En el mismo continente, por fin.

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Scaloni no daba crédito a la noticia que recién recibía y es que jamás pensó escuchar que Ronaldo Nazario terminaría con su propia tras ser capturado y solo colgó el teléfono sin decir nada más alarmando a Pablo que se fue acercando lentamente – Tenemos que regresar al equipo, Pablo – susurró con una voz apagada – Nazario fue capturado y se suicidó, el maldito consiguió el nombre del testigo principal y no dudó que Beckham vaya tras él... Se ha adueñado de Italia – Aimar contuvo la respiración por un momento y abrazó con fuerza a su esposo.

Messi que solo escuchaba todo frunció el ceño ante esa noticia y solo pudo morder su labio inferior para tratar de calmarse un poco, pero fue en vano, se alejó de forma sigilosa mientras caminaba hasta su habitación donde abrazó con fuerza una pequeña playera, estos años habían sido realmente difíciles para el joven argentino y solo deseaba estar en los brazos de su alfa para sentirse seguro. Scaloni entró con cuidado a la habitación del menor para informarle la decisión que habían tomado – Iré... por favor... por favor... permíteme ser parte. Es mi última oportunidad – rogó Lionel.

– ¿Seguro? Sabes que... aun no estas del todo bien, después de lo que te paso... prefiero que te quedes con mi hijo y... –

– Jamás podré superar esto si no voy con Guille, por favor. Prometo ser de utilidad, solo quiero verlo para hablar y... convencerlo de que nos ayude, se que aun tenemos una oportunidad. –

– Déjalo venir, Scaloni. – rogó Aimar desde el umbral de la puerta – El informe no menciona su nombre... apuesto que ni siquiera estaba cerca y tenemos a Francisco para que nos ayude a revelarle todo, si coopera podemos hacer que esté bajo libertad condicional. – Scaloni solo soltó un largo suspiro mientras cruzaba sus brazos y sonrió para tranquilizar a ambos argentinos.

Esa noche tomaron un vuelo hasta Miami para poder integrarse con Diego Maradona y el resto del equipo, gracias a Francisco sabían que en algun momento Beckham tendría que pisar Estados Unidos y estarían atentos a su llegada.

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Guillermo cargaba al británico hasta la cama para dejarlo ahí para que pudiera descansar, para su suerte los italianos de ambos carteles habían decidido cooperar con él después de la muerte de ambos líderes bajo las manos de los oficiales, bueno, al menos en la versión que Beckham les brindó. Ahora solo tenía que reposar por unas semanas para recuperarse, aunque sentía la mirada del menor sobre de él provocando curiosidad – Habla – ordenó David.

– No puedo creer que Francisco nos vendió y se unió a Kaká para tu captura... Nazario prefirió morir antes de revelar información. Solo quedamos tú y yo... no quiero perderte a ti también Beck – expresó entre lágrimas mientras sus manos apretaban con fuerza las sábanas de la cama – Vamos a retirarnos, estamos a tiempo y... –

– No Guillermo, sería dejar que la muerte de Nazario fuera en vano. Conseguí el nombre del asesino de Robert e iré detrás de él. Si tú te quieres quedar, adelante. – dijo un poco molesto David y Guillermo no respondió, solo se recostó entre las piernas del mayor que jugaba con sus rizos – Lo siento. Victoria llegará el día de mañana y con ella cruzaremos este gran mar para conquistar ese continente, además ¿No deseabas regresar a México para ver a tu hermano? Es la oportunidad perfecta, cariño... – dijo emocionado y no dudó en besar los labios de Guillermo causándole un poco de nerviosismo.

– No...no hagas eso, Becki... me pones nervioso – dijo sonrojado mientras ocultaba su rostro en el pecho del mayor para evitar mirarle provocándole una risa al británico – Somos alfas... es raro, es todo. –

¿Esto es incorrecto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora