Capítulo 5: Vampiro

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—¿Quieres ir después de todo? —preguntó Mika, inseguro de permitirlo.

—Todo el tiempo estás escapando cuando quiero ir. Si puedo acompañarte para que te sientas mejor, no voy a dudar en hacerlo —comentó Yuu. 

Mika suspiró, después de escuchar la insistencia de Yuu en acompañarlo. 

—No te separes de mi, en ningún momento. Y sabes como es todo, aunque hayan cambiado las cosas... 

Durante ese tiempo, para poder aliarse humano con vampiros se tuvo como uno de los tratos retirar a todos los niños para que no sean alimentados por esa sangre. Aunque en ambas lados habían quedado en obtener la sangre de otra forma. 

Yuu estaba vestido normalmente, pero llevaba su arma demoníaca a su espalda. No podía dejar de tenerla aunque hubiera una alianza momentánea con los vampiros. Los siguió una larga distancia, sin embargo, no le importó en absoluto. Mika por fin había accedido después de desaparecer tantas veces.

—¿Por qué insistes tanto con esto?

—Bueno... —. Yuu se detuvo un momento y Mika imitó su gesto un par de pasos delante de él—. No lo sé... tu siempre te vas, a veces cuando me doy vuelta. Y no regresas sino después de un largo tiempo en ocasiones...

Mika desvió la mirada levemente, pero Yuu no entendió a que venía el gesto. Pensó en que había incomodado al rubio de alguna manera. 

Pronto se encontraron en la entrada, Yuu miró aquel lugar con algo de recelo, iba a entrar al mismo lugar por el cual había salido hace mucho tiempo. No iba a ser cómodo, los vampiros no iban a desear que los humanos paseen por ahí a su antojo. Así como los humanos no se acostumbraban a ver vampiros por sus lugares.

Cooperando por un bien común, pero separados al mismo tiempo. Muy extraño, pero comprensible de alguna manera.

Mika entró primero, con Yuu siguiéndolo muy de cerca. Pudo ver el lugar cada vez que daba un paso, y a su mente llegaron varios recuerdos. Aún sabía algunas cosas de ese lugar, recordaba lugares por los cuales ir, no ir, donde solía alojarse. Demasiadas cosas para que pudieran ser todas participes en su mente en ese corto instante. 

Fueron en un recorrido que Yuu no había visto antes, y sintió en varias ocasiones, incomodo, las miradas de varios vampiros que se fijaban en él. No era algo común ver a un humano. Mika tenía una expresión más seria de la que solía tener. Parecía que era capaz de matar con solo ver a alguien a los ojos. 

Cuando llegaron a su destino —o al menos eso parecía— Mika miró en varias direcciones, buscando a alguien. A un lado salió un par de vampiros que Yuu reconoció de vista. El primero sonreía mostrando sus dientes, tenía su cabello morado corto, recogido en una media cola. El segundo que estaba un par de pasos detrás de él, llevaba su cabello partido en la mitad, con dos grandes mechones de cabello que caían en su rostro. A los lados estaba rapado. Al contrario del primer vampiro, él parecía más bien indiferente. 

—¿Estás buscándola? 

Mika no respondió.

—No se encuentra, fue a dar una vuelta. Regresara pronto, de seguro. 

Mika siguió sin responder, entonces Lacus se dio cuenta de Yuu. Él se acercó al chico de cabellos oscuros, sin borrar su sonrisa, pero con algo de curiosidad.

—Pero si es el humano con el cual Mika está encantado...

—Cállate  —gruñó Mika. 

— Oh...

René comentó algo bajo. Lacus lanzó una pequeña risa, como una burla para el chico de cabellos claros. 

—Entiendo —dijo—. Espera entonces.

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