7. De vuelta, conectando.

7 3 3
                                    

Las personas se habían dispersado ahora que la puerta estaba abierta pero a Juan no se le quitaba la cara de susto. Lo veo lógico teniendo en cuenta que probablemente estuviese hablando al aire y tenga todos los síntomas de un delirio. La médica me ayuda a levantarme y colocarme en la cama de nuevo. 

-Qué frío hace en esta habitación, ¿tú no tienes frío? -me pregunta la doctora tocandome las manos que sorprendentemente las tenía bastante calientes -. Ahora te volveremos a examinar y te haremos un parte médico. 

Ella se aleja y antes de irse revisa el estado de la puerta, que para su sorpresa, no presenta ninguna imperfección y no consigue explicarse porqué se atascó. Juan, mientras, se acerca rápidamente. 

-Qué ha pasado? ¿Estás bien? ¿Estabas con alguien? - intento hablar pero mi boca se queda entreabierta sin ser capaz de emitir ninguna palabra, siento que cualquier cosa que diga ya se me va a tratar de loca, aunque no descarto el estarlo-. Puedes contarme cualquier cosa, te voy a creer ______. 

Acto seguido él se pone la chaqueta por el frío de la habitación y me coge de las manos, sorprendido por la temperatura de éstas. 

-Yo… Juan, no sé qué me pasa -toda la paz y tranquilidad que me había transmitido Rubius se fue de golpe y volví a ser consciente de toda la ansiedad y cansancio que acumulo -. Creo que estoy volviendome loca.

-Estoy seguro que no corazón. Te voy a creer todo lo que me cuentes, vale? Puedes confiar en mí… por favor -Juan está muy preocupado y eso en parte me calma, puede ser que él sea el único capaz de entenderme, como siempre. 

-He visto… a gente, a unos chicos… Y mis manos, la pared se estaba congelando, te lo juro que se estaba congelando hasta que… Es que no tiene sentido nada de esto -intento contarle con calma lo que sucedió pero todas las palabras que digo suenan absurdas.

-______ -me mira con mucha preocupación y seriedad-, cuando te encontré en mi casa todo estaba congelado. Dime quien te ha hecho eso.

Juan sabe algo que yo no y me cree. Él es quien me ha traído al hospital y no le suena absurdo lo poco que le he contado. De repente la ilusión me invade. Puede que no esté loca, puede que la magia exista. Puede ser que esa magia sea… mía? “Quien te ha hecho eso”... ¿Pero es posible que lo haya hecho yo?

-Señor, hemos podido localizar a sus padres y contactar con ellos, debe de abandonar el hospital -dice una de las enfermeras y a su lado un guardia de seguridad -. Sus padres llegarán en unos minutos. 

Mis padres. Sin darme cuenta le cojo las manos a Juan y las aprieto. No puedo verme con mis padres, no quiero. No podría explicarles toda la situación, me encerraran de por vida en casa, o peor, en un psiquiátrico. 

-Juan por favor no te vayas, no me sueltes -mi cuerpo empezaba a temblar y volver a congelarse y sus ojos se abrieron de par en par. Él apartó sus manos y las puso en mis hombros intentando calmarme-. No puedo, no puedo volver con ellos por favor…

Antes de que la enfermera nos separe a Juan le da tiempo a cubrirme las manos con mis propias mangas.

-______ mírame, vamos a hacer unas respiraciones. Necesito que me mires y me acompañes ¿vale? Inspira… -siento como el hielo sube por mis brazos y me llega al cuello poco a poco y el aire que inhalo me quema los pulmones. No soy capaz de pensar en nada que no sea volver a encontrarme con mis padres-. Y exhala…

-Necesito que se vaya, voy a hacerle daño -le digo a la doctora entre lágrimas y ahogos. 

-Lo vas a conseguir, sigue mi respiración…

Realidades Soñadas (Youtubers y Tú) T1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora