~▪︎En donde una chica llamada Francis Brichton,de una familia muy conocida en Fittes,con un don absolutamente extraño y un difícil pasado.Acepta una oferta de trabajo de un viejo amigo con la intención de trabajar,ayudar y conocer a una de las agenc...
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Pasaron los minutos y con ellas las horas.Francis y su amigo estubieron hablando de sus cosas.Como les habían ido a cada uno con su vida,algunos que otros viejos recuerdos.Sobre el nuevo trabajo de la chica y sus proximos casos,si es que llegaba para el siguiente.
El joven no podia creer como su amiga aún estaba con vida,si por decreto esta no era la más cuidadosa a la hora de hacer las cosas.Pero después de todo le tranquilizaba que estubiera bien.
─¿Entonces aún no les contaste? ─ preguntó el chico sentado en la silla de su escritorio.
─No ─ negó la joven.
─¿Y no lo haras?
─¡No! ─ respondió rapidamente ─ no voy a arriesgarme hacer tal cosa ─ se levantó caminando hacia la ventana y así poder ver la vista de afuera.
Adams solo asintió detenidamente.El respetaria su decisión,si ella decia que "no" entonces esa seria la respuesta.
─Oye,antes que me vaya necesito algo ─ solto Francis.Ya se hacia de noche,debía ir rapidamente donde se encontrarian sus colegas.Si tan solo llegara tarde al castaño no le agradaría nada su profesionalidad y de por si estaría quejandose con Barnes.
─¿Qué cosa?
─Un estoque.
El mayor quedo perplejo al escuchar lo que le pedia.
Todo este tiempo,al estar peliando con fantasmas ¿No llevaba un estoque? ¿Es enserio?
Y luego se pregunta de porque esta con vida.
─Bien,cuando bajes,en la sala hay una bolsa ─ indico mientras escribia en un papel ─ ahí encontraras algunos,toma el que gustes.
─Okey,lo tengo ─ dijo separandose de la ventana para ir a la puerta ─ Entonces ¿Estaras bien?
Solo asintio sin mirarla.
─Esta bien...adios ─ y salió de allí en busca de la espada.
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Mientras tanto por otro lado de Londres.Lockwood y Lucy se dirigian a Trafalgar Squere.
Este primero no tenía la mejor cara y la chica lo sabía.Al salir de casa esta había divisado a su amigo con margen de esperar a alguien y al ver que no aparecio se subieron a uno de los taxis que trabajaban para esos turnos de la noche.
Tuvo el presentimiento de quien podia ser.
Ahora en su casi destino,tuvieron que caminar lo que quedaba del recorrido ya que se veia a muchos agentes reunidos debajo de la Columna de Nelson y no permitian el paso al taxi.
