chap.ter one

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❀゚ ‎ ‎  ⸻ ‎ ‎  chɑpter ‎ ‎ 

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❀゚ ‎ ‎  ⸻ ‎ ‎  chɑpter ‎ ‎  . ‎ ‎  001 ‎ ‎  ★ ‎ ‎  ㇢ ‎ ‎  ﹑mmɜrcuriɑ'ƨ bɔɔk ‎ ‎  ৴
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La mujer rubia miró a cada uno de sus hijos, los había hecho reunirse con el fin de hablar sobre unas cosas importantes. Alcina estaba tan elegante e irritada cómo siempre, Heinsenberg, estaba molestando de igual manera a la anteriormente nombrada, Donna tan callada y tranquila al contrario de Angie, la muñeca parlanchina, Moreau tan tímido y asocial cómo siempre, todos estaban iguales apesar de tantos años.

Ella suspiró y alzó su voz, impotente. — Silencio..— el aire comenzó a ser apresivo y el silencio reinó el lugar. — Tengo algo que contarles.— volvió a hacer una pausa.

Alcina se adelantó y habló primero. — ¿Qué sería ése "algo", Madre Miranda? — Ella la observó fijamente, curiosa. La rubia sonrió en grande.

— He creado a un nuevo lord. — pronto, las voces estallaron, alcina sorprendida en silencio, mientras que la muñeca de Donna chillaba con muchas prguntas, Heinsenberg igual y Moreau tartamudeando con curiosidad en su nuevo familiar. — Todo surgió debido a unos pequeños problemas a dónde viajé hace unos meses, alguien me ayudó y decidí devolverle el favor, es alguien devoto y leal, espero que cuiden de esa persona.— Ella carraspeo.

— Alcina, quedará a tú cuidado en lo que consigo su territorio, cuándo ésa persona llegue, iremos hacía ti.— La pelinegra asintió mientras le daba ésa sonrisa sádica suya de siempre.

Eso fue lo último que dijo y se fue dejándo a todos con una enorme duda. ¿Quien era él? Alcina estaría digustada si fuera otro hombre y aún más si tenía que quedarse en su castillo. Pero al final de todo, no iba a desobedecer a Madre Miranda.

El golpeteo rudo y fuerte del hierro contra el muñeco de acero inoxidable resonaba en todo el gran galpón, la mujer quién manejaba la espada con una gracia y elegancia daba ataques feroces en diferentes posiciones aumentando su velocidad cada cier...

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El golpeteo rudo y fuerte del hierro contra el muñeco de acero inoxidable resonaba en todo el gran galpón, la mujer quién manejaba la espada con una gracia y elegancia daba ataques feroces en diferentes posiciones aumentando su velocidad cada cierto tiempo. Ella gruñó apretando su agarre en la espada brillante y finalmente cortó la dura cabeza de acero al realizar su último movimiento.

Jadeó tomando aire a la vez sonreía a la nada, hubiera sido mejor una cabeza real , fue lo que pensó ella, saldré a cazar, está afectando la falta de sangre. Realizó una mueca al sentir su garganta media seca, llamó a una criada con voz firme al volver a la mansión, la mujer más cercana se acercó rápido y bajó su cabeza, sumisamente asustada.

La albina sonrió pestañando, su cara brillante al igual que su cabello la hacían ver hermosa, sus pestañas blancas junto al verde oliva de sus ojos la hacían aterradora, y no por su color de ojos, sinó por su mirada. Ella estaba completamente loca.

Ella fijó su vista en la mujer castaña. — Prepara un baño, rápido.— la otra asintió y fue a realizarlo rápidamente.

No pasaron más de 15 minutos que sintió el suave taconeo de los zapatos contra el suelo mientras estaba frente a la chimenea sentada en el enorme sillón. — M.. mí señora, el baño ya está listo. — su voz era suave, tratando de no exaltar a la alta mujer. La contraria asintió con pesadez y se levantó.

La sirvienta estába por irse sinó fuera por su agarre en su antebrazo. — ¿A dónde crees qué vas? — su tono juguetón se elevó.— Vas a venir conmigo, tienes que entretenerme. — la apegó a ella oliendo desde su cuello el esquisito olor a su sangre.

Al menos la criada pasó un buen momento con su señora en la ducha.

Al menos la criada pasó un buen momento con su señora en la ducha

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𝐓𝐇𝐄 𝐍𝐄𝐖 𝐋𝐎𝐑𝐃⠀- the Dimitrescu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora