Realidades Soñadas (Youtubers y Tú) T1

1. La suerte me persigue pero yo soy más rápida

Últimamente me cuesta cada vez más y más levantarme, a veces incluso llego a apagar el despertador aún dormida sin darme cuenta. Al par de minutos los ruidos de la casa me empiezan a molestar y me obligan a abrir completamente los ojos. Ansiedad, tristeza y pánico es lo que suelo sentir al intentar salir de la cama. Es tarde, sé que en cualquier momento si no me levanto por mis propios medios llegará mi madre a obligarme a "hacer algo", lo cual tampoco motiva mucho al levantarme.

En el móvil me aparecen notificaciones una detrás de otra de los nuevos vídeos que subieron los streamers y youtubers que sigo, lo cual me alegra un poquito y me da fuerzas para plantearme si ir a ducharme antes de bajar a desayunar.

Es sábado, hace un poco de frío y el sol se esconde detrás de la tormenta de anoche, tengo tareas pendientes por hacer para la semana que viene y algunos exámenes que estudiar, y eso hace que cuarto de la ESO sea aún más insoportable.

Con tal de no pensar en mis responsabilidades abro uno de los vídeos de mis notificaciones; vídeo de Vegetta, Apocalipsis Minecraft. Y mientras escucho su introducción me animo a levantarme para ducharme y lavarme los dientes.

-Buenos días, te vas a quedar sorda a este paso - me saluda mi madre aludiendo a los cascos que tengo puestos viendo el vídeo.

La miro con cansancio y me empiezo a preparar el desayuno. Al estirar el brazo la herida de la espalda me duele y hace que me retuerza, disimulo el dolor corporal para que mi madre no se de cuenta pero acabo tirando alguno de los tarros de cocina que estaban en la estantería provocando un grito de mi madre.

-Mira lo que haces maldita torpe, siempre acabas rompiendo algo, ¿tienes las manos torcidas o qué?

Cierro los ojos, cojo aire y retengo las lágrimas. "Lo siento", es lo único que soy capaz de decir antes de ponerme a recoger todo. "...y ya sabés que estáis todos invitados al nuevo evento en Madrid el 20 de julio, que vamos a estar Willy, Staxx, Alexby, Rubius... bueno todos los de siempre vamos en piña" oigo en el vídeo de Vegetta mientras acabo de recoger los botes. Al oír la noticia me di prisa para acabar de ordenar y sentarme a desayunar. "Tenéis la página web con la info en la descripción y ya sabéis que en nuestras redes sociales también solemos publicar todas las novedades". Al meterme en la página web me encuentro con la presentación de cada uno de ellos, los precios de las entradas junto a la ubicación del evento y el resto de información. Y lo primero que siento es emoción. Puede sonar enfermizo y preocupante pero es la realidad; ahora mismo no tengo nada a parte de los vídeos de estos chicos. Sigo a Rubius desde aproximadamente 12 años y poco a poco empecé a ver a los demás también, como a Mangel, Luzu, Lana entre otros y actualmente siguen siendo todo el entretenimiento que tengo. Y ya no solo entretenimiento, es que son las personas por las que de verdad me siento cuidada. En el instituto suelo ocultar que les veo porque todo el mundo ansía parecer y ser mayor, promueven una exclusión extremadamente activa de todo aquel que se diferencia de la clase y, a diferencia de mi, su mayor entretenimiento es acosar, o acosarme. He tenido que borrarme las redes sociales y evitar salir sola por el pueblo con tal de no cruzarme con cualquiera de ellos, y en casa tampoco me siento segura junto a mis padres. Suelen discutir mucho, gritarme, exigirme calificaciones y tareas de casa que son temporalmente incompatibles y por lo general nunca me escuchan. Las pocas veces que me ven llorar me obligan a encerrarme en mi habitación porque parece ser que les molesta que "llore por tonterías". El discurso de "yo a tu edad hacía esto..." también está incluido en el día a día para no valorar el mínimo esfuerzo que intento hacer en todo lo que me rodea.

Todo esto se puede resumir fácilmente en que esos chicos son mi único espacio seguro y que exista una posibilidad de poder verles en persona es lo único que me motiva a mover tierra y aire, lo que supone también levantarse de la cama.