Capítulo 7 - Una broma del destino

7 1 0
                                    


Geon:

Llevábamos una temporada de descanso, pero el último mes empezamos con los ensayos con fuerza, ya que estábamos preparando nuestro nuevo disco y con ello una serie de conciertos, serían los de despedida antes de nuestro receso debido al servicio militar. Servicio que habíamos estado posponiendo durante años, pero ahora se nos agotaba el tiempo y ante la negativa de exoneración del gobierno, debíamos cumplir. Así que el año entrante empezaríamos a enlistarnos de forma escalonada. En un principio pensamos ir todos al mismo tiempo, pero un año y medio era mucho tiempo para ausentarnos de la industria, pero lo que más pesó fue la enorme cantidad de mensajes que recibimos de nuestros fans, haciéndonos saber lo mucho que están sufriendo con solo pensar en nuestra ausencia, así que revimos nuestra decisión y la cambiamos; haríamos el servicio militar de forma escalonada, de esa forma siempre quedaría más de un integrante trabajando y entregando material para nuestra gente y así ir preparando la reunión del regreso como grupo. Nosotros, más que un grupo de compañeros de trabajo, éramos familia, nos criamos juntos, ya llevábamos más de diez años conviviendo. Si bien todos teníamos familia, como padres, hermanos, primos, etc, la verdadera familia éramos nosotros ocho. Fueron muchos años duros y de gran esfuerzo, donde solo contábamos el uno con el otro. Así que éste disco y sobre todo, estos conciertos, debían ser memorables, por ello estábamos dispuestos a dejar la piel en ello. Ensayábamos entre doce y catorce horas por día los siete días de la semana.

‒ Creo que por hoy será todo, estamos todos muy cansados – dijo Dae-su, mientras se dejaba caer sentado en el piso

‒ Sí, será mejor seguir mañana cuando estemos más frescos – respondí, es que ya casi no podía ni respirar

‒ Somos jóvenes aún, pero no tanto como para no sentir las catorce horas que llevamos casi sin parar – dijo riendo Nam-seok

Yo solo reí y cogí una toalla para secar mi transpiración del rostro y del cuello. Junté mis cosas y salí del gimnasio. Di algunos pasos y vi como Carlos era empujado por una joven, al punto de casi tumbarlo al suelo. Apuré el paso para acercarme, pero cuando vi que era ella, la chica que había visto en las oficinas hacía meses atrás, me paralicé, reí, pero de nervios más que de diversión, y me incliné para saludar, esperando que ella agitara su mano, como la última vez, pero en lugar de eso, hizo una reverencia de noventa grados, eso me agradó. Le pregunté a Carlos si estaba bien y seguí mi camino. Ella me provocaba cosas que desconocía, pero era en vano dejar que eso fluyera, pues no llevaba a ningún sitio. Llegué a mi casa y me di un largo y reparador baño. Pero el cansancio no me dejó dormir de inmediato, como pretendía. Así que salí a caminar. Ni cuenta me di, de pronto me encontraba frente a una de las casas donde vivían miembros del staff de auxiliares.

‒ Geon-ki, ¿qué haces tan lejos de tu casa? – me preguntó Cho, al verme

‒ Caminaba sin rumbo, es que no puedo dormir, supongo deben ser los nervios

‒ ¿Por qué no pasas?, vamos a ver un partido

‒ Buena idea – y entré

Cho, era un hombre que hacía ya muchos años que estaba con nosotros, yo le tenía gran aprecio y nos llevábamos muy bien. Con él acostumbrábamos a mirar partidos de futbol y acalorarnos con ellos. Cuando entré estaba Tae, otro joven del staff, también me saludó con afecto. Nos sentamos en el sillón frente a la televisión para mirar el encuentro, Cho trajo cervezas para los tres. Los demás miembros que vivían en la casa, se encontraban en sus dormitorios, claramente no les interesaba el fútbol. De pronto escuché detrás de mí, donde se encontraba la encimera, un fuerte sonido, como el que hace un vaso al romperse. Me sobresalté y al girar para ver de qué se trataba, mi corazón dio un brinco, pues allí, de pie y con cara de susto, se encontraba la joven que me ponía nervioso. El destino me había jugado una broma brutal, haciendo que esa noche terminara en su casa sin saberlo.

Dana:

Cuando estaba por quedar dormida, escuché un gran alboroto en el área comunitaria, como le llamábamos a todos los lugares que no fueran nuestros propios dormitorios, varias voces conversaban al mismo tiempo, creí que eran solo Cho y Tae, que estaban con el tema del fútbol, pero había una tercera voz, aunque no me llamó la atención, pues a veces se juntaban con alguien más para que fuera más divertido. Me dio sed y fui por un vaso de agua. Traté de hacerlo en silencio para no molestarlos, pero, cuando llegué a la encimera y tomé el vaso, me di cuenta que la tercera voz era la del mismísimo Geon-ki. ¿Qué cara*jos hacía mi bias en el sillón de casa? No tenía idea de la relación que tenía con estos miembros del staff, pero se veía muy cercana y amena, ya que se reían y conversaban sin detenerse. Yo siempre llevaba mi móvil en el bolsillo con el traductor abierto, pues era la única que no hablaba coreano, cuando lo noté vibrar, miré mi pantalón y a trasluz vi cómo se iluminaba para comenzar la traducción, fui tan torpe para tomarlo, que con el apuro para tratar de evitar que comenzara a escucharse, se me resbaló el vaso y cayó dentro de la pileta rompiéndose en mil pedazos. Cuando levanté la vista me encontré con la de Geon-ki directa a mis ojos. En ese momento no tuve mejor idea que coger un paño para juntar los trozos de vidrio y correr a mi dormitorio sin decir palabra. No sé si comparar ese momento con una película de terror, donde el que te asusta se va acercando de a poco con cada toma, o una comedia, donde estaban a punto de hacerte la broma más pesada que puedas imaginar. Deseché el paño con los vidrios en la papelera de mi dormitorio y me senté en la cama con ambas manos apretando mi pecho, para evitar así que el corazón se me saliera volando. Él estaba ahí, ahí sentado, su perfume quedaría en el ambiente. Me sentí una estúpida. De haber, aunque fuera, sospechado de que Park Geon-ki iba a asistir, seguro hasta me hubiera maquillado para la ocasión.


Más que un ÍDOLODonde viven las historias. Descúbrelo ahora