Realidades Soñadas (Youtubers y Tú) T1

11. ¿Casa?

Staxx y Mangel forman un equipo muy curioso. Nunca los he visto juntos en algún vídeo como tal, siento que tienen personalidades muy diferentes y una visión de sus gustos algo contradictoria, siendo Staxx notablemente competitivo. Pero aquí se muestran casi como dos hermanos. Staxx resulta que posee el poder de las artes marciales y la fuerza, y Mangel creación y control de armas. Entre los dos han conseguido formar un espacio de entrenamiento envidiable a cualquier juego de Tomb Raider.

-Primero que nada, control -Mangel se dirige a mí y se sienta enfrente desplegando una manta llena de objetos metálicos, pólvora, madera y otros objetos inidentificables-. Tienes que saber qué quieres conseguir antes de ponerte a crear o montar cosas. Viendo esto, ¿qué quieres que saque de aquí? -observo de nuevo la manta aún confundida.

-No sé… ¿pueden ser balas? -tengo cierto complejo por equivocarme, en clase solía responder con mucha más seguridad con muy poco margen de error.

Mangel coge aire y levanta la muñeca izquierda con la palma de la mano hacia arriba, y en cuanto empieza a soltar todo el aire veo como varios materiales de la manta vuelan hacia su mano formando balas.

-Modificamos, montamos y manipulamos con lo que tenemos a nuestro alrededor. Pero tienes que saber qué quieres hacer. Tienes que tener tu mente ordenada, sin miedo.

Sin miedo. Creo que nunca he vivido sin miedo, y eso me asusta aún más. En clase tenía miedo a los demás, en casa a mis padres. ¿Cómo no le voy a tener miedo a algo totalmente incontrolable?

-Sé que no sabes nada de esto, pero ni te hace falta. Tú puedes hacer algo en lo que nosotros estamos limitados y es crear. No necesitas el entorno para usar tus poderes -habla Staxx a mi lado al verme confundida-. ¿Podrías repetir lo de la flecha?

Me coloco más cómoda y recuerdo el momento. Repito los mismos movimientos completando las expectativas. Esta vez consigo crear la flecha mucho más rápido y sostenerla en la mano, y tocándola me doy cuenta lo perfecta y brillante que es. El hielo parece cristal, transparente y duro. Al ver el resultado, sonrío. Aún me cuesta creerme que yo soy capaz de hacer eso.
Ambos chicos me sonríen también.

-Tienes que quedarte con esa sensación. No hagas nada sin saber qué intenciones tienes. Una vez que creas algo, para modificarlo necesitas estar en contacto con ello. Si tú ahora quieres cambiarla, de forma, color o lo que sea, tiene que estar en tus manos -me explica Mangel.

-Me gusta como es -les digo aún pensativa-. Me ha salido muy bonita. ¿Si la dejo se descongela?

-¿Cuando la has creado en qué has pensado?

Mierda. Estoy viendo que esto es más complicado de lo que pensaba.

-No lo tenía en cuenta. Solo he pensado en crearla.

-Estás a tiempo de hacerla permanente. Si la tienes en las manos, modificala -insiste Staxx.

Sin tener muy claro qué debo de hacer para ello, paso los dedos por encima de la flecha cubriéndola con una capa fina de hielo algo más azulado. Y entiendo que lo he conseguido.

-La intención es lo que importa -habla Mangel.

-A veces también es aplicable en la vida en general - acompaña Staxx.

Todos nos miramos creando un ambiente muy pacifico y agradable.

-¿Puedo guardarla en algún lugar?

-Tenemos un almacén en la base donde guardamos algunas cosas parecidas, la enviaré ahí -le doy la flecha a Staxx y con unos movimientos rápidos de manos la hace desaparecer.

Después de esto, nos pasamos alrededor de 1 hora probando algunos trucos básicos. Mi confianza crece a medida que voy entendiendo mis poderes, aunque sigo sintiéndome muy distante de “ello”. Siento que no me pertenece, que no forma parte de mi misma, sino como si fuese un alter ego. También siento que aún no controlo yo el poder sino que de vez en cuando sigue mis caprichos, y que alguna vez eso me va a pasar factura. Aún así, Mangel y Staxx consiguieron su objetivo: sentirme mejor conmigo misma, con ellos y con el sitio.
Staxx estuvo probando mis reflejos tirándome cualquier cosa que estuviese a mano y yo tenía que esquivarlo o bloquearlo. Todo salía bien aunque de vez en cuando creaba cosas cosas sin mucha intención que acababan sorprendiéndome, como paredes de hielo y escudos. Sigo sin saber qué hacer con el viento.