Capítulo 4 - En primer contacto

7 1 0
                                    


Geon:

No era buen momento para pensar en mujeres, así que sacudí mi cabeza y me centré en lo que le diría a mi padre cuando lo viera. Al llegar a su oficina, entré si llamar.

‒ Geon-ki, hijo, ¡que gusto verte!

‒ Padre... – y me acerqué para estrechar su mano. Hacía ya mucho tiempo que no me inclinaba al saludarlo, pues, muchos años atrás, había perdido mi respeto

‒ Aunque seguro no es una visita coloquial, tú nunca vienes si no estás desconforme con algo que debe hacer el grupo

‒ Estás en lo cierto, hace tiempo perdiste el derecho a mi visita social

‒ Hablemos entonces de lo que les molesta

‒ No puedes pedirnos que nos presentemos en los premios MAMA y lo hagamos bien, vendremos de una presentación y con 8 horas de vuelo. Nos tendremos que bajar el avión hasta maquillados.

‒ Se supone que son profesionales Geon-ki, seguro pueden hacerlo.

‒ Lo somos y mucho, pero nuestros fans merecen lo mejor de nosotros y ese día no se los daremos – respondí muy ofuscado

‒ No me levantes la voz, recuerda que soy tu padre

‒ Pues compórtate como tal.

‒ Esto no es una democracia, se hará lo que ordene, te guste o no

Sabía muy bien que era inútil seguir discutiendo con él. Así que me puse de pie y me dirigí a la puerta, tome el pestillo, pero no la abrí

‒ ¿Necesitas algo más?

‒ ¿Estás tomando nuevos coreógrafos? – pregunté de la nada, es que, no tengo idea del porqué, se me vino a la memoria el rostro de la joven que minutos antes me había cruzado en el pasillo

‒ No, ¿por qué lo preguntas?

‒ Es que me crucé a una... – me detuve allí para evaluar si era conveniente decirle que era una mujer o no, pues la política de mi padre era que ni nos fijáramos en mujeres mientras fuéramos miembros del grupo

‒ ¿Una qué? Geon-ki, termina la maldita frase

‒ ...una persona que nunca había visto – al recordarla no pude evitar sonreír – pero no tiene importancia, así que descuida

‒ Mejor así, no me hagas perder mi valioso tiempo

Sin responderle, salí de su oficina, no sin dar un fuerte portazo. Obviamente mi padre no iba a ceder, así que tocaba que nos reuniéramos con los miembros y viéramos que hacer para lograr nuestro objetivo, no ir a los MAMA o cancelar la última fecha del concierto, cosa que era lo que menos lo nos agradaba. Para dicha fecha nuestros fans ya tenían sus entradas, y con la ilusión que les hace vernos, no lo arreglaríamos con devolverles el dinero ni multiplicado por dos. Pero, también se esmeran mucho en que siempre estemos en lo más alto de todos los Top, eso nos llevó a ser invitados como la presentación central de esos premios. Era una decisión difícil. Iba absorto en mis pensamientos, cuando escuché la voz de Carlos a escasos metros de mí, hablaba en español, al levantar la vista pude observar que lo hacía con la joven que anteriormente me había cruzado. Él me vio por detrás de ella, pero al dar un paso para acercarme, me hizo un gesto de negación con la mano, así que claramente no quería que me acercara. Realmente esperaba que la hubiesen contratado. Ya tendría oportunidad de hablar con Carlos y saber más de ella.

Dana:

Al salir del baño me topé de frente con el mismísimo Park Geon-ki, el vocalista de EM y mi bias. Era obvio que ni había reparado en mí, seguramente se cruzaría con miles de personas al día en el edificio, yo era una más. Si bien fue muy educado al saludarme, ni bien salió del pasillo se debe haber olvidado de mí. Pero mi corazón no dejaba de brincar y mi respiración no quería normalizarse. De pronto se me acercó Carlos.

– Date prisa Dana, ¿quieres empezar mal el primer día ya?

– Disculpa, Carlos, es que me topé con Geon-ki y quedé en shock

– ¿Con Geon-ki, aquí? – preguntó asombrado mirando hacia todos lados

– Sí, es su empresa, ¿qué tiene de raro?

– Que nunca viene y cuando lo hace es para discutir con su padre, así que lo hayas visto aquí, no es una buena señal – me tomó de un brazo – de todas manera nada tiene que ver esto contigo, así que sonríe todo el tiempo, no menciones ese encuentro, y mucho menos te muestres emocionada. Ellos te eligieron por vivir en un país donde se supone que casi no los conocen

– Pero eso es imposible, los conocen en todo el mundo

– Bueno, ellos no lo creen – tomó un poco de aire – esperan que puedas hacer tu trabajo sin importunarlos

– ¿Importunarlos?

– Si, sin pedirles fotos, autógrafos o cualquier cosa de esas que hacen sus fans

– ¡Ah, no quieren que los acose! – sonreí – yo nunca haría eso, quédate tranquilo. Me vino muy bien venir a éste país tan lejos del mío, así que lo que menos quiero es que me envíen de vuelta.

– Perfecto, cuando mejor nos entendamos será más fácil para todos

– Cuanta conmigo, Carlo – volví a sonreír – ahora vamos a por ese Jefe de Personal

Dicho esto, entramos en una oficina enorme y muy formal. Detrás de un escritorio sumamente elegante, se encontraba un hombre sumido en unos papeles que tenía encima del mismo. Al escucharnos entrar, levantó la vista por encima de los lentes y se puso de pie. Carlos hizo una pequeña reverencia, cosa que imité. Nos estrechó la mano a ambos y comenzaron a dialogar en coreano, por supuesto. Carlos oficiaba de traductor. Así que debía confiar ciegamente en lo que decía.

– Bueno, tu trabajo consistirá en ser parte del staff de auxilio, o sea toda tarea. Trabajaras directamente con el grupo EM, te mudarás a su complejo e interactuarás con todos ellos...

Mis ojos se abrieron como platos, ¿de verdad iba a estar cerca de ellos?, era un sueño hecho realidad. Carlos notó mi emoción y me hizo un gento con su cara para que volviera a la realidad, cosa que hice.

– Me parece perfecto, dile que no va a tener ningún inconveniente conmigo y haré todo lo que me digan

Luego de firmar una cantidad considerable de papeles, casi todos eran de confidencialidad, nos despedimos y nos dirigimos al coche para ir a lo que sería mi nuevo hogar dentro de la residencia de EM


Más que un ÍDOLODonde viven las historias. Descúbrelo ahora