chap.ter sev.en

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El día estaba helado, por lo que ninguna de las hermanas podrían salir a siquiera mirar por los alrededores, Daniela suspiró, aburrida. Cassandra estaba asustando a alguna criada de forma sexual y Bella leyendo en la biblioteca, ella se había leído muchos libros ¡Y aún así no calmaba el horroroso aburrimiento! Estaba molesta por ello.

También sabía que si llegaba a molestar a la albina, su madre la regañaría. Realizó un pequeño puchero de molestia, no sabía que hacer. Al final decidió unirse a su hermana mayor Cassandra, a asustar a las criadas. Cuando caminaba a buscar a su hermana oyó un ruido en las afueras, por lo que curiosamente se acercó hasta la ventana más cercana y que estaba, obviamente, cerrada.

Su vista inevitablemente bajaron y subieron lentamente por el cuerpo semi-sudoroso de la que anteriormente había nombrado. Retuvo un jadeo cuando la vió hacer los ejercicios con tanta precisión y el cómo sus musculos al aire se flexionaban de manera exquisita.

Sin darse cuenta estaba pegada en la ventana con una expresión tonta que para confusión de la pelinegra menor, le era raro ver a su hermana así, se acercó cautelosamente por detrás suyo y allí su mirada captó lo que la menor veía y sinceramente.

No podía estar más en deacuerdo.

Empujó a su hermana a un lado oyendo su quejido de molestía a la vez que soltaba un gruñido. No hizo caso a su berrinche ya que al final ambas estaban viendo cómo estúpidas a la adolescente que ahora blandía su espada al aire a base de practica

𝐓𝐇𝐄 𝐍𝐄𝐖 𝐋𝐎𝐑𝐃⠀- the Dimitrescu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora