Realidades Soñadas (Youtubers y Tú) T1

9. Carácter

Tengo carácter, pero también tengo mucho miedo. Y a veces también tengo suerte, porque cuando tengo miedo me enfrento a él. Quiero saber más, estoy rodeada de un mar de preguntas y quiero abrirme camino entre ellas a base de golpes y gritos. 
Tal vez no solo siento miedo, sino también enfado. 

-Eres un peligro, para ti y para los demás. Y necesitas ayuda, por eso estas aquí con nosotros -continúa hablándome Vegetta, a quien notaba ciertamente enfadado. Siento que nuestro carácter va a chocar mucho. 

Empiezo a recordar y unir cabos respecto a todo lo que ha pasado en… las últimas horas? Las manos congeladas, la pared congelada, la habitación fría, el hielo subiendo por mi cuerpo. Juan preguntándome quién me ha hecho esto. Estaba equivocado. Quiero encontrarle y gritarle que fui yo, quiero que se sienta orgulloso, no que me tenga miedo. Él confiaría en mí. Con él yo podría estar bien. Pero aún así, sé que debo preguntar:

-¿Cómo de peligroso es? -no quiero hablarme como si el peligro fuese yo, yo no hice nada de esto conscientemente. Tampoco les pedí ayuda.

-Todos los que tuvieron tu poder han muerto, han matado o los han asesinado. 

-Vegetta… -Luzu le llama la atención pero mis ojos y los de Vegetta están totalmente fijados y parece que se están chocando con la tensión que se genera -. ______ necesitamos que te quedes aquí un tiempo con la idea de que consigas controlar, entender y adaptar tu poder para poder vivir en sociedad. Te formaremos para que vuelvas a tu vida normal, y para que te puedas proteger -habla mucho más calmado y se nota que habla desde la empatía. 

Willy recupera la pantalla original con un buscador desconocido para mi y leo como escribe “Viento del Norte”. El buscador se convierte en una biblioteca digital pero que perfectamente imita una real, con sus estanterías y libros con portadas. Varios de ellos se abren en algunas esquinas de la pantalla dejando a la vista textos, dibujos, datos y algunos gráficos. 

-Tu poder es uno de los 4 originales. Como ha dicho Vegetta, casi todos han muerto por su propio poder. Para ser sinceros nosotros nunca nos hemos cruzado con alguien como tú, pero somos los únicos quienes podemos ayudarte. Y aunque parezca que tienes opciones… la verdad es que no tienes muchas. Vas a tener que quedarte aquí un tiempo. 

-¿Cuánto tiempo? -todo lo que estoy oyendo me va cayendo como un yunque en la cabeza, a este nivel ya lo que estoy haciendo es intentando hacerme la dura, pero realmente no me encuentro del todo bien. 

-Meses, mínimo. Por no decirte un año o más.

-¿Qué pasará con el resto de mi vida? 

-Nos tocará anunciarte como desaparecida -vuelve a hablar Vegetta.

Esa noticia me asustó más que cualquier anterior. 

-Me quedo pero solo si puedo avisar a una persona -mi enfado empezaba a subir y mis nervios hacen temblar mis piernas. 

-No puedes avisar a nadie, a partir de ahora… 

-NO me voy a quedar aquí hasta que lleguemos a un acuerdo -interrumpo a Vegetta con un grito pero con los ojos llorosos. 

Mágicamente, y nunca mejor dicho, lo empiezo a notar. Un flujo recorriendo mi cuerpo que me arde por lo frío que es, una necesidad intensa de gritar y echarselo a alguien. Se parece a un ataque de ira, pero es mucho más que eso. Me siento poderosa y capaz de hacer daño, mucho daño, y no me importa eso. Las lágrimas que me caen por la mejilla toman forma de gotas congeladas después de pasar por mis mejillas y se rompen al tocar el suelo obligándome a proyectarme en ellas. Me siento igual de frágil que ellas, y ahora ese poder ya no me transmite poder, sino miedo, una vez más. 
Levanto mi cabeza del suelo y cruzo mi mirada con la de Lana, que automáticamente se acerca y me toma de las manos gentilmente.