T/N y Jungkook tienen una relación en secreto. Ambos se ven a escondidas casi todas las noches, engañando a sus parejas. Pero los dos descubren algo que los deja atónitos.
En los últimos días, no he tenido la oportunidad de encontrarme con Jungkook. Los mensajes que le envié no han obtenido respuesta y tampoco tengo indicios de su paradero. Menos aún he podido estar con Taehyung, ya que últimamente dedica la mayor parte de su tiempo al trabajo y, algo raro es que se va en horarios bastante inusuales.
Me siento muy sola y echo mucho de menos a Jungkook. Extraño verlo todas las noches y pasar tiempo con él, pero cada vez que intento llamarlo o contactarlo, no recibo respuesta. Me preocupa mucho y le he preguntado a mis amigos si saben algo de él, pero tampoco tienen información. No puedo preguntarle a mi novio porque sé que sospecharía, pero si es mi última opción, lo haré.
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(...)
-¿y, te respondió? -preguntó y le dió un sorbo a su bebida-
-no, no responde -dejé el celular a un lado e imité su acción- ¿qué pasa si ya no me quiere ver somi? -dije triste-
-no nena, no digas eso...-tomó mi mano- tal vez tuvo que viajar por algo o le surgió alguna cosa -dijo tratando de calmarme-
-¿pero cual es la necesidad de no decirme? digo, no es muy difícil responderme solo una vez -me crucé de brazos y me recosté en el asiento-
-eso es lo raro, ni una sola vez te envío un mensaje -alzó una ceja- bueno...como sea, vamos a despejarnos un rato -le hizo una seña al mesero para que traiga la cuenta-
-horas más tarde-
-gracias por pasar el día de hoy conmigo somi -sonreí levemente- al menos me olvido de los problemas amorosos que tengo -escuché como soltó una risita-
-no hay de qué amiga, por favor si sabes algo o necesitas algo avísame -asentí y la abracé-
-adiós, cuídate -baje del auto e ingresé a mi casa-
.......
Cuando entré a la casa, me sorprendió ver todas las luces apagadas. Esto era inusual, ya que por lo general siempre las dejo encendidas a estas horas para poder ver adecuadamente de noche. Mientras caminaba hacia las escaleras, noté una luz encendida en la planta alta, específicamente en nuestra habitación.
Con cautela, subí las escaleras y me acerqué a la puerta entreabierta. De fondo, se podía oír una música lenta y sensual, que inundaba el ambiente con una atmósfera misteriosa. El aroma a perfume de rosas llenaba el aire, creando una sensación embriagadora.
Estaba muy ansiosa por saber qué estaba pasando, así que empujé suavemente la puerta para abrirme paso hacia el interior de la habitación. Mis ojos se encontraron con un espectáculo impactante. El suelo estaba decorado con pétalos de rosas rojas, creando un camino hacia la cama, que estaba cubierta con sábanas de seda en tonos oscuros.
En el centro de la habitación, estaba Taehyung con un traje de color blanco y una copa de vino en su mano izquierda. Su cabello, suavemente iluminado por la luz tenue de las velas, resplandecía como un halo dorado. Mi mirada se dirigió a sus ojos marrones, y con pasos lentos me fui acercando a él. Una sonrisa ladina se hizo presente en sus labios mientras se acercaba a mi también.
-¿que es todo esto? -pregunté curiosa mientras observaba detalladamente el dormitorio-
-tenia que compensarte de alguna forma todo este tiempo que no estuve contigo -dejó la copa en la mesita de luz y me tomó de la cintura atrayéndome a él-
-bueno, es temprano todavía -reí levemente cerca de sus labios- extrañaba a este taehyung -lo miré a los ojos-
-lo se, lo siento princesa -acarició mi mejilla- preparé todo esto solo para ti -me dió una cálida sonrisa-
Su hermosa sonrisa provocó un leve cosquilleo en mi estomago, lo que hizo que le devuelva una sonrisa a él también.
El ambiente estaba impregnado de una tensión palpable, una sensación de deseo y calma flotaba en el aire. La música nos envolvía, guiando nuestros movimientos en una danza íntima y seductora. Mis brazos estaban enredados en su cuello, y sus manos estaban en mi cintura, guiándome en qué dirección debía moverme. La separación de ambos rostros era milimétrica, y su aliento a vino tinto ingresaba en mis fosas nasales, llevandome a un estado de éxtasis en el que el mundo exterior se desvanecía y solo existíamos nosotros dos.
-¿podemos continuar lo de la otra noche? -susurró con una voz seductora en mi oído-
