18+
—He dejado mi huella en ti y no hay nada que puedas hacer.
Nuevamente la habitación quedó en silencio, eran muchas cosas para procesar.
Los minutos pasaban y la mirada de Ari seguía fija en la de Rivers, pronto los flashbacks llegaron a la mente de Rivers haciendo un click inmediato.Madrugada del sábado posterior a la fiesta.
—Riv... Rivers— jadeo Ari cegada por el calor del momento.
La rubia posaba sobre su regazo, siendo incapaz de abrir los ojos.
—¿Qué?— preguntó entre jadeos, sintiendo cada vez más fuerte la opresión en su entrepierna.
—N-no podemos.— balbuceó torpemente la castaña, mordiendo con fuerza su labio inferior ante la imagen de la ojicafé meciéndose contra su muslo.
—A la chingada si podemos o no, has algo de una puta vez— exigió la rubia sintiendo la necesidad de ser tocada.
Ari tragó en seco.
—¿Segura de que quieres que sea yo?— cuestionó depositando suaves besos en el cuello de Rivers.
La de cabellos rubios era virgen, Ari lo sabía.
—¡Entra de una puta vez!— rogó Rivers meciéndose con mayor intensidad sobre la castaña.
—A la chingada todo.— respondió Ari descendiendo sus besos hasta los pechos de la contraria.
—¡Mierda!
Ari miró por última vez el rostro de su amiga, los mechones rubios caían sobre su rostro el cual se encontraba rojo por la exitación y el alcohol. Tal vez fue eso lo hizo a Ari querer ir más allá de un beso y unas cuantas caricias.
Y en efecto eso hizo.
Ari trazo figuras imaginarias a lo largo de todo el abdomen de Rivers bajando lentamente hasta que finalmente detuvo sus manos en los muslos de la contraria, abriendo sus piernas para poder dejar caricias allí, rozando la zona más íntima de su amiga con dos de sus dedos haciendo a Rivers mover sus caderas condesespero, buscando mas contacto. Ari con desconfianza acaricio los pliegues de Rivers, mordiendo su labio inferior ante la exquisita sensación que le generaba ver a su amiga con los ojos cerrados y los labios entreabiertos. Dejo un último beso en sus labios antes de hundir dos de sus dedos en su entrada.
Un gritito salió de los labios de la ojicafé ante la expansión que se comenzaba a hacer en su interior.
—A-ari...— gimió con dificultad tratando de desviar el leve dolor que sentía.
—¿Estás bien, bebé?— cuestionó Ari, preocupada.
—No te detengas— pidió en un susurro casi perdiendo por completo la vergüenza.
Ari sonrió encima de su cuello y poco a poco comenzó a mover sus dedos, primero en pequeños círculos y después los abrió simulando tijeras, nuevamente un gemido salió de los labios de Rivers ante la expansión, sin embargo, el placer no tardo más de algunos minutos en llegar a ser demasido haciendo que los jadeos y los gemidos incrementaran hasta el punto en que ya no podían ser callados.
Las caderas de Rivers se alzarin buscando hacer la penetración más profunda al mismo tiempo en que su interior comenzaba a contraerse, y en un ágil movimiento Ari unió sus intimidades jadeando ante la sensación de sus cuerpos unidos. Rivers por fin se permitió abrir los ojos y un gemido más salió de su garganta ante la imagen de Ari cerrando los ojos fuerza y teniendo sus labios entreabiertos por la unión de sus intimidades.
Algunas lágrimas humedecieron las mejillas de la ojicafé ante el placer que estaba sintiendo.—¡Ari!— chilló Rivers con fuerza cuando su orgasmo llegó.
—Ri-rivers...— balbuceó Ari exhausta a los pocos segundos y de inmediato su cuerpo de desplomó sobre el de su amiga.
—¿Qué sientes por mi, Ari?— cuestionó Rivers con la voz temblorosa.
Ari la miró con miedo, temiendo de su propia respuesta.
—Hay algo en ti que me hizo querer abandonar la soledad en la que tan cómoda vivía— respondió con firmeza.
Rivers mentiría si dijera que su corazón no se aceleró con las palabras dichas por Ari, sin embargo, no se mostraría vulnerable.
—¿Tu soledad se llama Juan?— atacó con recelo sintiendo su sangre arder al recordar la manera posesiva en la que el chico siempre la tomaba.
Ari rió y negó.
—Ya no es como antes— murmuró de manera simple mirando fijamente sus manos.
—¿Y qué? ¿Piensas regresar con él y fingir que nada de esto pasó?— Interrogó con el ceño fruncido. Ari no respondió. —Jódete, Abril.— añadió con rabia.
—¡Juan no tiene nada que ver en esto, Rivers!— gritó Ari con desespero, sus manos temblaban casi al igual que su voz.
—Puedes defenderlo cuanto quieras, pero cariño él no es yo.— respondió Rivers con voz firme
—No quiero lastimarlo, no lo merece— excusó Ari sabiendo cuan patéticas se escuchaban sus palabras.
Rivers rió amargamente.
—¿Y prefieres lastimarme a mi?— inquirió con los ojos llorosos imaginando la peor respuesta.
Ari negó obligándose a retener las lágrimas que amenazaban con empapar sus mejillas.
—No, no quiero.— afirmó mirándola directamente.
Rivers asintió preparándose mentalmente para lo que diría.
—¿Él o yo?— soltó finalmente mirando fijamente a la castaña frente a ella.
Ola
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He not me [rivari] 2.0
Short Story-¡Juan no tiene nada que ver en esto, Rivers!- gritó Ari con desespero, sus manos temblaban casi al igual que su voz. -Puedes defenderlo cuanto quieras, pero cariño él no es yo.- respondió Rivers con voz firme. Ola esta historia la leyeron en su ver...