Pasaron dos meses desde el acontecimiento de aquel día. Robleis y Spreen permanecían constantemente junto a Carre, quien se sentía complacido por la restauración de su círculo de amistades. Admiraba cómo Robleis brindaba su ayuda en cada aspecto, y cómo Spreen, a pesar de haber sido perdonado, continuaba disculpándose de diversas maneras. Sin embargo, la ida de Spreen debido a las llamadas de su pareja era motivo de tristeza para Carre.
En ese momento, la lluvia caía incesantemente mientras Carre se encontraba sereno en su casa, disfrutando de una película. Sería falso afirmar que no echaba de menos a su compañero peludo, cuya ausencia dejaba un vacío imposible de llenar con ninguna otra amistad. Se cuestionaba si alguna vez superaría aquel dolor, aunque la perspectiva de buscar ayuda profesional se veía dificultada por sus temores. Temía el posible rechazo al expresar abiertamente sus emociones.
Carre se hallaba inmerso en un torbellino de emociones y pensamientos. Dos meses habían transcurrido desde aquel desastroso día, marcado por la pérdida de su amigo peludo, un compañero leal que había compartido cada momento de su vida. A pesar del tiempo pasado, el dolor seguía fresco, como una herida que se negaba a cicatrizar.
En medio de este duelo, Carre se debatía entre dos fuerzas opuestas: el deseo ardiente de buscar ayuda profesional para enfrentar y superar su dolor, y el temor paralizante a la marca social que rodeaba la salud mental. La idea de abrirse emocionalmente y exponer sus vulnerabilidades ante otros era aterradora. Temía ser juzgado, incomprendido o incluso marginado por buscar ayuda, en una sociedad que aún no había normalizado plenamente el cuidado de la salud mental. Sin embargo, la carga emocional que llevaba consigo era abrumadora. Cada día se convertía en una batalla interna entre la necesidad de encontrar consuelo y el miedo a enfrentar el rechazo. La presencia constante de Robleis y los gestos sinceros de disculpa de Spreen ofrecían un respiro momentáneo, pero el vacío dejado por la ausencia de su gato persistía, recordándole la profundidad de su pérdida.
La lluvia que golpeaba las ventanas parecía reflejar su tormento interno, una tormenta emocional que no mostraba signos de disminuir. En esos momentos de soledad, Carre se sumergía en una película, buscando una distracción temporal de su dolor. Sin embargo, la trama de la película palidecía en comparación con la intrincada red de pensamientos y emociones que lo consumían.
Se enfrentaba a la dualidad de anhelar el consuelo y resistirse a la vulnerabilidad. La idea de buscar ayuda profesional se entrelazaba con sus temores más profundos, creando un laberinto emocional del que no veía salida clara. La lluvia continuaba su danza rítmica fuera de la ventana, como un eco de su propia tormenta emocional, recordándole que aún no había encontrado la calma en su interior.
...
Pasaba largas horas junto a ella, obsequiándole presentes, compartiendo su vida, y realizando todas las acciones propias de una relación comprometida. Sin embargo, en lugar de gratitud, solo recibía críticas y quejas constantes. Cada gesto, cada regalo parecía ser insuficiente; ya fuera por su valor monetario, su aspecto, su tamaño o su brillo. Se encontraba exhausto, cuestionándose si aquella relación realmente estaba destinada para él.
Sus besos intentaban ahogar los pensamientos turbulentos, buscando consuelo en la intimidad de esos labios, pero la desesperación persistía. Se sentía aprisionado en un ciclo de insatisfacción constante, consciente de que sus acciones no lograrían cambiar su situación de la noche a la mañana, ni probablemente nunca.
Al apartarse de aquel beso, sus ojos se encontraron con los verdes de ella, aunque en ese instante, no eran los que deseaba contemplar. Cada caricia, cada beso, se convertía en un acto de autoengaño, en el que se sumergía en una fantasía ficticia, idealizando una relación que no correspondía a la realidad. Era plenamente consciente de las consecuencias de sus acciones, de cómo su voz interior clamaba por dejar atrás esa farsa y buscar al chico que realmente amaba, enfrentarse a sus verdaderos sentimientos y abandonar la mentira en la que se había sumido.
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꧁༒☬ i̳'̳m̳ ̳b̳r̳o̳k̳e̳n̳ ̳i̳n̳s̳i̳d̳e̳ ☬༒꧂•ʳᵒᵈʳⁱᵛᵃⁿ•
Diversos•ɪᴠÁɴ ᴜɴ ᴄʜɪᴄᴏ ᴅᴇ 24 ᴀɴ̃ᴏs, ᴍᴇᴊᴏʀ ᴄᴏɴᴏᴄɪᴅᴏ ᴄᴏᴍᴏ ꜱᴘʀᴇᴇɴ ᴜɴ ɢʀᴀɴ ꜱᴛʀᴇᴀᴍᴇʀ ᴄᴏɴ ᴍᴜᴄʜᴏꜱ ꜱᴇɢᴜɪᴅᴏʀᴇꜱ. Aʟɢᴜɪᴇɴ ᴀʟᴛᴏ, ᴀᴛʀᴀᴄᴛɪᴠᴏ ʏ ᴄᴏɴ ʟᴀ sᴜᴇʀᴛᴇ ᴅᴇ ᴛᴇɴᴇʀ ᴜɴᴀ ᴠɪᴅᴀ Qᴜᴇ ᴍᴜᴄʜᴏꜱ Qᴜɪꜱɪᴇʀᴀɴ, ᴄʟᴀʀᴏ Qᴜᴇ ᴄᴏᴍᴏ ᴄᴜᴀʟQᴜɪᴇʀ ᴏᴛʀᴀ ᴘᴇʀsᴏɴᴀ ᴀ ᴛᴇɴɪᴅᴏ ꜱᴜꜱ ᴘʀᴏʙʟᴇᴍᴀꜱ. ʟʟᴇᴠᴀ ᴅᴇᴛʀᴀs...