Capítulo 9 - Seúl a sus pies

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Narrador:

Dana se encontraba muy feliz de saber, que aunque por un infortunio, aparecía en el radar de Park Geon-ki. Al menos ya sabía quién era ella y donde se encontraba. Con ese estado de ánimo se dirigió a la entrada principal y preguntó si podrían indicarle como llegar hasta el Teleférico de Namsam, pero Jin se ofreció amablemente a llevarla hasta allí, ya que sabían que era su primera incursión sola a la ciudad y, al ella ser parte del staff, era su obligación protegerla también.

‒ Llegamos a su destino

‒ Muchas gracias – obviamente la conversación era por medio del traductor de su móvil – ya veré como hago para volver al complejo, no se preocupe

‒ Eso no va a pasar, señorita, tengo órdenes de esperarla y llevarla de regreso

‒ ¿Ordenes de quién?

‒ De Park Geon-ki – escuchar al chofer decirle que las órdenes venían directamente de Geon terminó de abrumarla

‒ ¿Geon-ki?

‒ Soy su chofer personal

‒ Pero... ¿Por qué me trajo usted?

‒ Soy el responsable de su seguridad fuera del complejo, por órdenes también de Park Geon-ki, así que cuando avisé que usted saldría, me llegó una orden directa de traerla y esperarla, sin importar cuanto demore

‒ Ok, muchas gracias, trataré de demorar lo menos posible

‒ No se preocupe, demore lo que tenga que demorar, es mi trabajo esperarla y eso haré

Dana bajó del coche. Cuando Carlos le dijo que allí la cuidarían no exageraba. ¿Pero el propio Geon-ki haciéndose cargo de su seguridad?, eso era demasiado para procesar en tan poco tiempo.

‒ ¡Dana! – escuchó una voz detrás suyo

‒ ¡Kin Seo-joon! – se acercó al joven y le hizo una reverencia

‒ Dana, no es necesario, recuerda que soy argentino, así que nada de reverencias ni de nombres completos, para ti soy simplemente Seo

‒ Genial, ya estoy un poco harta de tanta formalidad

Respondió Dana mientras se erguía nuevamente y Seo le propinaba un beso en la mejilla

‒ Ven, subamos al Teleférico y vayamos a la Torre N, espero no le tengas miedo a las alturas

‒ Pues, no voy a mentirte, un poco tengo

‒ Tranquila, no voy a dejar que nada te pase

Durante el ascenso no hubo conversación alguna, pues Dana observaba todo con una mezcla de miedo con admiración por el paisaje que se presentaba a sus pies. Seo solo la miraba con una sonrisa instalada en la cara. Y cada cierto tiempo le acariciaba la mano. Llegaron al restaurant que había en el último piso, que tenía un movimiento giratorio, eso dejaba ver casi toda la hermosa ciudad de Seúl. Se situaron en una mesa junto a uno de los ventanales

‒ Te has empeñado a que pierda el miedo a las alturas – comentó Dana al sentarse

‒ Creí que si veníamos hasta aquí merecíamos la mejor vista, por eso cuando colgué contigo ayer, llame para hacer la reservación, pero si te pone incómoda para comer, pido que nos cambien

‒ No, está bien Seo, es hermoso...

‒ Sí es una ciudad como pocas, me encantaría poder mostrártela completa algún día, pues es tan contrastante que enamora. Tiene muchos edificios de alta tecnología, pero también barrios antiguos que aún conservan las características de la época de las dinastías

‒ Me muero por conocerla

‒ Cuéntame que has hecho estos meses desde que llegaste

‒ Nada interesante, solo trabajar

‒ ¿En dónde?

‒ No puedo decirte, al menos no por ahora

‒ Esperaba que confiaras lo suficiente para decirlo, aunque te comprendo, una breve conversación en un aeropuerto no es suficiente

‒ No se trata de eso, Seo, es cuestión de...

‒ Contratos – interrumpió Seo – sé de qué va todo eso – sonrió – no te pediré que me lo cuentes, pero sí te diré lo que sé y lo que creo, tu solo dime si estoy en lo cierto o no, de esa forma no estarás violando tu contrato de confidencialidad con la empresa, ¿sí te parece?

‒ Me parece bien

‒ Bien, en el aeropuerto te recogió Carlos Santillán, él trabaja para la empresa PJK Entretainment, quien es la dueña de varios grupos de kpop, pero sobre todo del más famoso que es EM, así que supongo trabajas en su staff

‒ ¿Cómo lo supiste? – Interrogó Dana con gran preocupación

‒ Ya te dije que vi a Carlos Santillán recogerte en el aeropuerto, además el coche que te trajo es demasiado evidente

‒ Entonces comprenderás porque no puedo decirte nada

‒ Tranquila, sé de qué van estas cosas, yo soy abogado y varios de mis clientes son empresas de entretenimientos también, no tan grande como la de Park Kang-jae

‒ ¿Trabajas para la competencia?

‒ Se podría decir que sí – rió – pero no abras tanto los ojos, estás a salvo, soy un abogado independiente, ellos me contratan puntualmente cuando me necesitan. Por ello no estás violando el contrato por hablar conmigo

‒ Eso espero, mi trabajo me gusta y lo necesito

‒ ¿Qué haces allí, si se puede saber?

‒ Pues no soy tan importante como tú – dejó salir un largo suspiro – soy del staff de auxiliares

‒ ¿Y qué es lo que hacen los del staff de auxiliares?

‒ Es una manera elegante de llamarnos a los limpiadores. Como verás tengo un trabajo nada glamoroso

‒ Pero no por eso menos importante

‒ Gracias por el ánimo, pero la verdad es una

‒ Tengo curiosidad, ¿por qué viniste de tan lejos para trabajar en eso?

‒ Necesitaba irme de mi país – al ver la expresión de Seo, Dana aclaró – no huyo de nada ilegal, si eso te preocupa, abogado – y rió – solo de mi familia, así que cuando leí de la posibilidad de un empleo al otro lado del planeta, no lo pensé ni treinta segundos y me postulé

‒ ¿Y qué hacías allá?

‒ Estaba estudiando para recibirme de Auxiliar de Negocios con el Exterior

‒ Aquí, creo que puedes retomar esos estudios, porque estoy convencido que es una carrera internacional

‒ Puede que sí, pero ahora estoy abocada a mi trabajo y estoy viendo si puedo aprender coreano cuanto antes, eso de que hablen y no les entienda, no me está gustando mucho

‒ Déjame ver que puedo averiguar de ambas cosas y te paso el dato

‒ Muchas gracias – Dana bajo la mirada hacia el menú - ¡No puedo creer que tengan chivitos al plato!

‒ Es que es un restaurante internacional, por ende tiene comidas de todo el mundo, ese es otro de los motivos por los que te dije de venir aquí, supongo es estarás algo aburrida de la comida coreana

‒ No podrías tener más razón, está todo bien con el ramen y el kimchi, son comidas deliciosas, pero me aburren un poco

‒ Entonces disfruta tu vuelta a tu país, aunque sea a través de una comida


Más que un ÍDOLODonde viven las historias. Descúbrelo ahora