Tiempos Efímeros

Capítulo 1: El hoy

Abrió sus ojos lentamente, quitándose las cobijas de encima mientras se sentaba en su cama, frotando uno de sus ojos con algo de pereza. Miró a los lados, esperando encontrar las cosas diferentes a como las había dejado la noche anterior. Sin embargo, todo estaba igual.

Suspiró aliviado, se había levantado varias veces pensado que lo que había soñado era un dulce sueño con amenazas de despertar y convertirse en una cruel y triste realidad.

Así que tomó su uniforme y después de arreglarse salió como todas las mañanas normales. Claro que no habían sido tan normales desde que las cosas cambiaron mucho por esos rumbos.

Fue por el pasillo inmenso, y sin preocuparse por desayunar, subió las escaleras hasta la azotea del edificio para ver el extenso paisaje de edificios destruidos y ruinas por todas partes. Pero también esa silueta blanca, aquella que estaba mirando parada en el borde sin temor alguno de poder caer por esa gran altura.

Se acercó despacio y el otro volteó ligeramente su cabeza hasta el muchacho de cabellos negros y ojos grandes y verdes. Una sonrisa se formó en su boca cuando los ojos de ambos se encontraron.

—Buenos días, Yuu

—Buenos días, Mika

El chico de cabellos negros se paró a un lado del rubio, mirando a un punto inexacto de todo el lugar. No quería ver el paisaje realmente, solo había llegado para ver a su amigo.

—¿Ya desayunaste? —preguntó Mika.

—No, aún no.

—Deberías ir a comer, no es bueno que te saltes el desayuno.

—Está bien, no es para tanto.

—Yuu...

—No soy un niño —se quejó—. Es solo una comida, además, vine a verte, ¿no está bien entonces?

Mika lo observó unos segundos, entre estar feliz al saber que su amigo prefirió verlo, o reprocharle nuevamente por no ser responsable con su alimentación.

—Bueno, voy a comer entonces.

Yuu dio la vuelta para marcharse, sin embargo, Mika colocó una mano en su hombro antes. El muchacho de ojos verdes volteó a verlo para prestarle su completa atención.

—Voy contigo —dijo en semblante serio. Él sabía que su amigo vampiro seguía sin sentir simpatía ni tampoco confianza en los demás. Siempre tenía su expresión seria y se comportaba hostil con todos. Bueno, con todos menos con él.

Asintió con la cabeza y camino junto al vampiro por las escaleras, no hablaron nada realmente. Cada uno estaba pensado por su lado lo irreal que parecían las cosas en ese momento. La calma, la paz y la seguridad de tenerse el uno al otro cerca.

Llegaron al pasillo, donde se encontraban las habitaciones y Yuu pudo diferenciar la voz de sus compañeros a lo lejos. Kimizuki y Yoichi caminaban juntos, hablando de cosas triviales. Entonces ambos escucharon los pasos de Yuu acercándose y voltearon para verlo.

—Buenos días —Yoichi sonrió al saludarlo.

—Hola —dijo Kimizuki.

Antes de que Yuu saludara se fijó en la mirada de sus amigos. No tuvo que pensarlo siquiera para saber que ojos tenia Mika detrás suyo. Kimizuki lo miraba con desconfianza y Yoichi se desviaba de la mirada amenazante y afilada del rubio.

Aunque había pasado tiempo, no importaba que hiciera, no lograba hacer que Mika dejara de ser tan hostil con todos sus amigos, y tampoco podía hacer que ellos confiaran en Mika como él lo hacía, lo peor de todo era estar en el mismo grupo. Ya que siempre acababa en la mitad.