Capítulo 20. Koda

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— ¡Alfa, los cazadores han entrado en nuestro territorio!

Hyunjin corrió hacia la alterada Yoome, y juntos se dirigieron a la cabaña del consejo. El resto de miembros ya se encontraban allí, incluído Minho. Todos eran expresiones serias y ceños fruncidos. Hyunjin atravesó la sala a zancadas y ocupó su lugar.

— Informen.

— Solo detectamos las huellas de cinco, varones, todos armados. — Habló Kato con su usual tranquilidad.

Hyunjin asintió.

— Traspasaron la frontera sur, a tres kilómetros del lago. — Continuó Koda. — No se adentraron demasiado, esos imbéciles no podrían encontrar nuestro campamento ni aunque estuviera señalizado con uno de esos endiablados carteles resplandecientes que tienen por todas partes.

— ¿Hay alguien herido?

— No, el pequeño de los Swan se cruzó con ellos y se escondió en un árbol hueco. Vino a informarnos en cuanto se marcharon. — Habló esta vez la única mujer del consejo.

— Bien, esperemos que esto sea un caso aislado y...

— Espera, el muchacho dijo que les había escuchado hablar. — Interrumpió Kato. — Los humanos dijeron algo sobre un concurso de caza, quien consiguiera la presa más grande ganaría un montón de dinero.

Hyunjin frunció el ceño.

— Me temo que el bosque va a llenarse de humanos y rifles. — Sentenció Yoome.

— ¡Estúpidos parásitos carroñeros! ¡Ni siquiera cazan por necesidad! Masacran especies cuando tienen tiendas llenas de animales muertos a su disposición, ¡debería extinguirse!

Hyunjun frunció el ceño ante las duras palabras de Koda. Fue inevitable que la imagen de su precioso humano se apareciera en sus pensamientos. ¿Cómo podía un ser tan puro pertenecer a una especie podrida y corrupta como la humana? No era ningún secreto el odio que su pueblo le profesaba a los humanos, Koda no era el más radical de todos. Hyunjin siempre tuvo cierta reticencia hacia la especie, pero no creía en el odio injustificado. Y menos ahora, ¿cómo podría odiar a la raza de su propio mate?

— ¿Qué medidas tomaremos, alfa? — Preguntó Minho metido en su papel de mano derecha, llevando su mente de nuevo a la reunión.

— Haremos rondas de patrullaje bordeando las fronteras. Espantaremos a los cazadores e impediremos que se acerquen a la aldea. Eviten acercarse a ellos, no quiero heridos, ni a ningún muerto que atraiga la atención de la policía a nuestro territorio. Y eso va por ti, Koda.

El hombre gruñó con molestia, apretando la mandíbula. Hyunjin ignoró su protesta silenciosa.

— Doblaremos la seguridad hasta que el "concurso" acabe. Mañana por la noche organizaremos las primeras patrullas, alerten a la manada.

Todos los miembros del consejo asintieron conformes, determinados a proteger la manada ante todo.

— El fuego quiere hablar.

La voz de Lonan irrumpió en la cabaña con solemnidad. Todos callaron de inmediato y atendieron las palabras del viejo sabio con espectación.

— ¿Qué ve en el fuego? — Preguntó Yoome.

La apagada mirada del anciano se dirigió al cuenco que se encontraba justo en el centro de la mesa, y las llamas comenzaron a bailar bajo sus ojos muertos.

— El fuego dice... los humanos, ellos no serán el peor de nuestros males... guerra, traición... muerte.

Un sepulcral silencio inundó la sala. No era la primera vez que el sabio leía entre las llamas del fuego sagrado aquel mensaje de destrucción.

alpha's owner | hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora