XI

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Una presión asfixiante recorría su garganta, empezó a entrar en pánico y abría su boca en busca del menor atisbo de aire

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Una presión asfixiante recorría su garganta, empezó a entrar en pánico y abría su boca en busca del menor atisbo de aire. Intento llevar sus manos hasta su garganta mientras intentaba patalear en vano, su corazón latía fuertemente mientras la desesperación se apoderaba de su cuerpo. Sentía como sus ojos se quemaban, como si le hubieran echado alcohol en sus ojos dejandolo ciego.

El ruido sordo de sus gritos ahogados que solo se oían como gargoteos hizo que se sintiera cada vez más nervioso. Finalmente logro llevar sus manos hasta su garganta sintiendo un par de manos, repentina y finalmente abrió los ojos.

- ¿Qin? Estás sudando. - La pacífica voz de Hades lo sorprendió al igual que sentía sus ojos vendados.

- ¿Me quedé dormido?

- Si, pero solo fueron unos 20 minutos. - El albino beso su frente delicadamente mientras tomaba sus manos y las calentaba.

- Ya veo.. ¿Dónde estamos? - El ruido de las olas lo hacía sentirse curioso sabía que no estaban muy lejos de la fiesta debido a que oía la no tan lejana música.

Hades le quitó la venda para poder hacer que Qin volviera a ver con normalidad, al finalmente retirarle la venda le tomo un momento ver con normalidad. Al hechar un vistazo su vista había Sido bendecida, el obscuro mar que refleja el cielo estrellado al igual que en este se podía ver la preciosa luna llena.

Las olas chocaban contra la arena bañada en un color azulado, su cintura era lentamente abrazada por el cálido cuerpo del albino.

- Hades.. esto es muy bello.

- Lo es, aunque sabes que es aún más hermoso. - Hades se puso enfrente de el, de tal forma que detrás de el se encontraba la blanquecina luna. Un pequeño rayo de luz lunar que atravesaba uno de los mechones de Hades se posó sobre sus ojos.

- Qin, verás, ay como lo digo. - Pensó un momento sus palabras. - Solo dilo como tú lo pienses. - El pelinegro lo ánimo.

- Sabes Qin, me gustaría perderme contigo así como en los atardeceres se pierde el horizonte. Deseo poder mirarte a los ojos cada noche así, bajo la luz de la luna y ver cómo esa infinidad de estrellas se reflejan en ellos para la eternidad. - Su voz era hipnotizante y la paz que transmitía hizo que el corazón de Qin se empezará a enternecer.

Hades abrazo la cintura del pelinegro y se permitió el poder esconderse en su cuello aspirando ese olor a duraznos.

- Estoy condenado a lo que tú quieras. - Hades susurro delicadamente en su oído mientras mantenía sus ojos cerrados.

- Hablas como si fueras un preso.. - Una tierna voz salió de los labios de Qin, el cual solo se limito en abrazar la amplia espalda de Hades.

- Lo estoy, de verdad, me has hecho no ser yo. Aquí estoy, estoy abrazando tus cadenas, en este preciso momento estoy a tu merced. - Gruño intentando obtener más calor del cuerpo ajeno. - Hades..

Acompañante De Una Noche - HaqinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora