08 - Un paseo nocturno

322 31 4
                                    

-Scara, ya hemos llegado, querido, despierta...-dije sacudiendo el hombro del peliazul.-

Sus ojos permanecían cerrados, pero unos pequeños quejidos a respuesta de mi sacudida salían de él, y finalmente, en un momento, empezó a restregarse los ojos; los abrió y me miró, para después sonreír sutilmente y abrazarse a mi antebrazo, el mismo con el que la mano que permanecía sobre su hombro al anteriormente sacudirlo.

-Ah... Hola, (name). ¿Ya llegamos?-preguntó con un tono somnoliento, como un ronroneo.-

-Si, ya estamos aquí. Ahora mismo saldremos del auto y verás el exterior. No te preocupes, solo seremos mi amiga, su hija, tú y yo. La casa de mis abuelos era bastante grande y espaciosa, así que no te tendrás que molestar en dormir conmigo.-

Su rostro se arrugó en señal de disgusto a la simple idea, pero suspiró y no chischirreó. Pronto nos bajamos del auto y sacamos las cosas que teníamos guardadas. Al parecer, la hija de mi amiga intentaba interactuar con Scaramouche, pero al parecer él se rehusaba rotundamente, y no se veía interesado en actividades al aire libre que no fuese a mi compañía o sin mi presencia. Honestamente, para mi edad de adulta joven, me sentía como una madre de cuarenta años con cinco hijos pegados a mí, divorciada y con autoestima bajo, sin embargo, no era mi situación, pero era horrible imaginarlo, ¿no es así?

Aún así, me di un suspiro y decidí dar un paseo por cerca de la casa, intentando tomar aire y relajarme, que después de todo, ahora realmente podía descansar, o es al menos lo que creía...

Mientras me adentré en mi caminata, pude sentir unos pasos cerca mío, unos silenciosos, pero que podía sentir sin escucharlos. Esos pasos claramente familiares que se asemejaban a los de un gato, y que, curiosamente no era un gato.

-Oye... te he dicho que me avisaras cuando salieras, no me gusta que me dejes sólo, menos con esa niña rara que me sigue a todos lados...-chilló una voz por detrás mío, alcanzandome por detrás más rápido de lo que esperaba.-

-Ah, discúlpame, quería tomar un poco de aire...-suspiré, mientras me voltee a verlo.-Hmm, parece que realmente le agradas a esa niña, ¿que me dices tú?-provoqué, con una sonrisa juguetona en mi rostro.-

Él frunció el ceño y y sacudió su cabeza, sacando su lengua en una expresión de asco y aprehensión. Rápidamente tomó mi mano y continuamos la caminata que desde antes ya había iniciado.

Nos la pasamos riendo y disfrutando del tiempo que teníamos juntos, y aprovechando que cerca de la casa de campo había un cierto lugar lleno de árboles altos (no pinos), decidimos adentrarnos, como dos niños curiosos.

Nos adentramos hasta que nuestros pies se cansaron, y descansamos sentándonos en unas piedras grandes de por allí. Él suspiró y tiro su rostro hacia atrás, cerrando los ojos.

-Creo que nos alejamos un poco demasiado de la casa...-dijo él, empezando a preocuparse.-

-Ah, no te preocupes, todo está bien. Cuando es de día, no hay peligro aquí, pero deberías entrar en pánico cuando sea de noche, dicen que los árboles notan tu presencia y se mueven para cambiar de posición y confundirte, así nunca regreses a casa.-dije con una sonrisa en mi rostro, y un tono juguetonamente profundo en mi voz, intentando asustarlo.-

-...¡No digas esas cosas! ¿Crees que me vas a asustar? Tonta...-se quejó él, en un tono chillón. Una expresión de tensión y frustración en su rostro se formaba, lo cuál causó una risa de mi parte.- ¡¿D-De qué te ríes?! ¡¿Qué es tan gracioso?!-fue su respuesta, mostrando nerviosismo.-

Enseñándote a Amar (Scaramouche x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora