasen rojas por ese momento – ¿Me das oportunidad al menos de ducharme antes de entregarme? – preguntó ya con fastidio en su voz.

– Puedes ducharte con calma, nadie vendrá... – respondió Messi mientras observaba al alfa desde una pequeña silla, no había dormido del todo por vigilar al mexicano. Ambos se miraban entre sí, pero Guillermo prefirió solo recostarse entre las almohadas mirando cualquier otro lugar menos al argentino que jugaba con sus dedos de una forma nerviosa, ansiaba irse sobre de él, pero Scaloni le aconsejó ir de forma lenta ante los supresores que combatían las feromonas del británico – Te puse una crema especial para que terminara de cicatrizar esa marca falsa... – dijo de la nada ganándose un gruñido. Guillermo frunció el ceño e iba a responderle, pero ver como soltaba unas lágrimas silenciosas le hicieron callarse nuevamente y llevar una mano hasta esa marca sintiendo como ardía todavía un poco – Tienes una gran telaraña en tu mente y te maneja a su antojo ¿Eso es amor? – preguntó Messi.

¿Esto es incorrecto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora