05 - Confesión inconclusa

366 35 29
                                    

Para todo ser humano es necesario el cariño y cuidados, pero el negárselo a alguien con cero posibilidad de autosuficiencia, lo lleva a la punta de un abismo de soledad eterna, que el mismo cruel universo a decidido que sea así.

Una madre ausente, pocas atenciones recibidas en la infancia, abusos y malos tratos, una mala comprensión de cariño y entré otras cosas, eran las que orillaron al pequeño peliazul desde temprana edad a ser autosuficiente y, aunque no parezca, en su corazón aún guardaba una pequeña chispa de esperanza de que alguien tomara su mano en alguna etapa de su vida, y que lo guiara.

Mi única preocupación era ahora cuidar de él y cuidar de mi para poder mantenerme en pie y hacerle de soporte. Era como un hijo, pero más que nada, lo veía como un hermano menor, un compañero del cuál debía cuidar, y con gusto lo haría.

Durante el poco tiempo que él había estado aquí, había mostrado un apego como ningún otro, y la gran mayoría de veces evitaba causarle la molestia de estresarse con esas cosas, aunque fuese muy difícil y era algo que prácticamente escapaba del alcance de mis manos.

Scaramouche con el paso de los meses mostró intereses y fijaciones en cosas de su interés, una de sus mayores era leer, ya sean libros en la estantería de la sala, cosas en mi teléfono cuando se lo prestaba o cualquier cosa a su vista. Por supuesto, gracias a esto, su dificultad para leer lentamente se fue difuminando al paso de los meses; leer no solo era uno de sus gustos, salir a pasear también, y a esto también venía incluido sacarlo a pasear a las cenas o almuerzos con mis compañeros de trabajo.

Por lo general, Scara mostraba ligera incomodidad alrededor de otras personas, especialmente con uno de mis compañeros en específico. Él era Heizou, uno de mis compañeros que desde hace ya un tiempo, notaba que me miraba con otros ojos, pero hice como si no supiera para evitar incomodidades, además de que sus sentimientos por mi parte no eran correspondidos, sin embargo, le guardaba un gran aprecio.

En una de esas salidas con mis compañeros, fuimos a un bar nocturno, pero uno con un ambiente suave en donde pudieran estar menores de edad sin sufrir peligro alguno.

Con anterioridad, ya habíamos salido con Heizou, donde salíamos los dos solos, sin embargo, siempre traía conmigo a Scaramouche debido a que no me gustaba dejarlo solo, especialmente cuando yo salía de noche. Muchas veces gracias a esto Heizou me miraba mal o se quejaba indirectamente, diciendo en broma cosas como que debía despegarme de Scara, que parecía una extensión más de mi cuerpo. Yo sabía que estas bromas de este estilo traían algún resentimiento o rechazo por detrás, pero ese pequeño ángel que algún día levanté de la calle valía más que cualquier opinión en contra.

Esa noche, entramos al bar con Scaramouche y algunos de mis compañeros de trabajo, en eso incluido Heizou, y al cabo de unos minutos, alrededor de 20 minutos, nos reposamos en la barra; mientras yo estaba pidiendo algunas bebidas como jugos frutales para mí y Scaramouche, Heizou, quién yacía en uno de mis lados sentado, rodeó mi cuello con su brazo, y pude ver una sonrisa juguetona y coqueta aproximándose por el borde de sus labios.

- uhmm~ -murmuró- hoy viniste más linda que de lo común, ¿Fue acaso porque me venías a ver a mí?-provocó con una mirada juguetona, sus ojos verdes rasgados me perforaban.-

- Ah, pero si vengo con ropa común, ¿Acaso tomaste antes de venir aquí?- respondí con un tono gentil, no quería hacer notar mi incomodidad, pero mi lenguaje corporal era obvio que no me encontraba relajada.-

- ...¿Por qué últimamente estás tan cortante y distante de mí, corazón? ¿sabes? Me gustaría... Hablar contigo, solos. Sin ese niño que siempre se esconde detrás tuyo. Aveces me incomoda hablar de algunas cosas con él en presencia...- dijo en un tono serio, ligeramente arisco, como si intentara no perturbar al peliazul.-

-Heizou, Scaramouche siempre está conmigo, no es un tema para discutir. Si tienes algo que hablar, será con él en presencia. Además, esto es un bar, ¿Donde piensas que lo voy a dejar?-respondi con un tono firme, ligeramente levantando el tono de mi voz, este era un tema el cuál me irritaba, pero antes de poder seguir quejándome, alguien me interrumpió.-

-Se quedará conmigo, (name), no te tienes por qué preocupar.- respondió una de mis compañeras.-

-Si, también se quedará conmigo, ustedes hablen tranquilos.- continuó otra compañera.-

Al verme presionada de esta forma, entre la espada y la pared, solté un suspiro de frustración y rendimiento, entonces cerré mis ojos y fruncí mi ceño. Miré al rostro de Scaramouche antes de mover mi mano en señal de que se lo llevaran, pero antes de hacerlo, vi en su rostro una expresión de pánico. Su rostro se empalideció siendo que su piel era bastante clara, y sus ojos se agrandaron en pánico y angustia, mientras se agarró a mi brazo desesperadamente, siendo que todavía ni lo había corrido para que se lo llevaran. Le di una caricia en su rostro y besé su frente, intentando apasiguar sus preocupaciones, pero al parecer empeoró, parecía que estaba al borde de llorar, y se abrazó a mí brazo aún más, al punto de rasguñarme la piel.

-... Querido, tranquilo, estarás bien.-murmuré.-

-No me preocupa qué me pasará, ¡Me preocupa que te quedes sola con ese... Pervertido imbécil!-chilló.-

Heizou levantó una ceja mientras miraba por el costado de mi hombro, escuchando y siendo testigo de él comportamiento de Scaramouche. Una pequeña risita escapó de su boca debido a cómo se había referido el niño a él, lo cuál provocó a la ira del de piel pálida, apretando sus dientes.

- Ah, vaya, ¿qué tenemos aquí? ¿Es acaso un mocoso malcriado? Vamos, suelta el brazo de (name). Le estás haciendo daño.- provocó con un tono burlón pero ligeramente irritado.-

Scaramouche frunció el ceño, y lentamente me soltó. Me dió una mirada penetrante, como intentando decirme "¿Por qué dejas que me lleven?". Me dió un pequeño empujón, haciendo que me tambaleara y chocara gentilmente mi espalda con el pecho de Heizou, y él en un reflejo, me atrapó. Miró al pequeño de cabello largo en desaprobación, pero después de unos segundos que se lo llevaran a Scaramouche, él me volteó y me dió una pequeña sonrisa.

- Mira, sé que no estamos seguido juntos, pero desde que ese pequeño moco-... Bueno, desde que ese niño apareció en tu vida hace un par de meses, ya casi ni salimos solos.-tomó un poco de aire, haciendo una pausa, mientras yo levanté una de mis cejas en sarcasmo a sus palabras, honestamente no me estaba tomando esta conversación en serio, pero antes de que pudieras quejarme, continuó-No soy quién para demandar de tu tiempo, (name), pero realmente quiero que sepas que me interesas, realmente he puesto mis ojos en t-...-

Y antes de que el pelirrojo continuara con su confesión, un severo ruido de vidrio sonó, haciendo que la vista de Heizou se volviera completamente negra. Un pequeño ardor empezó a picar en su rostro, específicamente en la parte de sus ojos.

Enseñándote a Amar (Scaramouche x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora